El ruego del amor

Varias preguntas pudiéramos hacernos al pensar porqué Dios lo escogió para salvación. Había muchos hombres libres ¿Por qué Dios eligió a un esclavo? Había hombres fieles ¿Por qué Dios tuvo escoger a alguien que había hecho mal a su amo?

Había hombres cultos y letrados ¿Por qué Dios tuvo que mirar a un bárbaro? ¿Por qué escoger a un hombre degrado por la sociedad para que fuera parte del infinito y trascendente amor de Dios? Bueno, esto es lo que nos sorprende de nuestro Dios.

2. Un esclavo convertido (verss. 10-16)

Desconocemos cómo llegó Onésimo a la cárcel donde estaba Pablo. Bien se pudiera especular que, al estar en Roma como fugitivo y al pasar hambre y necesidad dada su condición de esclavo que nadie le daría trabajo, a lo mejor se vio en la necesidad de volver a robar y fue puesto en la cárcel donde justamente estaba Pablo.

Bueno, como haya sido, Onésimo fue puesto delante de Pablo y al que seguramente había oído otra vez, ahora oye al anciano apóstol hablar acerca de la necesidad del arrepentimiento, siendo alcanzado por la gracia de Dios. Onésimo fue contristado por el Espíritu y se dio cuenta de lo que había hecho con su amo y se arrepiente de corazón.

Mis amados, cuando estamos confrontados con nuestros pecados debe haber arrepentimiento y conversión a Dios. En el caso de Onésimo, su conversión fue tal que si bien es cierto que en algún momento había perdido la razón misma de su nombre que significa “útil”, y por un tiempo había perdido la distinción de ese nombre, siendo inútil, ahora ha llegado ser tan especial que Pablo lo llama “amado y fiel hermano”. La vuelta de regreso a su amo era una señal clara de su conversión. La gracia hace la diferencia.

3. De inútil a útil (vers. 11)

A Onésimo había que cambiarlo, no reformarlo. Bien pudo este hombre ser referido a algún centro de rehabilitación para las personas que padecían del mal de la cleptomanía. Pero esto no sucedió con Onésimo. A él se le dio un nuevo corazón. Su transformación fue evidente.

Los cambios que Pablo vio en este hombre lo llevaron a decir cosas que no dejaban dudas de su transformación. Lo primero que hace es reconocer que Onésimo es una nueva criatura porque fue engendrado en la cárcel. Si bien es cierto que tuvo un pasado triste, ahora Pablo dice que Onésimo se ha convertido en su gran colaborador (vers. 13).

El ministerio de Pablo era muy grande y demandaba de hombres de mucha confianza. El esclavo Onésimo, pero ahora libre, forma parte de su equipo. Así que la transformación fue tal que Pablo deseaba dejarlo, pero al final lo envía Filemón a través de Tíquico, junto con las cartas de Colosenses, Efesios y Filemón.

Observe que por ser un “esclavo libre” fue enviado de esta manera, llevando consigo esta responsabilidad. Llevaba el testimonio de su propia conversión. Algo así como el acta que lo acredita como una nueva criatura. Una tradición dice que llegó a ser pastor en Éfeso (110 d. C).

II. HAY AQUÍ UN CAMBIO DE DIRECCIÓN EN LA VIDA

1. Cuando una acción mala te lleva a algo bueno (vers. 15)

Por supuesto que Pablo no está aprobando lo que hizo mal. Onésimo cometió un delito y eso lo ha enfrentado. El pecado es pecado y hay que enfrentarlo por su nombre. Hay ejemplos de la misma historia bíblica que nos hacen ver este punto que estoy trayendo.

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