¿Qué decisión tomar en momentos de crisis?

Colosas era una ciudad de Asia Menor, próxima a Laodicea que se vio afectada positivamente con el escrito (Colosenses 4:15), 160 kilómetros al este de Éfeso. Fue fundada sobre las márgenes del río Lico, y si bien es cierto no era tan popular como Laodicea, jugaba un papel importante por tratarse de un centro comercial.

Fue poblada por numerosos judíos cuando se produjo la persecución de los Antíocos III y IV, 200 años antes de Cristo.

Ahora, usted se preguntará, ¿cuál era el problema? Que al agnosticismo que estaba en boga preconizaba que para ser aceptado por Dios se necesitaba cierto conocimiento especial; de igual manera se habían infiltrado doctrinas según las cuales los ángeles jugaban un papel determinante para tener un acercamiento a Dios.

El apóstol Pablo enseña entonces que Cristo pagó por el pecado del hombre; nos reconcilió con Dios, y nos da el modelo y el poder para crecer espiritualmente.

Junto con las epístolas a los Filipenses, los Efesios y Filemón, la de Colosenses es una de las que se conoce como “cartas del cautiverio” porque el apóstol Pablo estaba preso en Roma.

Decisión – El llamamiento al ministerio

Le invito para que estudiemos la carta del apóstol Pablo a los Colosenses, en el capítulo 1; pero antes, tomemos nota de las siguientes historias:

Bernardo pastorea una congregación de veinte personas en los suburbios de Santiago de Cali. No tienen sillas sino unos butacas de madera y una mesa, bastante desconchada, hace las veces de púlpito.

En ocasiones las ofrendas que se recoger le alcanzan a duras penas para transportarse hasta su casa. Durante la semana trabaja vendiendo calzado, en el centro de la ciudad. Dice que soporta esta situación, desde hace cuatro años, porque siente un sincero llamamiento de Dios a servir en su obra.

Por su parte Rodrigo trabaja pero donde ve dinero. Se considera un excelente pastor y por tanto, congregación que requiera sus servicios, se lleva un ministro de lujo a la nómina. En este momento no está vinculado a ninguna iglesia porque—para ser sincero—no han podido cancelarle lo que vale su trabajo.

Dos historias que ilustran a quien realmente ha sido llamado por Dios a servirle en la extensión del reino, y aquél que es “voluntario”, es decir, que por la búsqueda de estatus, vinculación laboral o simplemente embelequería, se involucran en el pastorado o en el liderazgo.

Cabe preguntarnos, ¿realmente has sido llamado por Dios para servirle? Sin duda Él te llama a vivir en Cristo, pero ¿sientes que fuiste convocado a pastorear o estar al frente de un ministerio?

El apóstol Pablo estaba consciente de este llamamiento y escribió: “Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios” (versículo 1 a).

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