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La perla de mayor precio

Predicas Cristianas

Prédica de Hoy: Mujer – La perla de mayor precio

Predicas Cristianas Texto Bíblico: Proverbios 31:10-31

INTRODUCCIÓN:

La pregunta que hace el sabio comenzando este riquísimo pasaje, siempre ha sido objeto de reflexión para los que estudiamos este texto. Nuestra intriga va más allá cuando se pone a la “virtud” como punto de comparación con las piedras preciosas. Las piedras preciosas han sido símbolo de lo caro, de la realeza y todo lo que distingue la elegancia.

La Biblia nos muestra cómo las piedras preciosas han sido usadas para resaltar la pureza, la calidad y la belleza. El sacerdote llevaba sobre su pectoral un acabado de obra primorosa y estaba incrustado sobre él un total de doce piedras, cuyos nombres eran: sardio, topacio, carbunclo, esmeralda, zafiro, diamante, jacinto, ágata, amatista, berilio, ónice y un jaspe.

Se nos dice que cada piedra representaban a las doce tribus de Israel. (Éxodo 39:8-14) Y en la nueva Jerusalén, las piedras preciosas son un símbolo de belleza, orden y pureza.. Los cimientos de la ciudad están adornados con todo tipo de piedras preciosas.

Así se describe: “El primer cimiento era de jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista”. Y termina describiendo: “Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla” (Apocalipsis 21:18-21).

Así que al comparar el carácter virtuoso de la madre con las perlas preciosas, nos revela que el asunto que más debe distinguirse en una mujer es su carácter. Una madre con estas virtudes es el mejor bien para esta sociedad y para su familia. Pero ¿dónde encontramos a esa mujer “virtuosa?” ¿Por qué se dice que a esa madre su estima “sobrepasa largamente a las de las piedras preciosas?”

I. POR LA INTEGRIDAD QUE MANIFIESTA

1. El marido posee una total confianza en su mujer (verss. 11-23)

La mujer que estamos describiendo y que nos motiva a esta alabanza es aquella que ha logrado que “el corazón de su marido esté en ella confiado”. No hay una sensación de temor en su mente de la posibilidad de un desvío en su amor. Él reconoce la clase de mujer que tiene.

No tiene temores porque ella haga algo indebido. Sabe siempre dónde está, con quién está y qué está haciendo. En este reconocimiento a su integridad, las palabras “le da bien y no mal” son una nota musical que sobre sale en todo este canto de reconocimiento.

El marido jamás espera que de ella venga el mal. Eso es confianza. Por la actitud de esa mujer, el marido “es conocido en las puertas, cuando se sienta con los ancianos”. Los ancianos reconocerán que detrás de aquel hombre hay una inconfundible mujer. Si ese hombre sale con la ropa arrugada la culpa no es de su esposa, sino del él mismo por no saber planchar.

2. Con su mujer no se derrumba la economía (verss. 12-23)

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