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Así como vivimos, andemos

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Predicas Cristianas Predica de Hoy: Así como vivimos, andemos

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Gálatas 5:25

INTRODUCCIÓN:

El tema del Espíritu Santo sigue siendo el más recurrente del Nuevo Testamento, después de Jesucristo. Todo lo que somos y hacemos pasa por el conocimiento que tengamos de la tercera persona de la trinidad.

Pablo pone este versículo al final de lo que ha venido hablando en todo el capítulo cinco. Menciona siete veces al Espíritu y cinco veces a la carne. De igual manera habla del Espíritu en el contexto de la posición que tenían los llamados “judaizantes”, aquel grupo de judíos que pretendían obligar a los creyentes a circuncidarse para dar prueba que, además de seguir a Cristo, también seguían a la ley.

Y era tanta la perturbación de ellos en medio de la naciente congregación que Pablo pronuncia una de las frases más duras que se conozcan en toda la Biblia, después de las que Jesús pronunció contra los fariseos: “!¡Ojalá se mutilasen los que os perturban!” (vers. 12). Así que una cosa era circuncidarse, pero otra muy distinta es castrarse.

Otro tema dominante del capítulo es el fruto del Espíritu versus las obras de la carne. De este tema el apóstol nos va a hablar, diciéndonos que hay “nueve sabores” que vienen de un mismo fruto. Y cuando nos el tema andar en el Espíritu contrastándolo con las obras de la carne, va a decirle a sus hermanos gálatas que, si el Espíritu Santo está produciendo esto en sus vidas, entonces que vivan y caminen por el Espíritu.

El llamado más notorio del presente pasaje está resumido en estas dos declaraciones: “Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne”; y el otro es “si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu”. “Andad en el Espíritu” es el reto mayor del discípulo de Cristo. Observe esto a los primeros discípulos Jesús les dijo “sígueme”, ahora se nos dice “anda en el Espíritu”. ¿Qué significa esto?

I. SIGNIFICA DEJAR QUE ÉL GUÍE NUESTROS PASOS

1. Guiarnos a toda verdad (Juan 6:13)

Los hijos que han quedado huérfanos saben cuán terrible es la ausencia de sus seres amados, y nadie más podrá llenar el vacío dejado. Sin embargo, tenemos un solo caso en la historia donde la ausencia de un ser amado es sustituida otra vez por la misma persona, pero en condiciones aún más grandes y de mayor beneficio para los huérfanos.

Esto fue lo que sucedió con Jesucristo. Él les dijo a sus discípulos que no los dejaría huérfanos, que vendría otra vez (Juan 14:18). Y eso fue lo que sucedió el día de pentecostés (Hechos 2:1-13). Previo a esto les había dicho que cuando viniera el Consolador, él les guiaría a toda verdad.

Es muy significativo que la primera cosa que hace el Espíritu Santo es guiar nuestros pasos para conocer la verdad y andar en la verdad. La mentira fue el arma que usó el tentador para cambiar la verdad de Dios, poniendo la duda y luego la mentira.

Y desde aquel momento los hombres practican la mentira, en las distintas maneras para lograr sus fines. Pero cuando dejamos que el Espíritu Santo guie nuestros pasos, caminamos en la verdad. Si el Espíritu nos guía en la verdad no andaremos en la mentira.

2. Guiarnos en nuestras debilidades (Romanos 8:26-27)

Nadie conoce más nuestra vida que el Dios que la creo, y nadie conoce más nuestras debilidades que el Espíritu Santo que ahora mora en nosotros. Las debilidades acá pueden tener dos significados. La una puede referirse a esos momentos cuando pasamos por las pruebas que nos vienen por una enfermedad, por algún tipo de ansiedad o por la angustia de alguna condición social o moral.

Es bueno que recordemos que nuestro Dios está ausente de tales debilidades, por lo tanto, él nos puede ayudar. Pero, además, siempre sabe de esas otras debilidades, que no son enfermedades, que batallan en nuestros cuerpos.

Y una de las cosas que muchas veces no sabemos orar y conocer la voluntad de Dios, por lo tanto, se hace necesario asegurarnos que el Espíritu Santo nos asista ante el Padre para que aquello por lo que estoy pidiendo sea oído y respondido.

