Ven y mira; ¡Ve y cuéntalo!

Vieron que ya no estaba en la tumba. Pero no fue solo la tumba vacía lo que las convenció. Después de todo, la tumba vacía podría explicarse de varias maneras.

Mateo continúa diciéndonos que los líderes judíos pagaron a estos soldados romanos para que contaran la historia de que se quedaron dormidos y mientras dormían, los discípulos de Jesús vinieron y robaron Su cuerpo para poder afirmar que había resucitado (Mateo 28:11-15).

Pero era tan obvio que era un ángel del Señor del cielo que las invitó a venir y ver dónde estaba el cuerpo de Jesús. Y eso las convenció. Corrieron a contárselo a los discípulos. Y como si la declaración del ángel no fuera suficiente, en realidad se encontraron con el mismo Jesús resucitado en el camino, y Él les dijo que fueran a decírselo.

¡Así que como estas mujeres, una vez que experimentamos esta increíble realidad de la resurrección de Jesús, somos ordenados y obligados a contarle a otros acerca de Él! ¿Cómo no podemos?

Esta es una buena noticia que todo el mundo necesita.

Necesitan escuchar que Jesús fue crucificado, resucitó de entre los muertos. Y porque Él ha resucitado, podemos tener vida eterna y el perdón de nuestros pecados.

Quiero decir, piensa en la importancia de eso.

¡Jesús se levanto de entre los muertos!

Los muertos simplemente no se levantan, caminan y viven. Pero Jesús lo hizo. Se levantó para no volver a morir jamás. Y lo hizo para que pudiéramos tener vida eterna con Él. ¿Cómo no hablarle a otros acerca de Él?

Puede que nunca hayas experimentado esta realidad. Quizás nunca confió en Jesús como su Señor.

Es simplemente una cuestión de reconocer nuestra necesidad, confesar y abandonar nuestros pecados a Jesucristo, depositar nuestra confianza en Él en base a quién es y lo que ha hecho, y entregar nuestras vidas a Él como nuestro Señor.

Conclusión

Mira, cuando experimentamos la realidad de la resurrección de Jesucristo, es una experiencia que cambia la vida.

Cuando demostremos la esperanza de la resurrección, sabiendo que un día también seremos resucitados, nunca volveremos a ser los mismos.

La palabra de Dios es clara:

“…si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” (Romanos 10:9-10)

¿Puedes confesar que Jesús es el Señor y que Dios lo levantó de entre los muertos?

Confiesa con tu boca para salvación.

© Luis Andre Rocha. Todos los derechos reservados.

Central de Sermones… Predicas Cristianas

NOTA: Esta predicación fue traducida de Portugués a Español por el equipo de Central de sermones. 

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