Sé grande, pero no te agrandes

I. TU Y YO TENEMOS UNA MISIÓN

a. Los Misioneros

La palabra misionero es muy curiosa, interesante, pero por otro lado a causado confusión. Ah causado confusión porque cuando hablamos de misionero estamos hablando de lo que dejó su familia y su país para irse a otro lugar a hablar del Evangelio.

Así que asumimos que hay dos tipos de cristianos, aquellos que NO tienen un llamado a ser misioneros y otros que SI lo tienen. 

Pero eso es un malentendido. Si tu lo sigues entonces los pasos que estás dando es hacia una misión. E decir te está diciendo que eres un misionero ya que Dios llama a cada cristiano ser un misionero. Entonces la pregunta no es si Dios te llamó a ser un misionero, más bien sería:

b. ¿A dónde te llamó Dios a ejercer ser misionero?

Puede ser en la China, en la India, o en tu trabajo, en tu barrio. Pero no cambia el que todos aquellos que hemos aceptado a Jesús vivimos con filtro o identidad constante que se llama ser misionero. No importa si Dios te llama a tu barrio, a un pueblo chiquito de tu ciudad, o a tener que buscar fondos y patrocinio para salir lejos de tu país.

O si Dios te está llamando a ser un representante de Él en tu escuela o trabajo. Lo que sí quiero recalcar es que no es correcto asumir que uno tiene un llamado misión y otros NO. Todos, tú y yo, tenemos una misión, La pregunta ya no es si tenemos una misión, si no la pregunta es ¿a dónde me envió Dios a cumplir la misión?

II. NO TE PREOCUPES POR LA RESPUESTA DE OTROS

a. Despreocúpate por lo que digan los demás

Cuándo la historia de Juan empezó vemos que él era muy popular. Estamos viéndole a la orilla del río Jordán y multitudes, centenares de miles de personas viajaban muchísimos kilómetros, cruzaban ciudades y desiertos por poder llegar a ese lugar para escucharlo y bautizarse.

Vemos que todo el mundo lo aceptaba. Estamos hablando de judíos y no judíos, religiosos y no religiosos. Todo tipo de personas estaban llegando a Juan y estaban aceptando su mensaje. De repente vemos el rechazo de Herodes y asumimos que si crees la verdad y predicas la verdad todo el mundo te va a rechazar.

Mire, a Juan no los rechazó todo el mundo. Al contrario fue amado y respetado, también fue visto como el mayor profeta que había tenido Israel. Pero con una persona que no estuviera de acuerdo fue suficiente para que él llegara a la cárcel.

b. Testifica la verdad de Dios

No importa en qué contexto vives o en qué contexto estás. Te aseguro que lo que la Biblia dice es verdad y falta poco tiempo para que la gente se ofenda contigo o te trate mal. Te trate con enojo, odio, y eso es simplemente por hacer lo que te dice que hagas la Biblia.

A veces en consejerías suelo ir a lugares a tomar un café, o servirnos algo liviano, y en una de esas reuniones una de las personas me preguntó que pienso yo, si es pecado o no que un hombre tenga sexo con otro hombre.

Deja un comentario