Escogidos sin ser lo mejores

En su escogencia, él nos cambia. Y ahora la comisión que dio a sus discípulos, también es para nosotros. La oración “os haré” es tarea de Dios. Es el trabajo del Escultor divino. Es por eso por lo que transformó a Pedro de “una caña débil” a una roca.

Cambió a Juan, el llamado “Hijo del Trueno”, al discípulo del amor. Y así como Dios le dijo a Adán y Eva que fueran fructíferos y se multiplicaran, nacemos para reproducirnos, nacemos de nuevo para dar frutos. La tarea de un discípulo es otro discípulo.

No seremos auténticos discípulos hasta que no produzcamos a otros discípulos.
Jesucristo les dijo a esos hombres que escogió: “Os he puesto para vayáis y llevéis muchos frutos”. Es hora de saber que fuimos salvos para contribuir en la salvación de otros. Si no hacemos esto ¿quién más podrá hacerlo?

2. ¿Cómo demuestras que eres un discípulo?

La señal más visible que somos discípulos de Cristo es que estemos dando frutos. Si usted no está haciendo eso, usted solo es un creyente que solo está recibiendo. La prueba final a la que fueron sometidos los discípulos de Cristo fue la de llevar frutos.

El mismo Jesús les dijo que su Padre celestial se glorificaba en la medida que ellos daban frutos (Juan 15:8). Antes de ascender a los cielos Jesús dejo la más grande comisión de la que se tenga conocimiento (Mateo 28:18-20).

En el griego las palabras “ir”, “bautizar” y “enseñar” son participios, cuya fuerza se deriva del verbo imperativo “hacer” discípulos. Jesús resumió su misión, diciendo: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Si no nos unimos al Señor en esta misión, no podremos ser sus discípulos.

Somos responsables de todas las personas que están cerca de nosotros para que las llevemos a Cristo. Un día los libros serán abiertos y los que no se encuentren inscrito allí, serán lanzados al lago de fuego (Apocalipsis 20:15). ¿Sabe usted lo que significa que su más cercano amigo sea lanzado a ese lugar? ¿Qué hizo por él?

CONCLUSIÓN:

Jesús escogió a sus discípulos no porque eran los mejores, sino porque él sabía que todos ellos estaban dispuestos. ¿Se dio cuenta que cuando Jesús les llamó la palabra más notoria fue “inmediatamente”? No hubo en ellos dilación, ni siquiera en el caso de Mateo, el publicano.

Aquellos discípulos provenían de muy baja preparación. Fueron tratados como gente el vulgo, sin letras y sin conocimiento alguno. Fueron ellos los que Jesús escogió para que estuvieran y anduvieran con él. Todos dejaron lo que más querían y se convirtieron después en los pescadores de hombres.

Fueron ellos los que trastornaron al mundo de su tiempo. Cristo hizo en todos ellos la diferencia. ¿Nos hemos preguntado que fueron esos hombres los que cambiaron la historia de la humanidad? ¿No es maravilloso pensar que fueron ellos los que escribieron gran parte del Nuevo Testamento?

Mis amados, Dios no te ha escogido porque seas el mejor, sino porque ha visto en ti la disposición de seguirle. Dios no tiene a nadie más sino a ti para seguir escribiendo la historia de su evangelio entre los hombres. Si tu fracasas, su evangelio fracasará. Déjate usar por él para su gloria eterna.

© Julio Ruiz. Todos los derechos reservados.
Iglesia Bautista Ambiente de Gracia, Fairfax, VA.

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