Escogidos sin ser lo mejores

III. JESÚS NOS ESCOGIÓ, PERO NOS PRESENTÓ LAS CONDICIONES DEL DISCIPULADO

1. Dejar el trabajo que aprendieron (verss. 20-22)

Una de las cosas que vemos en este texto es la respuesta inmediata que los discípulos dieron. Por cierto, no es la manera como mucha gente en el día de hoy responde al Señor ante su llamado. Observen esto: Pedro y Andrés “inmediatamente … DEJARON sus redes y lo siguieron”.

Santiago y Juan hicieron lo mismo: “Inmediatamente DEJARON la barca y a su padre, y lo siguieron”. ¿Por qué se mencionan estas dos cosas? Porque ambas representan lo más importante en la vida. El bote y las redes representan la manera en la que nos ganamos la vida.

Cuando se habla de la familia, en este caso el padre, eso significa las relaciones más intimas a las que le debemos tanto afecto. Lo que todo esto representa es que Jesús tiene que ser lo más importante antes que otra cosa.

Es verdad que algunos Dios no les pedirá que dejen a su familia o su carrera, pero otros ya él nos lo ha pedido y hemos tenido que tomar la decisión de dejar lo que más amamos. Para hacer la obra misionera mundial, muchos tienen que dejarlo todo, como los discípulos.

2. ¿Qué cosas tuvieron que dejar los discípulos?

Hace años alguien escribió lo que los discípulos tuvieron que dejar para llegar a ser los discípulos de Jesús. Dejaron las redes que por tanto tiempo habían usado; aquellas que tantos peces habían atrapado. Dejaron las barcas, aquellas que navegaron en los tantos lagos, su lugar de trabajo.

Esas barcas eran su medio de vida y de sustento. Dejaron a sus familias; todos aquellos seres amados que formaban parte de su intimidad, de su cotidianidad y la razón por la que todos ellos vivían.

Dejaron su dinero, todo aquello que habían ahorrado durante su vida para el sustento de la familia y para cubrir sus necesidades futuras. Dejaron los amigos con los que se asociaban desde su juventud. Y para ser pescadores de hombres era necesario que se dispusieran a seguir u vivir con su Maestro.

Esto planteaba una vida austera de entrega y de sacrificio. Jesús no tenía donde recostar su cabeza y seguramente que ellos tampoco. Hubo ocasiones donde ellos pasaron hambre. Pero observe la recompensa de seguirle (Mateo 19:27-29). Si bien es cierto que es mucho lo que dejamos al seguir a Cristo, será mas grande lo que recibiremos después.

IV. JESÚS NOS ESCOGIÓ PARA QUE NOS REPRODUJÉRAMOS EN OTROS

1. “… Y os haré pescadores de hombres” (vers. 19b)

Al escogernos, Jesús cambia lo que somos y hacemos. Nos amó, nos buscó, nos compró y nos eligió. Vea este privilegio. El Dios que eligió a Adán, Noé, Abraham, Moisés, David y a los discípulos, nos ha elegido a nosotros. Venimos a Jesús exactamente como somos, pero él no nos deja en la misma condición.

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