El camino del emigrante

Nohemí insistió tres veces (verss. 11-12, 15) para que Rut se regresara a su tierra. Pero Rut decidió ser parte del pueblo de Nohemí. De esta manera confesó su lealtad a Israel (tu pueblo) y al Dios de Israel (tu Dios).

La decisión de Rut de ser parte de un nuevo pueblo es uno de esos conmovedores ejemplos a los que se enfrenta todo inmigrante. Por un lado, está rompiendo con el pasado donde sembró sus raíces que tuvo que ver con su cultura, costumbre y vivencias.

Pero, por otro lado, al escoger “el otro pueblo”, aceptó su nuevo idioma, cultura, costumbres y sobre todo el respetar sus leyes. Rut decidió dejar la tierra idólatra de sus ancestros para conocer la existencia de un solo Dios. Quien inmigra a otro país debe tener la determinación de Rut. Una de las cosas que se ha comprobado es que muchos inmigrantes al igual que Rut han conocido al Dios de Nohemí.

III. ENFRENTA EL TRABAJO DE SOBREVIVENCIA

a. Enfrentando el duro trabajo (2:2).

Finalmente, Rut llegó a Judá con su suegra. Ahora enfrentan la realidad de una nueva vida y los retos de la sobrevivencia. ¿Qué es lo primero que hace un inmigrante cuando llega a un país extraño? Bueno, todos sabemos que la vida en el nuevo país plantea el reto del trabajo con el que sostendrá a la familia.

La determinación de Rut en este capítulo plantea que esa mujer ya era muy laboriosa. Era una mujer “todo terreno” como lo son tantas mujeres cristianas de nuestro tiempo. Si bien es cierto que ella fue una mujer casada y por lo visto en la historia de ella con Nohemí, su esposo tuvo que cuidarla y atenderla bien.

Pero la vida cambia de un momento a otro y hay que enfrentarla de modo de seguir adelante. Rut tuvo que conocer que en Israel la ley contemplaba que aquellos que tenían sus cosechas deberían dejar semillas para que los pobres y los extranjeros la recogieran. Y eso fue lo que hizo en la era de Booz, un rico hacendado. Este era un trabajo arduo. Era un trabajo bajo la inclemencia del sol. A esto se expone todo inmigrante. Hay trabajos que nunca se habían hecho y ahora esto es su realidad.

b. Enfrentando la vergüenza (vers. 15)

No todos los inmigrantes cuentan con un jefe como Booz. Por lo general las tareas que enfrentan los que llegan a otros países son pesadas. No importa los títulos que hayas tenido, el comienzo de una nueva vida plantea el hecho de hacer trabajos pesados, pero además tener que soportar la burla de otros obreros que ya tienen mayor tiempo en ese nuevo oficio y además las demandas de jefes que son muy duros y exigentes.

A cuántos no les gustaría tener un jefe como Booz y cuántos jefes les gustaría tener obreros que sean consecuentes con la fe de su jefe. Observe este detalle. Cuando Booz saludaba a sus obreros: “Jehová sean con vosotros”, ellos le respondían: “Jehová te bendiga”.

¿No sería hermoso tener un trabajo como este donde vamos en esta nueva experiencia de vivir en un país extraño? Pero la experiencia es otra. Yo se de muchos de nuestros hermanos que han pasado por momentos de vergüenza. Han tenido que pasar la humillación de un jefe que padece de xenofobia o de compañeros que se burlan por la torpeza del trabajo que hacen o por la falta de dominar bien el idioma para expresarse mejor.

IV. ENFRENTA LA BENDICIÓN DE SU DECISIÓN

a. Dios tiene preparado a un Booz (2:1)

Este texto va a cambiar toda la historia en este libro. Aquí comienza el desarrollo de los planes de Dios. La vida de los inmigrantes está expuesta a muchos cambios, incluyendo las bendiciones de las cuales jamás pensó tener.

Si Rut regresaba a su tierra, como lo hizo Orfa, lo más probable era que se volvería a casar. Alguien de su propia parentela la habría tomado como esposa, pero eso no eran los planes de Dios. Y la verdad es que Rut se vino con su suegra no aspirando que ella rehiciera su vida con otro hombre. Ya su suegra le había dicho que de su parte eso era imposible, pues ella no tenía más hijos que la pudieran redimir.

Pero la obediencia y determinación cuando es guiada por Dios termina en una bendición inesperada. Observe varios detalles de esta historia. Rut era moabita. De acuerdo con la historia bíblica sobre los moabitas pesaba una sentencia de no entrar en la congregación de los israelitas hasta la decima generación (Dt. 23:3-6).

Sin embargo, Dios extendió su gracia sobre aquella mujer y le cambió su historia al aparecer Booz en su vida. La obediencia traerá siempre bendición.

b. Rut encontró su recompensa (4:13)

Ahora tenemos una historia totalmente distinta a la del primer capítulo. Booz observó a esa mujer que venía a su era desde muy temprano y luego se iba muy tarde con el fruto de su trabajo. Él vio en ella las cualidades de la mujer que siempre quiso.

La forma cómo la trató desde el principio mostraba el carácter de este hombre de Dios. Él no se apresuró. Dejó que todo fluyera, incluyendo el asunto de la redención (4:5), hasta ver que era su mismo Dios que le estaba guiando en este proceso.

Al final Rut logró casarse con el soltero más codiciado de Belén. Ahora ella pasó de recoger las semillas que dejaban los segadores, para convertirse en la señora del hacendado Booz, siendo la dueña y administradora de las riquezas de su esposo. Mis amados, esta historia no es extraña para la vida de los inmigrantes.

El sacrificio de dejar al país amado puede ser recompensado con nuevas y sorprendentes bendiciones de las que jamás se pensó tener. Así se puede resumir la vida de aquella emigrante llamada Rut: Ella vino a Belén como “extranjera” – 2:10. Trabajó como el “sirviente más bajo” 2:13. La trataron como “sirvienta” doméstica – 3: 9. Pero ella se convirtió en la “esposa” de Booz – 4:13. Esto sigue pasando con el inmigrante hoy.

CONCLUSIÓN:

La vida de muchos inmigrantes ha cambiado la historia de los países que escogen para vivir. Estados Unidos es un ejemplo de esto.

Si bien es cierto que algunos de sus colonizadores provinieron de distintas partes del mundo, entre ellos los españoles comandados por Cristóbal Colón, también  vinieron de otras partes de Europa y trajeron sus enseñanzas morales y espirituales, dejando una enorme influencia y herencia para las futuras generaciones, convirtiendo a este país no solo en la mayor potencia económica del mundo, de acuerdo al modelo de producción y orden de esos primeros colonos, sino también con la mayor influencia evangélica que país alguno haya tenido en su historia.

Rut, como inmigrante en tierra de Judá, llegó a ser la esposa de Booz de quien vendría posteriormente Isaí, padre de David, descendiente del Mesías prometido. ¡No es esto grandioso! Desconocemos lo que puede hacer cada inmigrante en el país que escoge para vivir, pero cada uno de ellos hará la diferencia para bien y  ser bendición para sus nacionales.

© Julio Ruiz. Todos los derechos reservados.

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