Los problemas… No los esperabas pero llegaron…

¿De qué nos enfrentar problemas?

Aunque en medio de la zozobra en que nos sumen los problemas, no encontramos razón para que existan, pueden beneficiarnos. Claro, es una perspectiva que tal vez no comparta conmigo, pero puedo asegurarle que es real. A partir de las dificultades aprendemos mucho. Los errores nos permiten crecer.

Es evidente que no siempre los estamos en la cima de la victoria. Enfrentamos tropiezos, generalmente inesperados. Y es así ya que, el militar en los caminos de Cristo, no puede equipararse con estar en un parque de diversiones.

El apóstol Pablo describe vívidamente esta situación cuando en su carta a los creyentes de Corinto les explica:

Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros. Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos. Dondequiera que vamos, siempre llevamos en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo.” (2 Corintios 4:7-10, Nueva Versión Internacional)

Tome nota de algo sumamente importante: no debemos desesperarnos ni rendirnos aunque arrecie la tormenta a nuestro alrededor, y además, es imperioso aprender a perseverar a través de los problemas.

Con base en esto podemos concluir que, en nuestro diario vivir al lado de Jesús, lo que experimentamos es un proceso constante de aprendizaje y crecimiento, tanto personal como espiritual en el que los contratiempos juegan un papel importante.

Los problemas son naturales en la vida

¿Qué nos lleva a afirmar esto? La certeza de que los problemas son naturales en la vida de toda persona y más cuando somos cristianos, porque al aceptar a Jesús no compramos un seguro contra toda contrariedad.

Es importante que meditemos en el error que encierran cuatro premisas muy comunes en la sociedad al hacer alusión a la vida de fe:

a. “Si aceptamos a Cristo, todos los problemas se acaban”. La Biblia no dice eso. Es probable que aumenten.

b. “La Biblia tiene la solución a todos los problemas”. En todos los casos desarrollamos fe y confianza en la guía del Señor.

c. “Si tiene problemas como cristiano, seguramente está en pecado”. No podemos desconocer el hecho de que los grandes batalladores de la fe en la historia han enfrentado problemas. Y por último:

d. “La sana doctrina quita del camino los problemas”. La Biblia es como un mapa. Nos dice a donde llegamos, pero debemos emprender el camino.

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