Por el mismo hecho de nuestra gran fragilidad se hace necesario en nuestras vidas contar con la continua guía del Espíritu. No son pocas las veces que sentimos confusión en nuestras vidas por nuestra misma condición natural y por esas luchas con las que batallamos todos los días. Que bueno es contar con el recurso de nuestro intercesor eterno.

II. SIGNIFICA DEJAR QUE ÉL GUÍE NUESTROS PENSAMIENTOS

1. Somos lo que pensamos (Proverbios 23:7)

El presente proverbio nos revela el hecho que somos el resultado de lo que pensamos. De hecho, cada acto en nuestra vida sea bueno o malo proviene de lo que antes estuvo en la mente y luego fue llevado al corazón. Fue el mismo Cristo quien más adelante nos va a decir que de la “abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 15:18, 19).

De manera que la vida es manejada por los pensamientos. Considere, por ejemplo, las dos cosas que Jesús nos dice respecto a los pensamientos que salen del corazón. Su énfasis estuvo en los malos pensamientos, pues la lista que nos dejó revela a un hombre que en su interior lo que hay es una continua maquinación de cómo hacer el mal al próximo y hacerse mal así mismo

. Y si bien es cierto que Jesús no nos dejó una lista de los pensamientos buenos, es un hecho que un corazón que esté gobernado y guiado por el Espíritu Santo tiene que salir lo que Pablo posteriormente dijo, cuando habló, diciendo: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8). Lo que pensamos eso somos.

2. Trayendo todo pensamiento cautivo a él (2 Corintios 10:5)

Creo que todos nosotros estamos de acuerdo en afirmar que uno de los asuntos más serios en nuestras vidas es cómo puedo controlar mis pensamientos. Dentro del fruto del espíritu, la virtud más deseada allí es la del dominio propio, y es la que más necesitamos en lo que respecta al asunto de lidiar con nuestros pensamientos, sobre todo si son pensamientos malos.

Con mucha frecuencia podemos quedar atrapados y cautivados por nuestros pensamientos. En la defensa que Pablo hizo de su apostolado, dejó entre ver este texto. Él estaba consciente de las fortalezas que se levantan en la vida cristiana y al argumentar que las armas con las que luchaba no eran carnales, prefirió traer cautivos todos aquellos pensamientos destructivos a los pies de Cristo, porque sabía que él era poderoso para ayudarlo frente a todo a lo que se le oponía.

En el caso de nuestros pensamientos tenemos tres grandes enemigos que no quieren nuestra felicidad. Por un lado, está el pecado que mora en mi, el mundo que me atrae con sus ofertas y Satanás que no me dejará de tentarme. Pero la buena noticia es que en mi mora el Espíritu y él guiará mis pensamientos para llevarlos cautivos a Cristo.

III. SIGNIFICA DEJAR QUE ÉL GUÍE NUESTRA CONVERSACIÓN

1. Una palabra sazona con sal (Colosenses 4:6)

El asunto de saber usar nuestra lengua es tan importante en al Biblia que el medio hermanos de Jesús (Santiago), le dedicó un capítulo en su carta para hablar del potencial de maldad o el potencial de bendición que se esconden cuando hacemos uso de ella.

De manera que la Biblia nos revela que una evidencia de andar en el Espíritu tendrá que ver con aquello que domina nuestra conversación. No será extraño decir que buena parte de la impresión que dejamos en otros estará determinada por la manera que hablamos.

Nuestra lengua define lo que hay en el corazón. Y a esto habrá que añadirle lo que la Biblia nos advierte que de toda palabra ociosa que salga de nuestra boca daremos cuenta (Mateo 12:36). Siempre me ha intrigado este versículo de Colosenses 4:6 que Pablo escribiera.

Lo primero que se nos recuerda es que nuestras palabras deben ser dicha con gracia; eso es, deben ser agradables y corteses, amables y bondadosas, sobre todo cuando lo hacemos delante de los incrédulos. Y cuando Pablo habla de palabras sean “sazonas” es para mostrar que nuestra conversación debe tener sabor. Nuestras palabras deben evitar la corrupción en otros. Dejemos que el Espíritu guíe nuestras palabras.

