El desafío de la apostasía

En el Nuevo Testamento se encuentran casos de apostasía muy pronto en el cristianismo primitivo. El evangelio de Juan nos informa que muchos de los que seguían a Jesús le dieron la espalda en señal de rechazo a su enseñanza. “Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.” (Juan 6:66).

De este pasaje, el Comentario Bíblico Mundo Hispano dice que Jesús no corrió tras ellos para rogarles que por favor no le abandonaran. Tampoco corrió tras ellos para decirles que las demandas del evangelio que predicaba, las iba a acomodar a sus gustos y criterios personales por tal que lo siguieran. Jesús no salió corriendo tras ellos a decirles que el criterio que tenía de ellos lo cambiaría, a costa de que no renunciaran a ser sus discípulos.[3]

Y aquí aprendo que el cristianismo no es una filosofía que podemos aceptar, ni una teoría a la que nos unimos, por conveniencia ni con la idea de sacar alguna ganancia personal.

Apostasía – El evangelio no es negociable

El verdadero cristianismo es una respuesta personal a Jesucristo. Es la lealtad y el amor que da una persona al Señor, porque no puede hacer otra cosa que amar a Cristo y a su obra. Y en gratitud desea servirle a costa de lo que sea. Cuando no existen estas convicciones o se han perdido, por cualquier razón la gente prefiere abandonar a Cristo y a su obra. [4] Así apostatan de su fe en Cristo.

Y ante el éxodo masivo de los que le seguían, Jesús les dijo a sus doce discípulos, “¿Queréis acaso iros también vosotros?” (Juan 6:67).

Si de algo estaba convencido Jesús es que…

“muchos son llamados, y pocos escogidos” (Mateo 22:14).

“porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” (Mateo 7:14).

“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” (Mateo 7:21).

La respuesta de Pedro a la pregunta de Jesús, no se hizo esperar: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.” (Juan 6:68). La lealtad de Pedro tenía sus raíces en su relación personal con Jesucristo. No lo entendía todo, pero amaba tanto a Cristo que estaba dispuesto a dar su vida por Él.

Casos de apostasía mencionados en el Nuevo Testamento

Otros casos de apostasía mencionados en el NT son los de Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor, el que entregó a Jesús por treinta piezas de plata (Lucas 6:16).

Los casos mencionado de Himeneo y Alejandro (1 Timoteo 1:19-20) y Demas (2 Timoteo 4:10), mencionados por Pablo en sus epístolas.

Y también están los que el apóstol Juan en su primera carta nombra enemigos de Cristo (anticristos) (1 Juan 2:19), que aunque se reunían con ellos, en realidad no pertenecían a ellos.

III. Advertencias bíblicas sobre la apostasía

Como es muy raro que la apostasía comience de una manera abierta, sino que entra furtivamente, sutil y difícil de detectar; los apóstoles Pablo, Pedro, Juan, Judas y el escritor a los Hebreos advierten a los creyentes de todos los tiempos, el cuidado extremo que deben tener sobre la apostasía.

En su carta a los tesalonicenses, Pablo menciona tres acontecimientos que deben ocurrir antes de que aparezca sobre la tierra el anticristo en su plena manifestación en la gran tribulación, y precisamente uno de esos acontecimientos es que ocurrirá “la apostasía”. (2 Tesalonicenses 2:1-12).

Según M. Henrry, esta apostasía será como nunca se ha dado en la historia. La mayoría de las gentes vivirá no sólo en forma prácticamente atea, sino que atacarán violentamente toda forma de religión cristiana.[5] [Apocalipsis 19-22; 2 Tesalonicenses 2:7-8; 1 Timoteo 4:1; 2 Pedro 3:10-13; y el libro de Judas].

En su primera carta a Timoteo, Pablo advierte a este joven predicador del evangelio que entre la primera y la segunda venida de Cristo, “algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1). Negarán las doctrinas fundamentales del cristianismo. No te dejes engañar.

En su segunda carta a Timoteo, Pablo vuelve a advertirle, “Porque va a llegar el tiempo en que la gente no soportará la sana enseñanza; más bien, según sus propios caprichos, se buscarán un montón de maestros que solo les enseñen lo que ellos quieran oír. Darán la espalda a la verdad y harán caso a toda clase de cuentos.” (2 Timoteo 4:3-4 DHH).

4 comentarios en «El desafío de la apostasía»

  1. Gracias mi amado Pastor:
    Excelente exhortación para estos tiempos en que el pueblo de Dios esta dormido con esta pandemia mundial.

    Desde Canberra Australia

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