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Vete de tu tierra

Predicas Cristianas

Prédica de Hoy: El llamado, vete de tu tierra

Predicas Cristianas Texto Bíblico:Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. 4 Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán.Génesis 12:1-4

El llamado

Abram vivía tranquilo, en casa de su padre, quizá muy cómodamente y no tenía necesidad de salir de ahí. Pero Dios decide incomodarlo y le habló dándole indicaciones que salga de su tierra a un lugar que le mostraría. 

Dios llama a las personas para pertenecer a su rebaño, algunas personas hemos aceptado el llamado, otras personas lo rechazan. Estando en Él algunas veces nos llama a algo más para que seamos sus siervos en determinada tarea.

Algunos lo aceptan inmediatamente otros se reservan el llamado. Si preguntamos a cada una de las personas que aceptan el llamado de Dios si se arrepienten de haber tomado la decisión, tendríamos el resultado rotundo de nadie arrepentido de tomar esa decisión.

Cuando aceptamos el reto de seguir a Cristo, obtenemos la bendición de Dios. En todo lugar y momento tenemos la protección de Dios y eso es más que suficiente para estar en victoria.

Abram dejó sus comodidades a un lugar que no conocía. Dejó su tierra y se fue siguiendo la promesa de una tierra que no sabia donde quedaba ni cuánto era, ni cuando la obtendría. Pero al obtener el llamado Abram lo que hace es obedecer.

Dios nos llama y como Abram, o como Samuel, debemos decir Habla Señor, tu siervo escucha. Abram dejó todo por seguir la promesa de Dios. Nosotros hemos dejado nuestra vida pasada por seguir al Señor, Dios se agrada de esto.

La promesa del llamado (vers. 2)

Dios le promete a Abram que hará de él una gran nación, le dará tierra que fluye leche y miel y engrandecerá su nombre. Las promesas de Dios para nuestra vida son grandes y como el padre de la fe debemos obedecer sin reparo a la voz de Dios.

Abram conocía su tierra, conocía a sus vecinos, conocía el trabajo que hacía en esa tierra. Pero luego se encontró caminando a una tierra que no le pertenecía (aun), creyendo en una promesa que había recibido, pero iba en camino. Debemos caminar en la promesa de Dios aun cuando no la veamos. Si Dios lo prometió Él lo cumplirá.

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