Varón y Hembra los Creó

3. Varón y hembra los creo (vers. 27b)

Estos dos seres que Dios puso al final de su creación fueron objetos de la más alta complacencia divina. Así, pues, Dios hizo al hombre y luego a la mujer para que se gustaran, se atrajeran, se enamoran, unieran sus cuerpos según sus propios órganos sexuales.

En ese mismo acto creativo Dios nos dejó su diseño para que sea seguido en cada matrimonio. Vea primero como Dios hace el papel de padre, trayendo la novia al novio: “Y de la costilla que Dios sacó, hizo una mujer y la trajo al hombre” (vers. 22)

Después que el hombre recibe a su mujer entonces él hace su declaración de amor, diciendo: “Esto es ahora hueso de mis huesos, carne de mi carne…”. Como usted puede notar, Dios no sacó a Esteban y se lo trajo a Adán, ni hizo a María y se la trajo a Eva.

Dios no creo “varón y varón” o “hembra y hembra”. Nos dice el texto “varón y hembra los creo”. Empeñarse en cambiar este diseño original por leyes humanas, no cambia lo que Dios ha hecho.

Lo que nos dice el Génesis del hombre y la mujer viene a confirmar lo que la ciencia no ha podido descubrir, y es que hasta ahora no hay un gen con el que el hombre o la mujer nazcan que lo conviertan en gay. Es el pecado que hace a un hombre y a una mujer homosexual. Detrás de esta conducta hay siempre una desviación sexual.

II. EL MATRIMONIO NACIÓ BAJO LA BENDICIÓN DIVINA

1. Bendecidos por Dios (vers. 28a)

La primera cosa que hizo Dios al ver su “magistral creación” fue darle su bendición. Desde entonces la bendición de Dios es la que más busca cada pareja que ha decido unirse en matrimonio.

Y la bendición de Dios va a ser uno de los asuntos más serios que encontramos en toda la Biblia. Desde Abraham hasta la formación de Israel, Dios les habló de la importancia de esta bendición.

Pero de igual forma, nada es más devastador que una maldición que provenga de Dios. El pueblo de Dios sabía la importancia que tenía esta bendición del cielo, y lo que más anhelaban como parejas y familias era escuchar decir al sacerdote: “Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz” (Nm. 6:24-26).

¿Sabía que esta bendición acompaña Israel hasta el día de hoy? Entonces es una pareja, compuesta por un hombre y una mujer, los que reciben esta bendición.

Por lo tanto, pretender que una pareja compuesta por dos hombres o dos mujeres, reciban la bendición de Dios, es el asunto más contradictorio. Ni una iglesia ni un pastor podrán ser canales de esa bendición. Dios no puede avalar lo que él mismo no ha hecho. La bendición es para el santo matrimonio.

2. Bendecidos para multiplicarse (vers. 28b)

Deja un comentario