Predicas Cristianas
Prédica de Hoy: Si es posible un nuevo comienzo
Texto Bíblico Principal: “Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio.” 2 Timoteo 4:11
Introducción
La semana pasada les estuve hablando de la crisis que nos contó el levita Asaf en el Salmo 73. Al sentir envidia de los que odiando a Dios prosperaban materialmente, estuvo a punto de renunciar a su ministerio. Pero supero la tentación cuando entrando a meditar y adorar en el santuario de Dios renovó sus fuerzas.
Hoy quiero hablarte de la experiencia de un joven que fracasó en su intento de servir a Dios como misionero, pero se rehabilitó y la segunda parte de su vida al servicio del reino de Dios fue todo un éxito.
I. UN BUEN COMIENZO
Datos Biográficos de Marcos
Juan Marcos tuvo la bendición de conocer personalmente a los fundadores de la iglesia primitiva. Era hijo de una viuda rica llamada María, cuya casa era un centro de reunión para los primeros cristianos en Jerusalén.
Precisamente la noche que un ángel milagrosamente libertó al apóstol Pedro de la cárcel, la iglesia estaba reunida orando a favor de Pedro en casa de María, la madre de Juan Marcos y Pedro se dirigió allí.
“Cuando Pedro se dio cuenta de esas cosas, se fue a casa de María, la mamá de Juan, al que también llamaban Marcos. Muchos estaban reunidos allí, orando.” (Hechos 12:12 PDT).
Por la carta de Pablo a los colosenses sabemos que Bernabé, el que vendió su heredad y entregó todo el dinero de la venta a los apóstoles, era pariente de Juan Marcos (primo o sobrino). (Hechos 4:36, 37; Colosenses 4:10).
Algunos comentaristas bíblicos consideran que el joven que salió huyendo desnudo el día que prendieron a Jesús en el Getsemaní, era Juan Marcos (Marcos 14:51-52).
Inicio de Marcos en el Ministerio
Cuando Bernabé y Pablo, concluyeron sus actividades en Jerusalén y regresaron a Antioquía, se llevaron con ellos a Juan Marcos. (Hechos 12:25).
Antioquia de Siria era la tercera ciudad de importancia en el imperio Romano, después de Roma y Alejandría. Y fue ciudad clave para Roma y también para la iglesia primitiva.
Fue allí donde primero se les llamó “cristianos” a los seguidores de Cristo, distinguiéndolos así de los judíos que adoraban en la sinagoga.[1] (Hechos 11:26).
Dice Lucas que en una reunión de ayuno, oración y ministración en la iglesia de Antioquía, el Espíritu Santo ordenó que apartaran a Bernabé y a Saulo para que hicieran el trabajo para el cual los había llamado. (Hechos 13:2). Quien sabe y Marcos fue testigo de aquel gran momento.
