Entre la vida y la condenación

Jesús dijo que el que no cree ya ha sido condenado. Si oír y creer traen como resultado tener la vida, pues entonces no creer es igual a no tenerla. Uno puede oír, pero si no cree, si no reconoce que la Palabra de Dios es un espejo que nos muestra nuestro estado de pecado, que nuestro merecido es morir, y que por ende necesitamos recibir la salvación, pues entonces no recibiremos la vida.

B. En tener gusto por la maldad (Juan 3:19)

Dijo además Jesús que la luz (o sea su Palabra, él mismo) vino al mundo pero que los hombres no la tuvieron en cuenta, que prefirieron las tinieblas, en otras palabras, la maldad. Esto da a entender de nuevo que no basta con oír, con saber que el mensaje está ahí, sino que es necesario creerlo.

Quien se decida por las tinieblas no podrá recibir la vida eterna. Efesios 5 versículos 1 al 20 ilustra con nombres propios esas obras de las tinieblas: fornicación, avaricia, deshonestidad, idolatría, etc. Obras que muchos prefieren seguir practicando antes de creer la verdad de Jesús.

III. La oportunidad es presente

A. Los muertos que escuchan la voz de Dios (Juan 5:25)

La biblia habla de que el hombre sin Dios está muerto en sus delitos y pecados (Efesios 2:1). Jesús dijo que “los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.” Esos ‘muertos’ son quienes practican las obras de las tinieblas, pero si oyen y creen el mensaje de salvación, pasarán de muerte a vida.

B. Dios es el único que puede conceder vida (Juan 5:26)

IV. La realidad del destino final (Juan 5:28-29)

Este pasaje termina con el aviso de Jesús acerca de que llegará un día en el cual los muertos (ya no los muertos en delitos y pecados, sino físicamente muertos) serán resucitados, y de esa resurrección pasarán:

1. Unos para vida eterna: los que hicieron lo bueno, es decir: oyeron, creyeron y recibieron la vida eterna. Vivieron en comunión con Dios y le sirvieron.

2. Otros para condenación eterna: Quienes no creyeron en el mensaje de salvación y amaron más las tinieblas que la luz.

Conclusión

Este mensaje ha sido transmitido por muchos países, en muchos idiomas, en muchas culturas, de muchas maneras distintas. Pero su esencia es la misma: Jesús salva y quiere dar la vida eterna a todos; él no quiere que el ser humano perezca.

Puede sonar rudo esto pero, que la ciencia o la filosofía no acepten el mensaje de la palabra de Dios no cambia nada, lo que Dios dice en su palabra es una verdad absoluta como ninguna y el hombre seguirá teniendo solo dos opciones: la vida o la muerte.

¡Este es el momento de creer! Ya basta de amar las tinieblas. A usted que lee estos estudios bíblicos le animo a que se acerque a Jesucristo y le entregue su vida ya mismo y no espere más.

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