¿Cuál es la respuesta de Dios a la pandemia mundial?
La respuesta a esta pregunta es fácil. El Señor nos dice: “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”
a. “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado”. “Humillare” palabra del hebreo “כָּנַע” (pronunciada kä•nah’) [7], cuya definición es: “ser humilde, ser humillado, ser sometido, abatido, sometido”. ¿Qué nos dice el Señor con esta sola palabra?
Lo que el Señor nos está diciendo es que tenemos que dejar nuestro estado de rebeldía, y realmente someternos a Su voluntad. Lo que el Señor nos está diciendo es que tenemos que dejar de jugar a la iglesia, y hacer un genuino compromiso con Él. Lo que el Señor desea de Su pueblo es que nos sometamos a Su voluntad.
b. “y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos”. ¿Qué nos dice la palabra de Dios con esto? Lo que Dios desea de Su pueblo es que dejemos de confiar en el hombre, y que elevemos nuestras oraciones a Él.
Lo que el Señor nos está diciendo es que tenemos que dejar de actuar como actúa el mundo, y tenemos que actuar de manera que refleje nuestra fe [8]. Recordemos que la santidad, y la obediencia producirán bendiciones [9], mientras que la rebeldía y desobediencia solo atraerán maldiciones a nuestra vida [10].
Para concluir
La palabra de Dios nos dice: “entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.” Esta es la respuesta de Dios acerca de la pandemia. Pero para que esto suceda, el pueblo de Dios necesita despertar de ese sueño tan profundo en lo que muchos han caído.
Para que Dios sane nuestra tierra, la iglesia de Cristo tiene que ponerse en pie, y clamar al Todopoderoso, porque sin Su ayuda, y sin Su presencia en nuestra vida nunca lograremos nada [11].
No permitamos que la pandemia silencie nuestras bocas, sino que prediquemos el mensaje de salvación en todo momento. No permitamos que la pandemia silencie nuestras bocas, sino que arrepintámonos de nuestros pecados, alcemos nuestros clamores a Dios, y Él sanara nuestra tierra.
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.
[1] Isaías 55:8-9
[2] Jeremías 29:11
[3] Juan 3:16
[4] Mateo 15:8-9
[5] Marcos 16:15
[6] Josué 1:6
[7] Blue Letter Bible Lexicon – Strong’s H3665
[8] 1 Pedro 1:16; 2:15
[9] Deuteronomio 28:1-14
[10] Deuteronomio 28:14-25
[11] Juan 15:5
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Gracias hermano que Dios el Eterno Padre le bendiga en su vida diaria
Así es Pastor, que el enemigo no silencie nuestra boca y que sigamos predicando el Evangelio de Cristo que para eso fuimos llamados. Dios lo ben diga Pastor donde quiera que se encuentre. Un abrazo.