Cristo siendo formado en mi

La Biblia no dice que nuestro viejo hombre sea erradicado de nosotros. Al contrario, está ahí y si tiene la oportunidad se manifestará. Ahora, sin embargo, hay una nueva vida y quiere crecer en nosotros.

El apóstol Pablo dice que “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” (1 Corintios 2:14).

Entonces, para que esta vida crezca, necesitamos las Escrituras. Necesitamos estudiarlas, meditarlas, memorizarlas. Si vamos a las Escrituras, el Señor Jesús aparecerá, se revelará a Sí mismo.

La vida que hay dentro de nosotros se manifiesta a través de la Palabra de Dios. La palabra es el medio que tiene el Espíritu Santo para revelar a Cristo.

Si queremos conocer al Señor, si queremos profundizar el conocimiento de Su Persona, si queremos cooperar con la obra del Espíritu Santo para que Cristo sea formado en nosotros, la Palabra de Dios debe permanecer en nosotros.

Aún así, el apóstol dice: “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.Gálatas 5:16-17

El Espíritu Santo no habla de sí mismo

El Espíritu Santo no habla de sí mismo, pero tiene un propósito definido: nos revela a Cristo. Nos recuerda las palabras de Cristo. Él nos abre las Escrituras para que nos demos cuenta de que todo su tema, de principio a fin, es Cristo.

Cristo necesita crecer, su carácter necesita crecer en nosotros. El Espíritu Santo debe estar en control, guiando nuestra mente, nuestra voluntad, guiándonos a una cooperación más inteligente con el Señor en cada momento.

El Espíritu Santo fue enviado a morar en nosotros para que pudiéramos llegar a ser niños maduros y confiables, preparados para Dios y para Su propósito.

Conocer Su Persona, saber quién es Él, conocer Su voz, Su comportamiento, la forma en que se relaciona con los demás, las actitudes que tiene ante las situaciones.

Necesitamos conocer al Señor como Persona

Entre los ejemplos de la Biblia, está lo que le sucedió a María, la hermana de Marta (Lucas 10:38-42).

Ella se sentó a los pies del Señor escuchando sus enseñanzas. Cuando la Persona del Señor está ante nosotros, tenemos que estar quietos.

María se dio cuenta del valor del Señor Jesús, escuchó esas palabras, vio ese comportamiento, vio las miradas del Señor, vio Su proceder.

Dado que el propósito principal del Espíritu Santo es formar a Cristo en nosotros, necesitamos conocerlo en Su carácter, en Su Persona, quién es Él.

A los pies de Jesús, pregunta siempre: ¿qué debo hacer, Señor? Señor, ¿cómo puedo conocer a Tu Persona en esta situación? ¿Respecto a mi casa? ¿La familia? ¿Al trabajo? ¿La relación con los hermanos?

Muchas veces nos apresuramos porque no esperábamos la guía del Señor. O ni siquiera sabemos lo que haría Jesús porque todavía no lo conocemos lo suficiente.

La predicación del evangelio, por ejemplo, es clara para todos los convertidos y está en el corazón de todos los que nacen de nuevo. (Mateo 28:19; Marcos 16:15). Sabemos que esta es la voluntad de nuestro Señor.

1 comentario en «Cristo siendo formado en mi»

Deja un comentario