Un padre comprometido

Padres, ¿cuántas veces al día oramos por nuestros hijos? ¿Hasta dónde sus necesidades ocupan nuestras agendas intercesoras? Mire lo que hacía Job. Se dice que “se levantaba de mañana” para interceder a Dios por sus hijos. Y el mismo texto añade: “De esta manera hacía todos los días”.

La actitud de Job nos ilustra que no es suficiente traer nuestros hijos a Dios, y hasta dedicarlos, si no estamos dispuestos a seguir ofreciéndoselos a él. Nos dice que no es suficiente que nuestros hijos cumplan con ciertas tradiciones religiosas, si no los instruimos de forma continua en los caminos divino.

Yo no puedo dejar que solo la escuela o la iglesia formen a mis hijos. Soy responsable por un ministerio de intercesión cotidiano antes que otros lo hagan por mi hijo.

Como padre-sacerdote estoy involucrado en presentarle mis hijos a Dios, de modo que ellos no sólo sean librados de la influencia del pecado en sus vidas, pero también que sus vidas sean una influencia y bendición para otros.

Así, pues, debemos orar diariamente por los amigos que nuestros hijos tienen de modo que les testifiquen con su vida y con su ejemplo; debemos orar para que salgan bien en sus estudios y por su inclinación vocacional. Ninguna necesidad de mis hijos debe quedar oculta en mis oraciones como padre.

Mi oración diaria debe dirigirse hacia el hombre o la mujer con quien se casará mi hijo o mi hija. Allí debo orar para que Dios le dé a alguien que primero ame al Señor y en consecuencia les ame también a ellos.

Como vemos nuestra tarea como padres no se limita a traer hijos al mundo, sino a conducirlos Dios. Que no ganemos a todo el mundo y perdamos a nuestros hijos. ¡Que no se pierdan por nuestra culpa!

4. Presentarlos individualmente al Señor (vers. 5c)

Se nos dice que Job, “ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos”. He descubierto como padre la bendición y riqueza que encierra cada uno de los temperamentos de los hijos. Así, pues, debemos ocupar tiempo para presentarlas al Señor nombre por nombre.

Debo tener el gozo de saber que estoy hablando con Dios acerca de mi hija o mi hijo. No será un tiempo para quejarme con él sobre el comportamiento de ellos. Más bien será un tiempo de gratitud, pero de santa intercesión por cada área que mi hija o hijo necesita delante del Señor.

Allí en su presencia debo orar por su salvación, si todavía no ha sido salva; debo orar por su bautismo, si todavía no lo ha hecho; y sobre todo, por la carrera a la que se está inclinando, y por los sentimientos que se le están despertando. Usted ha sido colocado en el hogar como cabeza.

Tenga el gozo de traer al Señor a sus hijos, sea en intercesión por ellos o en la salvación para sus vidas. No pierda esta posición ni este privilegio. Recuerde que entre sus muchas responsabilidades está el saber que “herencia de Jehová son los hijos”, y como tal debo cuidar este tesoro divino.

Cada uno de sus hijos es de supremo valor. Usted y yo necesitamos presentarlos por sus nombres y sus necesidades delante del Padre celestial. No deje que otros sean los que intercedan por sus hijos. Es con usted con quien Dios quiere entenderse respecto a la vida de su hijo. Usted es su padre y ese es su privilegio.

CONCLUSIÓN:

Una de las cosas que personalmente me impacta de libro de Job, es la forma cómo termina. Sin duda que la pérdida de sus primeros diez hijos tuvo que ser muy dolorosa.

Pero note la recompensa de su obediencia y su lealtad a Dios. Los últimos versículos del libro nos dicen: “Y bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el primero… y tuvo siete hijos y tres hijas… y no había mujeres tan hermosas como las hijas de Job en toda la tierra; y les dio su padre herencia entre sus hermanos” (Job 42:12-17).

Dios sabía cuánto amaba Job a sus hijos, por eso le devolvió el mismo número, pero con mayores bendiciones. Amados padres, la inversión que hagamos con nuestros hijos hoy nos llenará de enormes satisfacciones en el mañana.

Necesitamos comprometernos como padres. Debemos apostar al progreso, armonía y su salud espiritual de nuestros hijos. ¿Qué tipo de padre soy? ¿Qué tan responsable he sido en esta exclusiva tarea?

© Julio Ruiz. Todos los derechos reservados.
Congregación Bautista Hispana de Columbia

Central de Sermones.. Predicas Cristianas

Deja un comentario