Los niños que no han crecido

Julio Ruiz

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Mensajes Cristianos... Señales de una Iglesia Verdadera

Los niños que no han crecido

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Predicas Cristianas

Predica Cristiana Texto Biblico: 1 Corintios 3:1-9

INTRODUCCIÓN:

Inicio a partir de ahora una nueva serie de sermones bajo el título “La Madurez Espiritual: Señales de una Iglesia Viva”. Tomaré para esta serie los ejemplos que nos muestran varias iglesias del Nuevo Testamento.

Nuestro primer ejemplo lo encontramos en la iglesia a los Corintios, en su primera carta. Lo primero que le sorprende al lector es que Pablo comienza haciendo uno de los más completos elogios a una iglesia que fue dotada con tantos dones espirituales (1 Corintios 1:4-9). Pero no solamente eso, sino que después de abordar temas como “el poder de la cruz” y “la revelación que viene por el Espíritu”, les dice a los hermanos que ellos tienen “la mente de Cristo” (2:16).

Sin embargo, apenas comienza el capítulo 3, Pablo hace una revelación que a todas luces resulta intrigante después de hablar de las bendiciones espirituales con las que los hermanos de corintios fueron equipados.

Al comienzo del primer capítulo Pablo menciona unos hermanos de Cloe que le trajeron el “chisme” de ciertos problemas que había en la iglesia, entre los que se mencionan una visible división y con ello el quebrantamiento de la unidad de la iglesia.

Los hermanos de Cloe le dijeron a Pablo que en la iglesia algunos seguían a Pedro, otros a Apolos, otros a Pablo y otros a Cristo. Este problemón hizo que Pablo cambiara su tono y su conversación hacia ellos, porque si bien es cierto que al principio los había ubicado como creyentes muy espirituales, al oír esto tuvo que cambiar de opinión según el versículo 1 del capitulo 3.

A partir de allí hizo una revelación que ha llegado a ser incómoda a la hora de hablar de “cristianos espirituales” y “cristianos carnales”. Pero fue así como Pablo puso al descubierto la inmadurez espiritual por las que pasa un creyente, lo que da origen al tema de hoy. Pablo nos habla de creyentes maduros e inmaduros, a estos los llama “niños espirituales”. Ese es nuestro tema.

I. VIVE EN UNA PROLONGADA INFANCIA

a. Carnal en lugar de espiritual (vers. 1)

Después del informe de los de Cloe a Pablo se le quitaron las ganas de llamar a los corintios espirituales, y en lugar de eso los llamó carnales (sarkikos). Por cierto, la palabra “carnal” es la manera como se llaman en algunos lugares, por supuesto no con la connotación que acá encontramos. Hay un debate muy significativo sobre si puede haber tal cosa como cristianos carnales.

Algunos ven en lo que Pablo afirma una contradicción. El argumento es que, o se es espiritual o se es inconverso, pero no cristiano carnal. Sin embargo, Pablo claramente los llama hermanos (1:10; 2:1; 3:1), y dice que son niños en Cristo. “El Cristiano carnal es un hijo de Dios, nacido de Nuevo y en camino al cielo, pero está viajando en tercera clase.” (Redpath).

La razón principal por la que Pablo llama a los corintios “carnales” es porque, sin bien son creyentes, miembros de la familia de Dios, pero por seguir la sabiduría de los hombres y no la de Dios, fueron clasificados de esta manera.

El creyente carnal ha bajado a Cristo de la silla de su corazón y ha sentado a su propio yo, controlando todas las áreas de su vida. Este creyente, a diferencia del cristiano espiritual, quien lo domina no es el Espíritu, sino la carne con todos sus deseos.

b. Niño en lugar de un adulto (vers. 1b)

Si bien es cierto que no hay nada más hermoso que un bebé cuando se es padre y abuelo, también es cierto que toda madre sabe que detrás de esa ternura ese bebé lo que necesita es atención permanente. Un bebé despierta toda nuestra ternura, pero también es una carga que exige que se cumplan todas sus demandas, entiéndase lloro, comida y cambio de pañales.

Un bebé mantendrá siempre ocupado a los padres. Pablo dice que los corintios eran “niños en Cristo”. Esta es la más completa descripción con la que el apóstol nos revela el estado de la inmadurez espiritual. Es el creyente que vive en una prolongada infancia.

En nuestras iglesias tenemos un departamento de cuna para nuestros bebés, pero Pablo nos habla de un “departamento de infantil para adultos” también en la iglesia. La iglesia a los corintios la tenía. Como un bebé que no se puede valer por si mismo, así también el cristiano carnal, el niño en Cristo, necesita de continua atención de parte de la iglesia y del pastor para sostenerse. Este tipo de creyente detiene el crecimiento de la iglesia y mantiene al pastor todo el tiempo “cambiándoles los pañales”.

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Julio Ruiz
Autor

Julio Ruiz

Pastor en Virginia en los Estados Unidos, con 42 años de experiencia de los cuales 22 los dedicó en Venezuela, su país de origen. Otros 9 años los dedicó a pastorear en Vancouver, Canadá y los últimos 9 años en Columbia Baptist Church en su ministerio hispano, donde estuvo hasta agosto del (2015). A partir de octubre del mismo año (2015) comenzó una nueva obra que llegó a constituirse en iglesia el 22 de mayo de 2016 bajo el nombre de Iglesia Bautista Ambiente de Gracia en la ciudad de Burke, Virginia. El pastor Julio es Licenciado en Teología y ha estudiado algunas cursos para su maestría en Canadá. Además de haber sido presidente de la convención bautista venezolana en tres ocasiones, también fue profesor del seminario teológico bautista. El pastor Julio por espacio de unos 18 años publica sus sermones y artículos por estos medios. Es casado con Carmen Almera Ruiz y tiene tres hijas y una nieta: Laura, Oly, Sara e Isabella. Si usted quiere comunicarse con el pastor Julio, llámelo al (571) 251-6590.

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