Escogidos sin ser lo mejores

Pero no fue así. Los hombres que Jesús escogió fueron del vulgo, según fueron calificados más adelante por las autoridades religiosas (Hechos 4:13). ¿Qué nos dice el hecho que estos primeros discípulos eran pescadores? Que eran de la banca, de los suplentes; no eran los mejores para estar al frente.

Lo primero que uno comienza a ver en este equipo del Maestro es que ellos eran hombres sin ningún carisma o algún potencial personal. Y si alguien que se especializa en buscar el personal para una empresa, le aseguraría a Jesús un total fracaso con los hombres que escogió.

Pero en esto consistirá la grandeza de Jesús como rabino, pues escogió a los menos capaces, pero fueron los más dispuestos.

2. Hombres dispuestos a ser usados

John MacArthur ha dicho a este respecto lo siguiente: “Dios se brincó a los sabios de aquel tiempo. Los grandes eruditos estaban en Egipto; la biblioteca más grande en Alejandría; los mejores filósofos vivían en Atenas; y el poder se hallaba en Roma. Él dejó fuera al historiador Heródoto, al gran pensador Sócrates, y a Julio César.

En su lugar, escogió a hombres ordinarios que parecían una mala broma. No a rabinos, ni maestros ni a expertos religiosos”. Así, pues, Jesús escogió lo ultimo que el mundo del conocimiento y la sabiduría podían pensar, porque el propósito de Cristo no era para que el trabajo que harían en el mundo dependiera de ellos, sino de lo que Cristo iba hacer a través de ellos.

La gente con mucho talento y conocimiento se le iba a interponer en el camino y a lo mejor nunca iban a depender de él para el trabajo al que fueron llamados. Con esto Jesús les enseñó que su poder en esos vasos débiles era infinitamente más grande que el mayor de todos los talentos sin él.

De igual manera, Dios quiere usarte como eres, con lo que sabes, aunque no seas un discípulo como los escogidos por los rabinos, pero si escogido por Jesús.

II. JESÚS NOS ESCOGERÁ PRIMERO, ANTES QUE NOSOTROS LE ESCOGAMOS A ÉL

“Venid en pos de mi” (vers. 19)

Esto fue lo que dijo en la invitación que extendió a los discípulos que llamó. Hemos hablado de la diferencia del llamado a los discípulos entre Jesús y los rabinos de su época. Solo los mejores eran escogidos. Todo dependía del rabino si le gustaba para ser su discípulo.

Así que ser seleccionado era un privilegio para luego estar a los pies de ellos y oír sus enseñanzas. Lo que pasó con los discípulos de Jesús fue todo lo contrario. Ellos ni siquiera tuvieron que sentarse a sus pies, porque él mismo fue quien los buscó cuando ellos no lo estaban buscando.

Este fue el llamado: “Venid en pos de mí”. En esto vemos algo extraordinario. Jesús descendió de su cátedra para buscar a quienes le acompañarían por unos tres años. ¿Sabe usted lo que esto significa? No se trata de que yo haya escogido a Jesús, sino que el me escogió primero. Esto debe darme confianza.

El mismo Jesús va a decir después que no fuimos nosotros, sino que él nos escogió, y nos comisionó para estar con él y para que lleváramos fruto (Juan 15:16). Quiénes éramos para que él nos escogiera. No éramos los mejores, qué bueno es Dios. No fuimos nosotros, sino que el nos escogió primero.

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