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La fortaleza de Dios

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Predicas Cristianas Predica de Hoy: La fortaleza de Dios

Predicas Cristianas Texto Biblico:Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13)

Introducción

Siendo Dios el creador de todo lo que existe sabemos que en Él está todo el poder. Dios ha sido el creador de la tierra, de los seres humanos, de todo el universo entero. El Señor es digno de ser alabado y glorificado, pues su poder lo llena todo.

Además de poder hacer todo, Dios está en todas partes. El Señor tiene esa característica que es única de Él. Está en todo lugar en todo momento. Solo Dios es omnipresente.

Nosotros solo podemos estar en un lugar a la vez, pero Dios no tiene esa limitación. Así es que podemos acudir a Dios en oración en cualquier lugar que estemos. 

También tiene otra característica única, Dios lo sabe todo. El Señor conoce hasta el pensamiento más escondido del ser humano. También tiene el conocimiento del funcionamiento de todas las cosas.

Siendo Dios creador de todo podemos decir que ha sido su arquitecto, por lo tanto Dios conoce cómo funciona el universo entero. Nuestro Dios entonces es Todopoderoso, Omnipresente y Omnisciente. 

Dios nuestra fortaleza (Isaías 41:10)

Las características que Dios tiene no las tiene el ser humano. Somos débiles y comparado con el poder de la naturaleza podemos decir que somos vulnerables.

Pero Dios ha prometido estar con nosotros y ser Él nuestra fortaleza. Dios ha prometido estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. Por lo tanto tenemos a Dios por nuestro ayudador y nuestro sustentador. 

Podemos estar tranquilos entonces, pues aunque somos débiles y vulnerables, tenemos a un Dios poderoso de nuestro lado para protegernos de toda maldad y guardarnos en su mano de poder. No desmayemos pues en el camino de la vida pues tenemos al Altísimo de nuestro lado. 

Multiplica nuestras fuerzas (Isaías 40:29)

Si estamos cansados podemos acudir al Señor, Él es fuerza al cansado. Los vaivenes de la vida pueden debilitarnos y podemos sentir el debilitamiento en nuestro ser, pero basta con acudir a los pies del Señor y tenemos la fortaleza necesaria para continuar dando la batalla de la vida. 

Aunque no tengamos ninguna fuerza dice su palabra que podemos acudir a Él para recibir esa dosis de fuerza de Dios en nuestro ser. Así el débil puede decir fuerte soy, pues la fortaleza de Dios viene a nuestro ser cuando acudimos a Él.

Claro que si no le buscamos pues Dios no estará para ayudarnos y nos encontraremos desprotegidos ante los ataques del enemigo. 

Si acudimos a Él estamos reconociendo que somos débiles y que le necesitamos. Es una señal de humildad cuando venimos al Señor.

Reconocemos que las cosas no se solucionarán con nuestras fuerzas pues somos débiles, pero cuando acudimos al Señor con esa humildad somos fortalecidos en Él. No con nuestras fuerzas, sino con su poder son derrotados los ejércitos del maligno y somos más que vendedores en su nombre.

Aunque no tengamos nada (Salmos 73:26)

Aunque seamos débiles, aunque no tengamos nada en nuestra mano, si confiamos en Dios somos más que vencedores. Dios es nuestra herencia.

Cuando nos sintamos débiles, que estamos cayendo, debemos acudir al Señor. Aunque nuestro cuerpo y nuestro corazón se sientan desfallecer, en Dios encontraremos fortaleza.

Cuando David escapaba de sus enemigos, él pudo encontrar refugio en Dios. Cuando el pueblo de Israel no tenía más fuerzas para soportar los castigos de los egipcios, Dios los rescató. 

Cuando el profeta se encontraba rodeado por un ejército, pudo clamar a Dios y decir más son los que están con nosotros que los que están en contra nuestra. 

El poder de Dios se manifiesta en nuestra debilidad. En lo que pensamos es nuestra debilidad más grande, Dios puede tomarla y convertirla en nuestra fortaleza.

De esta manera no hay forma de que nos gloriamos, pues sabemos que no es con nuestra fuerza ni nuestra habilidad, sino con el poder de Dios que se hacen las cosas. 

Si intentamos dar solución a nuestros problemas con nuestras habilidades, tendremos fracaso, pero si dejamos de lado nuestra habilidad y posesiones y confiamos sólo en Dios, tendremos resultados positivos, pues solo Dios es perfecto. Debemos dejar que Dios actúe en nuestra vida y tener toda la confianza en Él.

Busquemoslo solo a Él (1 Crónicas 16:11)

No debemos acudir a nada ni a nadie más, para que el poder de Dios se manifieste en nuestra vida.  A Él y solo a Él debemos acudir. Es nuestra primera opción siempre.

Y nuestra búsqueda de Dios debe ser continua. No debemos buscar de Él solo cuando tenemos necesidad, sino todo el tiempo nuestra confianza debe estar puesta en Dios. 

En los tiempos de bonanza debemos saber que gracias a su misericordia es que vivimos de tal manera. En los tiempos de prueba debemos confiar que estamos en su mano y cumplir con su propósito debemos. De cualquier manera debemos estar fortalecidos en el poder de su amor y confiar que la obra de Dios es perfecta en todo sentido. 

No con nuestra fuerza, sino con la fortaleza del Señor debemos actuar en cada decisión de nuestra vida. Debemos considerar a Dios primero en todas las cosas.

Aunque pensemos que somos débiles, tenemos a Dios de nuestro lado y podemos considerarnos más que vencedores, pues nada puede hacernos daño si Dios está con nosotros. Démosle a Él toda la gloria para siempre.

© Julio Torres. Todos los derechos reservados.

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