2. Que la palabra de Cristo more en abundancia… (Colosenses 3:16)

Este texto tenemos que asociarlo con Efesios 5:18-19, pues tiene que ver con la llenura del Espíritu Santo. Y una vida llena del Espíritu santo es la mejor garantía que será guiada y dirigida por él. En el caso especifico de este texto, otra señal que somos guiados por el Espíritu Santo es cuando la palabra de Cristo mora en abundancia en nuestros corazones.

Como Jesús dijo que de la abundancia del corazón habla la boca, es de suponer que si estamos bien nutridos con la palabra de verdad; si la amamos, la leemos, la estudiamos y la aplicamos el resultado será por un lado que ella nos enseñará y nos exhortará al abrir sus páginas. ¿Cuándo fue la última vez que la palabra de Dios le reprendió?

El otro resultado será que nuestra boca se llenará de alabanza. Interesante que Pablo habla de la alabanza que era común en los cultos de las iglesias con las que trabajaba. Establece este orden: “Salmos e himnos y cánticos espirituales”.

¿Por qué Pablo pone la alabanza al Señor como una señal de una vida llena y guiada por el Espíritu? Porque la alabanza siempre será la manera como expresamos nuestra gratitud al Señor por habernos redimido. Note que esto es lo que ocurre en el cielo (Apocalipsis 5:9-10).

IV. SIGNIFICA DEJAR QUE ÉL GUÍE NUESTRAS DECISIONES

Mis hermanos, la mejor manera de tomar decisiones en nuestras vidas es cuando tengo la seguridad que las mismas no son el producto de un arranque del momento, sino que han sido consultadas en oración y al final dirigidas por el Espíritu.

Lo contrario a esto es que todas las veces que tome decisiones al final los resultados serán los mismos. Nuestro tema para hoy lo hemos titulado “así como vivimos, andemos…”. Y esto plantea una sola posibilidad y es que lo que estamos viviendo sea realmente lo correcto.

De esto deducimos que seria difícil animar a una persona que esté viviendo mal y que siga en adelante con lo que está haciendo. La reacción natural por quien no ande bien será de preocupación. Pero si la vida que está siendo guiada sabiamente, donde las decisiones que se toman tienen la aprobación de arriba y de abajo, nos merece seguirla animando.

Pablo fue un hombre que vivió la realidad de lo que aquí escribió. Literalmente el Espíritu Santo era su guía. Vivía lleno del Espíritu, en el poder del Espíritu y en no pocas oportunidades el Espíritu le prohibió moverse de un sitio a otro y de igual manera le decía lo que le esperaba en sus viajes (Hechos 16:6; 20:23). ¿Quién guía tus decisiones? ¿Por qué no le salen bien las cosas?

CONCLUSIÓN:

¿Sabía usted que el tema más olvidado en la vida del creyente es el que tiene que ver con la persona del Espíritu Santo? Le aseguro que lo poco que sabemos de él es que el vino al corazón en el momento de nuestra conversión a Cristo.

Pero ¿qué más sabemos de él? El asunto es que no podemos vivir como agrada a Dios y servirle adecuadamente si no somos guiados por el Santo Espíritu. Sin el Espíritu Santo no podemos comprender la verdad de la palabra de Dios. Sin la unción del Espíritu Santo la predicación no tendrá los resultados deseados.

Interesante que la palabra para el Espíritu Santo en el original es “parakleto”, eso es, uno que camina al lado nuestro para ayudarnos. Entonces ¿por qué es importante que seamos guiados por el Espíritu Santo? Para saber que somos sus hijos (Romanos 8:16), porque lo primero que él hace es convencernos de pecado.

Pero también de acuerdo con Juan 14:26. Su labor es enseñarnos la verdad y recordamos toda la verdad. Cuando nos dejamos guiar por él, nos ayudará a recordar. Y lo más importante es que el Espíritu Santo nos va a llevar a Cristo siempre (Juan 16:14).

Mi conclusión es que una vida guiada por el Espíritu Santo hace dos cosas: dará siempre testimonio de Cristo, porque él vino a eso, y lo otro es que vivirá manifestando siempre el fruto del Espíritu (Gálatas 5:20). Andar en el Espíritu es andar dependiente, sensible y obediente a él. Al hacer eso, viviremos agrandando al Señor.

© Julio Ruiz. Todos los derechos reservados.

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