Fidelidad en medio de la adversidad

Esto es lo que él había dicho: “Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo” (Lucas 14:26). Y Aristarco siguió fielmente la demanda de un verdadero discípulo.

La fidelidad es la virtud más grande de un auténtico discípulo y Aristarco la encarnó como ningún otro de ellos. Este discípulo hizo todo lo contrario al joven rico que vino a Cristo, que cuando calculó el costo de fidelidad, por la demanda ante sus riquezas, se fue y se perdió para siempre.

III. FIDELIDAD CUANDO LLEGA LA TORMENTA

a. “Estando con nosotros Aristarco, macedonio de Tesalónica” (Hechos 27:2)

Aristarco llegó con Pablo a Jerusalén llevando la ofrenda para los santos, pero como ya se le había profetizado lo que le iban hacer una vez que llegara a la ciudad, ahora Lucas nos informa que Aristarco sigue con Pablo en un viaje que será más peligroso que toda la experiencia que hasta ahora ha vivido, sin embargo allí está Aristarco.

Nos llama la atención, que este capítulo donde ocurrirá una gran tormenta se nombre solamente a Aristarco considerando que había más acompañantes en la nave que tomaron rumbo a Roma.

Bien se puede preguntar ¿por qué Aristarco no se quedó en Jerusalén? ¿No había cumplido acaso con el propósito de llevar la ofrenda? ¿Por qué seguir acompañando a Pablo en medio de tanto peligro y con una sentencia de muerte encima?

Sin embargo, es aquí es donde vemos la fidelidad de esos discípulos que están detrás de la escena. Yo no sé si con Aristarco pasó lo mismo que Rut y Nohemí, quien en vista de las calamidades pasadas le había dicho que se regresara a la casa de sus padres. Lo cierto es que aquí seguimos viendo a un discípulo fiel al compromiso, jugándose su propia vida por causa del evangelio.

a. Fidelidad atravesando la tormenta (verss. 22-24)

Cuando Pablo apeló al César, y con ello este viaje accidentado, estaba iniciando lo que sería la historia de una tormenta perfecta. En efecto, Pablo sabía que iba a ver una gran pérdida de todos los bienes que había en la nave. Muchas cosas pasaron en esa travesía.

Un gran viento llamado “Eurociclón” golpeó severamente la embarcación y en ella iba Aristarco. El total de los que iban en la nave eran doscientos sesenta y seis, y entre ellos estaba Aristarco. Y si alguien sabía que el Señor les guiaría durante toda esa tormenta, era Aristarco, porque él conocía a Pablo y sabía muy bien quién era Cristo.

Es verdad que los presos estaban en manos del centurión, pero la autoridad de Pablo y la seguridad que Dios le había dado que todos se salvarán, le hacía pensar que aún cuando la tormenta arreciaba, todos se iban a salvar. El barco finalmente ancló.

El mar lo abrió y la orden era que todos tomaran partes del mismo barco para llegar hasta la orilla. Y en una de esas tablas va Aristarco, salvándose también, y con ello su prestigio y fidelidad al lado de su amado maestro Pablo. Aristarco encarnaba el valor de la fidelidad a pesar de la tormenta. La fidelidad de Aristarco fue puesta a prueba otra vez.

IV. FIDELIDAD CUANDO EL AMIGO ESTÁ PRESO

Después de esta accidentada travesía llegaron finalmente a Roma; todos se salvaron de acuerdo con lo que Pablo dijo. Ahora Pablo está en Roma, pero como un ciudadano preso. Llegó a Roma, pero con una iglesia compuesta por soldados y presos convertidos. Así que va a necesitar de mucha ayuda, y para eso está Aristarco.

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