Razones para estar agradecidos

Bueno que muchos han alcanzado la paz con Dios, pero no siempre tienen la paz de Dios en sus vidas como una experiencia continua. Es el hecho que usted sabe que ha sido salvo, que sus pecados han sido perdonados, pero vive con angustia, con estrés, con ansiedad. Note que el texto habla del trabajo que hace la paz: gobernar el corazón.

El corazón es la parte de nuestras vidas a la que muchas cosas quieren ser sus dueños. De hecho, si no es la paz de Dios que nos gobierna, el corazón tiene otros dueños. Los colosenses eran gobernados por filosofías, sincretismo y hasta ocultismo.

Pero ahora se les anuncia a todos ellos que, si tienen a Cristo, será su paz la que los gobierna. Por cierto, que otro resultado de esa paz de Dios es un cese a las hostilidades que tengo contra otros (Hebreos 12:14).

3. ¿Qué significa el gobierno de la paz en nuestros corazones?

La palabra “gobernar” que usa Pablo es una palabra que proviene del mundo del atletismo. Es la misma palabra que usamos para describir la regla de un árbitro u oficial. Estamos llamados a dejar que la paz de Cristo gobierne o diga en última instancia lo que debe hacer el corazón. La paz es el árbitro final y la máxima autoridad.

Pero también la palabra “guardará” vuestros corazones de Filipenses 4:7, es una palabra militar, y es como si fuera un soldado que está custodiando un gran tesoro para que no sea atacado.

¿Puede imaginarse a la paz gobernando y guardando su corazón? Si usted vive en un constante conflicto con su espíritu, tanto que lo que lo gobierna es la preocupación, entonces usted tiene la paz con Dios, pero no la paz de Dios.

Recordemos que no es cualquier tipo de paz, se trata de la paz de Cristo, del que venció a todos nuestros enemigos. Y esa paz que nos gobierna debe ser aplicada en amor.

Por lo tanto, nos enfrentaremos al pecado, a defender la verdad y a otras situaciones difíciles, pero en todo debe prevalecer el amor. Así pues, el texto nos dice que es a esa paz a la que fuimos llamados, por lo tanto, debemos ser agradecidos.

II. ESTAMOS AGRADECIDOS POR LA PALABRA DE CRISTO

1. Por ser abundante en nosotros (vers. 16)

Esta es la primera vez aparece la declaración “la palabra de Cristo”. Por toda la Biblia se nos habla de la palabra de Dios. De modo, pues, que al Pablo mencionarla de una forma solitaria, tiene un profundo significado.

Es la palabra de Cristo, no la del pastor, sus ancianos o demás líderes. No es la palabra de un buen libro o de un moderno consejero para que vivamos bien. No es la palabra de aquellos seminarios que hasta ponen en duda su total inerrancia.

Es la palabra de Cristo, aquella que encontramos en la historia de los evangelios. Es la palabra que Cristo habló, aquella que sus propios enemigos reconocieron que jamás el hombre había hablado así.

El asunto es que, si esa palabra está en nosotros, el llamado es para que more en abundancia en nuestros corazones. No siempre la palabra de Cristo es abundante en nuestros corazones.

La vida la llenamos con muchas bagatelas, dejándola con la gran carencia de la palabra, que es la que nos puede hacer sabios y entendidos, y es ella la que nos da el poder para hablarla, enseñarla y predicarla.

De cuánto impacto es un creyente que está lleno de la palabra de Cristo. Le aseguro que de la abundancia de su corazón habla su boca. ¿De qué está lleno su corazón?

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