Predicas Cristianas
Predica de Hoy: ¡Levantate su mirada!
Mensajes de la Carta a los Colosenses
Predicas Cristianas Texto Bíblico: Colosenses 3:1-3
INTRODUCCIÓN
Pablo nos ha venido hablando a través de los mensajes anteriores que la bella iglesia que estaba en Colosas, de quien se goza por ser poseedora del buen orden y ser fiel al Señor (Colosenses 2:5), ha sido seriamente amenazada por un sincretismo de falsos maestros legalistas, quienes estaban introduciendo un culto con una mezcla de misticismo y ascetismo, con el que negaban las doctrinas fundamentales de su fe.
De allí que Pablo va a utilizar dos imperativos “buscad” y “poned” la mirada en las cosas de arriba, para que ellos dejaran de prestar atención a esos que estaban endulzando sus oídos con el propósito de desviarlos de su fe. De esto se trata el tema de hoy, de poner la mirada en las cosas de arriba y no en las de la tierra. Yo no sé si usted sabía que hay un animal que no puede levantar su vista al cielo.
Este animal es el cerdo. Sí, así como lo oye. ¿Se ha dado cuenta que este animal todo el tiempo tiene su hocico en la tierra? Y la razón es porque la última vértebra con la que fue creado, que se conecta con el cráneo, está soldada. Ellos no pueden levantar la cabeza ni menos mirar el cielo.
Sin embargo, hay un ser que fue creado para mirar al cielo y para pertenecer al cielo, ese ser es el hombre, la corona de la creación. Así que la felicidad de la tierra será directamente proporcional a la mirada que hagamos del cielo. El llamado, pues, es a buscar y a poner nuestra mirada en las cosas de arriba. Veamos las razones.
I. PORQUE ALLÁ ARRIBA ESTÁ CRISTO
1. Cristo esta arriba (vers. 1b)
Él está arriba. Así es, por encima de las nubes. Más allá del sol, las estrellas y todo el espacio. Cristo está absolutamente por encima de la creación. Después que resucitó, ascendió al cielo con todo el esplendor con el que fue glorificado por el Padre. El salmo 24 registra aquella entrada cuando pregunta “¿Quién es este Rey de gloria?”, y la respuesta que retumba en los cielos dice: “Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en batalla”.
Hay muchos reyes que se han cubierto de gloria, pero ninguno ostentó un nombre tan distintivo como “Jehová el fuerte… valiente y poderoso en batalla”. Y aquella entrada fue tan grande y triunfal que se les ordenaron a las puertas del cielo que se abrieran para que entrara ese “Rey de gloria”. He aquí la orden para el recibimiento: “Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria”.
Entonces, si arriba está Jesús coronado de majestad y gloria infinita, siendo alabado por siempre y recibiendo los honores de su alta investidura, levantamos nuestra mirada hacia arriba, busquemos y pongamos nuestra mirada en el lugar de donde viene nuestro socorro, de donde viene nuestra esperanza, en donde debe estar nuestro tesoro.
2. Cristo está sentado a la diestra (vers. 1c)
Está a la diestra de Dios el lugar de mayor honor, dignidad, poder y autoridad; no por debajo ni por encima de Dios, sino actuando como Dios, y Dios actuando a través de él, porque cuando él entró al cielo y fue coronado, el Padre le entregó toda autoridad de la que goza ahora.
Además de la visión que nos ha dado Juan del Cordero de Dios, en ese estado de gloria, Pedro también nos da su visión del poder que tiene al lado del Padre, cuando dijo: “Quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades” (1 Pedro 3:22).
Todos los poderes del universo están bajo la autoridad de Cristo. Y tal posición a la diestra del Padre es la que nos permite ver el privilegio del que ahora gozamos todos los creyentes. ¿Sabe usted por qué debemos buscar y poner nuestra mirada en el cielo?