El pecado nos separa de Dios y de la comunión con El. El creyente no experimenta la vida sin pecado en esta tierra porque hemos heredado esa naturaleza, sin embargo nosotros vencemos el pecado a través del poder del Espíritu Santo que nos redarguye de pecado, justicia y juicio y nos lleva al conocimiento de la verdad.
La santidad o santificación puede ser perfeccionada
Es decir, completada o madura. La madurez o el crecimiento de la santidad, es un aumento a la semejanza de Cristo. Se trata de una santificación progresiva, y un rechazo permanentemente al pecado.
Nosotros recibiremos la glorificación cuando vemos a Jesús en el cielo, y no antes. Hasta entonces, vamos a crecer a Su imagen y semejanza. Nuestra responsabilidad es someternos nosotros mismos al trabajo interior del Espíritu Santo y seguir creciendo en Su imagen y semejanza (Santiago 4:8).
“Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones”
2. La única prueba segura de que tenemos una fe salvadora en Cristo Jesús es una vida en Santidad.
“Sin santidad, nadie puede ver al SEÑOR Dios.” (Hebreo 12:14)
“Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación” (1 Tesalonicenses 4:7).
“Dios quiere que seamos santos. La santificación es el propósito declarado de Dios para el creyente. El cristiano ha sido apartado para Dios y por lo tanto es “santo” para el Señor. Debido a que hemos sido declarados para “perfeccionar la santidad en el temor de Dios” (2 Corintios 7:1).
La persona que pone su esperanza por la fe en el Hijo de Dios experimenta una purificación interna que es tan completa como la pureza del mismo Cristo. Llegamos a ser como Cristo, cuando enfocamos nuestra fe en Su gracia salvadora.
La Santificación no es un acto instantáneo. La Santificación es un proceso que comienza al nacer de nuevo que tendrá un crecimiento gradual como evidencia de nuestra nueva vida en Cristo y nuestro crecimiento espiritual.
La Santificación es necesaria en la vida del creyente porque
3. La única prueba de que sinceramente amamos al Señor Jesucristo es una cuando practicamos una vida en santidad.
Juan 14:15 dice: “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos” “El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama” (vers. 21). “El que me ama, mi palabra guardará” (vers. 23).
La desobediencia a Dios y a su Palabra rompe toda comunión con Dios. Cuando no hay comunión no hay dirección divina. Aunque el amor y la misericordia de Dios es tan grande que aunque nosotros seamos infieles, El permanece fiel
Excelente mensaje que nos ayuda a aferrarnos cada día a la palabra de Dios, a afirmar nuestro caminar en Cristo y luchar por obtener el galardón.
Muy linda palabra, pastor, Dios continúe bendiciendo su vida y ministerio.
Bendiciones!!!
Claro y conciso de mucha edificación para mi vida y para quienes lo van a escuchar
Excelente mensaje para reconocer y tener claro que debemos vivir en santidad.
BENDICIONES SIERVOS DEL ALTISIMO, ADELANTE EN ELSEÑOR abrazos y felicitaciones por esa palabra de DIOS
Bendiciones amados en Cristo, muy edificante estos mensajes de santidad. Dios les continúe llenando de la gracia de su espíritu, y puedan seguir bendiciendo muchas vidas.