¿Cómo cuidamos la mente?

Fernando Alexis Jiménez

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La mente, gran campo de batalla

¿Cómo cuidamos la mente?

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El evangelista Marcos describe la advertencia del amado Maestro en los siguientes términos: “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, Los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, las desvergüenzas, el ojo maligno, las injurias, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.” (Marcos 7:21-23)

Se trata de algo muy valioso para nuestra vida. A partir de las Escrituras aprendemos que nadie más que nosotros puede determinar qué información aceptamos que se filtre a nuestra mente.

Y también, somos nosotros y nadie más que nosotros quienes reaccionamos a esos estímulos. Querámoslo o no, actuamos movidos en gran parte por lo que pensamos, y el propio Jesús sabe lo que anida nuestro corazón–.(Lucas 5:22)

¿Cómo cuidamos la mente? ¿Qué pensamientos anidamos?

Caer en pecado, producto de acariciar pensamientos de maldad, es trágico. Es una historia cuyo final podemos fácilmente preveer, tal como nos enseña la Biblia:
Y una espada traspasará tu alma de ti misma, para que sean manifestados los pensamientos de muchos corazones.” (Lucas 2:35)

Así como solemos evaluar nuestras acciones—al menos es lo más elemental en el comportamiento de quien quiere mejorar y crecer cada día más en las dimensiones personal y espiritual—es esencial que examinemos cuáles son los pensamientos que anidamos.

Obramos en proporción a lo que pensamos, de ahí que el rey David razonara sobre la necesidad de poner un freno a cuanto guardaba en su mente, información que se reflejaba en cuanto hacía y decía. Él escribió: “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía, y redentor mío” (Salmo 19:14).

Trasládese imaginariamente a su casa. ¿La cuidad, verdad? Ahora, ¿quiénes entran en su hogar?¿Acaso ladrones o quienes buscan desencadenar mal para su existencia o quizá la de su familia? En absoluto.

Estoy convencido que usted es cuidado de quienes franquean la puerta de su residencia. En consecuencia, así debe ser todo lo que procesa nuestro cerebro. Permitirle la entrada solo a lo que reflejará acciones sanas.

La pornografía contamina y, como consecuencia, desata maldad. Igual con palabras vulgares o tal vez hechos de violencia que se asientan en nuestro corazón e íntimamente pueden llevarnos a concebir como natural un tipo de reacción agresiva.

Si somos cuna de estímulos a lo sensual, degradante y mundano, no podemos esperar que nuestra espiritualidad alcance nuevos niveles y que crezca como lo espera Dios de nosotros. Recuerde siempre que “Los pensamientos de los justos son rectitud; mas los consejos de los impíos, engaño.”(Proverbios 12:5) y también que “Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; Mas en la multitud de consejeros se afirman.” (Proverbios 15:22)

Cierto autor que leí recientemente hacía una afirmación que comparto con usted dado que encierra un mensaje valioso: “Nuestra vida se transformará en la medida en que contemplemos lo bueno, y al meditar en la perfección de quien es nuestro divino modelo: El Señor Jesucristo”.

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Fernando Alexis Jiménez
Autor

Fernando Alexis Jiménez

Fernando Alexis Jiménez es pastor en la Misión Edificando Familias Sólidas. Fue ordenado al Ministerio en la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera Colombiana.

1 comentario en «¿Cómo cuidamos la mente?»

  1. Totalmente de acuerdo
    Es lo que esta faltando en el liderazgo de la iglesia de hoy.Vemos mucho celos,envidia ymas que todo chisme.Debemos hacer un pare y mirar que estamos atesorando en elcorazon.

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