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Seremos prosperados

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Predicas Cristianas Predica de Hoy: Seremos prosperados

Predica Cristiana Texto Biblico: Deuteronomio 8:7-17

Introducción

¿Sabías que Dios quiere prosperarnos económica, física y espiritualmente? El mismo Dios que nos llena con su espíritu también quiere bendecirnos en lo físico y en lo material. Lo hará por medio de nuestra obediencia a su Palabra, por la eficiencia y calidad del trabajo que realicemos para Su obra, por las ganas que le pongamos a lo que hacemos, y por nuestra fidelidad a sus demandas.

Pero debemos saber que la prosperidad divina es un resultado y no un fin. Pues nuestra finalidad es Cristo. Y “la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señoríoEfesios 1:19.

También debemos considerar que hay quienes se sienten prosperados porque aparentemente tienen todas las cosas que necesitan, cuando en verdad no tienen nada. Aunque también hay de quien podemos decir que en verdad tiene todas las cosas porque llevan una vida conforme a la palabra.

La realidad es que para andar y vivir en prosperidad hay que ser prósperos. Eso significa hacer un cambio en nuestro interior fruto de la comunión con el Señor. De ese cambio se desprende una forma de vida que nos lleva a la prosperidad.

Los problemas económicos

Se habla mucho de que estamos en los últimos tiempos, como también se habla de los problemas económicos que sufre la humanidad a causa de los malos gobiernos. Aunque la Palabra habla de estas situaciones y de los últimos días como un conjunto diciendo.

Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas” Apocalipsis 3:17-18.

Son tiempos donde hay quienes tienen muchas cosas temporales, pero son muy pobres en lo espiritual, aunque ellos no se den cuenta.

Seremos prosperados

Lo primero que debemos tener claro es que la prosperidad es más que tener dinero. Por ejemplo. “Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio. Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su manoGénesis 39:2-3. Otra cosa que debemos saber es que donde está un hombre próspero, todo lo que está a su alrededor prospera.

Y para ser prósperos debemos ser perseverantes. Tenemos que tener en cuenta que no se trata solo de dinero, sino que el objetivo final de la vida cristiana es la salvación del alma que logramos con nuestro cambio de vida. Así que no podemos esperar resultados diferentes haciendo lo mismo.

Seremos prosperados por el Señor, pero nosotros deberemos mantenernos prosperados. Recuerden cómo el hijo pródigo fue prosperado al recibir la herencia. Pero la dilapidó, y a partir de ahí comenzó a faltarle todo.

Permaneced en mí

El Señor dijo: “Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacerJuan 15:3-5.

Es decir que para mantenernos prosperados es necesario ser fiel al Señor en todo momento en cuanto a lo que nos pide. Pero además siendo buenos mayordomos a través de una buena administración de nuestros ingresos.

También debemos saber que no es posible hablar de prosperidad sin hablar del mandamiento de ofrendar, diezmar, y dar limosna. Recordemos que somos bendecidos para bendecir. Somos prosperados para dar.

Por lo que diezmar y ofrendar según hayamos prosperado y no por obligación es lo que desata la abundancia que el Señor nos da para que podamos bendecir a otros. Por eso nos dice: “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir Lucas 6:38.

Hacer que Su palabra permanezca en nosotros

Permanecer en Cristo es hacer que Su palabra permanezca en nosotros. El Señor nos dice: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hechoJuan 15:7. Con esto nos está diciendo que no debemos buscar la prosperidad, sino al que da la prosperidad.

deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él haráSalmos 37:4-5.

Dios conoce tus necesidades, no solo las materiales, sino también las de sanidad, sabiduría, éxito, y protección. La prosperidad divina no se trata de dinero únicamente. Sino de abrir las ventanas de los cielos sobre todas las áreas de nuestra vida, diariamente y sin detenerse jamás.

prosperados: Egoísmo y avaricia

El egoísmo y la avaricia como los tiene el mundo son peligrosos en el cristiano. Traen tristeza al corazón, y al pedirnos parte de nuestro dinero, Dios no está tratando de evitar que tengamos algo que no nos conviene tener, librándonos además de una caída.

porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” 1 Timoteo 6:9-10.

Dar lo que Dios me pide

Algunos dicen: ¿Cómo puedo dar lo que Dios me pide si vivo con un presupuesto apretado y apenas me alcanza para las cosas que necesito? Entonces recordemos cuando en el tiempo de Hageo el pueblo de Dios tenía dificultades con las finanzas y Dios les dijo.

6 Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. 7 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos…”

“…9 Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa. 10 Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutosHageo 1:6-7, 9-10.

Acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padresDeuteronomio 8:18. Este es el peligro en donde podemos caer. Todos venimos de Adán. Todos estamos en el mismo peligro de olvidarnos por completo del dador de todas las cosas, incluso nuestra prosperidad.

Mantener abierta la fuente de la prosperidad

Es por lo que Dios estableció que le devolvamos parte de los beneficios que recibimos. No porque tenga necesidad, sino para mantener abierta la fuente de la prosperidad al quitar de nosotros el egoísmo, la avaricia, y la amargura.

En nuestro tiempo hay muchos devoradores que destruyen nuestros ingresos. La reparación del vehículo, los médicos y medicinas, los vicios como la bebida y el fumar. Perdemos dinero cuando no aprovechamos las ofertas de cosas que necesitamos y en evitar gastos innecesarios.

Son bendiciones que el Señor entrega al que cumple, y esto es una realidad que podemos ver en la congregación, donde los que son fieles pueden dar testimonio de que Dios “es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimosEfesios 3:20.

Conclusión

Si caminamos fieles, de la mano de Dios, es natural que recibamos bendiciones, ricas y abundantes. Son bendiciones materiales y espirituales, aquellas que hemos anhelado por mucho tiempo.

Si deseamos movernos en esa dimensión, es necesario que caminemos conforme a los planes y propósitos que el Señor tiene para nosotros. Recordemos que ser fieles a Dios es el secreto de las bendiciones.

© Reenier Gonzalo Prado. Todos los derechos reservados.

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