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¡Levántate! Tu destino no es el suelo

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Texto Bíblico: Juan 5:1-9

Prédica de Hoy: ¡Levántate! tu destino no es el suelo, es el cielo

Introducción:

En esta porción de las Escrituras vemos a Jesús regresar a la ciudad de Jerusalén y como era de costumbre a su paso se le acercaban personas con dolencias pues conocían que anteriormente el maestro había sanado a muchas personas, pero en este caso se narra que el vino a un estanque llamado Bethesda que significa en hebreo casa de misericordia porque a su alrededor se agrupaban una multitud de enfermos esperando que apareciera un ángel a mover las aguas, pues el primero que se echaba al agua del estanque, sanaba en forma milagrosa.

Pero se hace énfasis en una persona en particular un hombre que estaba paralitico, condición esta que persistía por 38 años. Este hombre por su condición no podía descender a las aguas pues prácticamente se arrastraba y como el mismo expresara tampoco podía contar con alguien que le ayudara a descender a las aguas y así ser sano.

En otras palabras, la solución a sus problemas requería un milagro de Dios.

Este paralítico es el tipo de personas impotentes para poder salir de su condición. Rodeado de personas que están en la misma condición (todas enfermas), como almas sin salvación; paralítico (sin la posibilidad de moverse) y poder salir de su condición. Cuando aún no conocíamos al Señor nos encontrábamos en la misma condición que este paralitico.

Las personas que están en el mundo ven su pecado, pero le es imposible romper las cadenas que las atan. Quisieran escapar de su actual condición, pero no pueden. Tienen sus esperanzas cifradas en un estanque en un por si acaso desciende el ángel y agita las aguas, en un estanque en que el agua no es limpia, por lo general es maloliente, pero eso es lo que tiene el mundo.

Es necesario en esta noche disponer nuestros corazones y dejar el estanque y dirigirnos a la fuente de agua viva que salta para vida eterna.

En este caso, la fuente vino al estanque

Aun hasta la propia mente de este hombre estaba paralizada, creía que su sanidad dependía de otros seres humanos que lo llevara primero al estanque y le sumergieran, el paralitico no se daba cuenta que ante él tenía La propia Fuente.

A veces nos conformamos con un estanque y esperamos que alguien nos ayude a venir a él, pero no nos percatamos que ya Dios esta dispuesto a hacer la obra y no nos percatamos porque fijamos la mirada en quien creemos que puede resolver nuestros problemas.

Nunca desperdicies la fuente de vida eterna por el estanque de Bethesda.

A Dios no le toma por sorpresa ninguno de nuestros problemas. Él de antemano sabe lo que va a hacer y sabe por qué Él lo permite. No obstante, muchas veces nuestro problema es que no le creemos a Dios o no creemos que Él es suficientemente capaz para resolver nuestra situación, cualquiera que sea.

En este hombre su problema alcanzo los 38 años sin poder tener solución alguna, yo no se cuanto tiempo lleves con tu problema, pero ten por seguro que Dios conoce tu situación y te dice: “Hijo mío, hija mía es el tiempo que te pongas de pie y sigas adelante.”

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