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¿Cuantas veces?

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Predica de Hoy: ¿Cuantas veces?

Predicas Cristianas Lectura Bíblica:Naamán, general del ejército del rey de Siria, era varón grande delante de su señor, y lo tenía en alta estima, porque por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. Era este hombre valeroso en extremo, pero leproso. Y de Siria habían salido bandas armadas, y habían llevado cautiva de la tierra de Israel a una muchacha, la cual servía a la mujer de Naamán. Esta dijo a la señora: Si rogase mi señor al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra. Entrando Naamán a su señor, le relató diciendo: Así y así a dicho una muchacha que es de la tierra de Israel .” 2 Reyes 5:1-8 

Introducción

¿Cuantas veces nos creemos superiores por lo que somos en relación al resto de la creación?¿Cuantas veces vamos al lugar equivocado en busca de la bendición o pretendemos que la bendición venga a buscarnos sintiéndonos demasiado importantes? Y  lo peor, ¿cuantos hay que tratan de sacar beneficios de la misericordia del Señor?

El amor de Dios

El domingo pasado hablamos de que el amor de Dios llega a toda la creación. Hablamos que si bien este amor está destinado a las ovejas del Señor, no debe molestarnos en absoluto si la bendición llega a quien aparenta no merecer la dádiva de Dios.

Acá vemos que el milagro llega a un sirio, pero también vemos el objetivo final que es el atraerlo hacia su reino, Y así debemos entenderlo, pues es el Dios de todos. Es “El cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”. (1 Timoteo 2:4).

Conociendo a Naamán

Naamán era un hombre poderoso, era el favorito del rey de Siria. Él era un valiente, rico y poderoso jefe del ejército. Vivía rodeado de honores conforme a su situación personal. Pero no todo era bendición en la vida de Naamán, él tenía un gran problema. Pues era leproso.

Cada uno de nosotros tenemos nuestro problema, puede que tengamos un buen pasar económico, una ordenada y buena familia. Pero, siempre hay un pero. es decir, un área de nuestra vida que no está bien. E

n mayor o menor medida, siempre tenemos nuestra enfermedad. Quizás no sea física y sea espiritual, pero esta se encargará de hacerte aislar para luego retroceder en los caminos espirituales.

En el caso de Naamán, el problema empañaba todo su poderío y sus bienes materiales. Naamán tenía todo lo que un hombre podía humanamente desear, pero a causa de su problema ni el último de los esclavos deseaba estar en su piel.

¿Cuantos Naamán conoces?

Piensa en cuantos Naamán conoces, hombres y mujeres que tienen todo lo aparentemente necesario. Cuantos que como Naamán tienen sobre si la gloria de los hombre, pero le falta lo mas importante. Le falta la riqueza espiritual, les falta la presencia de Cristo en sus vidas.

¿Cuántas veces llevaste el evangelio ante esas personas y te tuvieron por menos? Quizás ellos miraban su propia gloria, y no podían reconocer que tu estabas recubierto de la gloria de Dios. No reconocían que tu tenías la presencia de Dios en tu vida, pero miraron tu aspecto humano.

El poder del evangelio

Tal vez solamente vieron tus vestiduras humildes, y no prestaron atención en que tu eres rico en Cristo. pues tienes a Cristo morando en tu corazón. La noticia del poder de Eliseo llegó a Naamán de la mano de la providencia de Dios, por boca de una esclava de su mujer que llegó cautiva a Siria.

Dios usa todo, “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:28). Si tienes un propósito en Dios, ten la seguridad de que llegará a ti a buscarte, aunque por años cierres tos ojos y tus oídos a su llamado.

Él siempre estará junto a ti. “He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho”. (Génesis 28:15).

Como hijo de Dios debes sentir esta condición con orgullo, debes pregonar a los cuatro vientos que eres cristiano, que eres un hijo de Dios y servidor del Altísimo. La esclava sentía el orgullo de ser israelita y pregonaba la fama de Eliseo para honrar a su pueblo y a su Dios.

Honrando a Dios

Las circunstancias podrán llevarte a muchos lados, pero no decaerán tus sentimientos hacia el Señor y serás usado para presentar a Cristo donde quieras que vayas. “Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio”. (Hechos 8:4).

El mensaje tendrá efecto si lo emites con fe. “Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio”. (Lucas 4:27). Ningún leproso había sido sanado, pero la esclava creyó que el profeta lo podía hacer pues creía en el Dios todopoderoso.

Ella creía en el mismo Dios de poder ilimitado en que hoy creemos todos nosotros. Creía en ese Dios lleno de misericordia que está siempre atento y dispuesto a ayudarnos. “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. (Isaías 41:10).

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