Con toda bendición espiritual

En el libro de Éxodo leemos cómo Dios sacó al pueblo de Israel de Egipto con poder. Leemos como las plagas afectaron al pueblo de Egipto pero al pueblo de Dios permanecía a salvo. De la misma manera Dios quiere estar con su pueblo hoy día y protegerlos de todo mal. No importa que los tiempos hayan cambiado, que las plagas sean distintas, Dios sigue siendo el mismo.

Cuando estamos enfermos al primero que debemos acudir es a Dios, luego acudir al médico o a las medicinas pero siempre confiando que quien actúa en nosotros es el Creador. Si gozamos de buena salud es gracias a Dios y debemos estar agradecidos por eso. Dios es nuestro sanador.

b. Bendición espiritual – Jehová es nuestro proveedor (Salmo 23:1)

Si de alguna cosa material tenemos necesidad podemos estar seguros que Dios nos suplirá esas necesidades conforme a sus riquezas en gloria. Cuando Jesús tuvo necesidad de pagar un impuesto solo pidió a uno de los discípulos que fuera y tirara el anzuelo para pescar, sacaron un pez y en la boca del pez el dinero para pagar el impuesto.

Dios nos provee cuando necesitemos algo. Jesús también nos pidió que no nos afanemos por qué habremos de comer o beber, Dios nos dará lo que necesitamos.

Toda bendición material está en Dios y no debemos acudir a nadie más para obtenerlas ni debemos buscarlas por todos los medios. Dios es el dador y solo a Él debemos acudir. Por supuesto que tenemos un trabajo, algún emprendimiento o inversión, pero no podemos esperar nada de ello si Dios no está con nosotros. Pues las bendiciones que obtenemos fuera de Dios pueden existir pero si Dios las da tienen fundamento y nada ni nadie puede tocarlas.

¿Qué pasa si Dios nos da una bendición material y las perdemos porque alguien nos las quita? Podemos estar tranquilos porque Dios nos las dio y quien nos las quita no es a nosotros sino toma la posesión de Dios. Dios se encargará de tratar con la tal persona.

Dios tiene cuidado de sus hijos, siempre y cuando estemos al lado de Dios nada nos faltará. Hasta Job estuvo seguro que si Dios permitió que perdiera todo, Dios era quien en un principio se lo había dado, por eso pudo bendecir a Dios, Jehová dio, Jehová quitó, sea el nombre de Jehová bendito.

Esa es la bendición más grande, saber que no importa donde estemos y lo que veamos a nuestro alrededor, si Dios por nosotros podemos estar seguros en cualquier situación.

c. Bendición espiritual – Prosperidad (1 Reyes 3:13)

Las bendiciones de Dios nos seguirán a donde quiera que vayamos. Aunque no estemos buscando ser reconocidos Dios mostrara su gloria en nosotros. Aunque no estemos buscando la prosperidad material, Dios hará prosperar nuestro negocio, nuestro emprendimiento, nuestro trabajo.

Así como Salomón, Dios le dijo que podía pedirle lo que quisiera y él pide sabiduría para gobernar al pueblo. Dios le concede lo que pidió, pero también lo que no pidió, pues se agradó en su decisión. Cualquiera seguramente habría pedido riquezas y fama.

Y Dios se lo hubiera dado seguramente, pero sabía que eso es pasajero. Salomón tenía pensamientos más importantes como gobernar a un pueblo difícil, un pueblo que había sido escogido por Dios. Salomo se enfocó en las personas.

Deja un comentario