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Apocalipsis 21: 4: Una realidad para vivir hoy

Predicas Cristianas

Prédica de hoy: Apocalipsis 21: 4 – Una realidad para vivir hoy

Predicas Cristianas Texto Bíblico: Apocalipsis 21: 4: “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.

Introducción

Hay momentos en la vida en los que miramos hacia atrás y nos parece corto el camino por el que hemos cruzado en la vida. Sin embargo, antes de comenzar todo parecía muy largo e incluso imposible. Vamos a imaginar que pasa algo similar en este pasaje de la Biblia. Dios ya conoce el futuro y ha decidido comunicarnos lo que pasará, hoy parece imposible, pero cuando estemos allí todo lo malo parecerá un sueño.

Cuando comencé mi vida cristiana todo me parecía extraño en la iglesia. Una de mis mayores aficiones siempre ha sido la música y la verdad al principio no me agradaba mucho los cantos cristianos. Me incomodaba un poco los coros tan repetitivos y las melodías no eran a lo que yo estaba acostumbrado.

Yo pensaba que nunca llegaría a acostumbrarme a ese nuevo tipo de música, pero hoy, disfruto completamente de la música cristiana. Los himnos están en mi mente y las canciones no solo me agradan, sino que las canto a viva voz. Si me detengo a mirar al pasado ya no puedo sentir ser ese al que no le gustaba la música de la iglesia.

Apocalipsis 21: 4 nos muestra un panorama que es totalmente ajeno a la realidad actual. Sinceramente no lo podemos imaginar. Pero, lo más seguro es que cuando estemos allí, ya no podremos recordar esta vida. Estaremos tan llenos de felicidad que el sufrimiento será un tiempo olvidado.

Parte 1: La vida actual y Apocalipsis 21: 4

Quizá tú lees Apocalipsis 21: 4 y te preguntas ¿No habrá llanto, ni clamor, ni dolor? ¡Es imposible! Si, lo primero que vamos a pensar mirando la realidad actual es que es totalmente imposible. Los seres humanos estamos tan habituados al mal, al pecado, que no podemos imaginar un mundo diferente.

Imaginemos por un momento el mundo de Adán y Eva. Ellos están en un entorno totalmente perfecto y, después de su pecado, comienzan a ver los cambios drásticos en el ambiente. Ya nada era igual, comenzaron a nacer espinas a las plantas, los animales ya no vivían en armonía y ahora existía la muerte.

Para ellos la muerte no era lo habitual, era totalmente desconocida. Los mismo pasaba, con el dolor y el sufrimiento. Totalmente contrario a eso, cuando nos despertamos en la actualidad en un día cualquiera todo a nuestro alrededor nos recuerda el dolor que trae consigo el pecado.

La televisión nos habla de que hubo robos, asesinatos violaciones… a lo lejos escuchamos niños llorando o personas discutiendo y lo peor de todo es que hoy eso es normal para nosotros. Nos hemos acostumbrado al mal, ya no nos duele el sufrimiento ajeno y nos sentimos resignados a vivir sufriendo hasta el fin de nuestros días.

Parte 2: Un cuadro de película

Hay muchas personas que prefieren las películas a la realidad y que incluso quisieran vivir en los mundos de fantasía de las filmaciones y no en esta tierra. Sin embargo, Apocalipsis 21: 4 nos muestra un cuadro que no se puede ver ni en las películas.

Cerremos nuestros ojos un momento y tratemos de imaginar un mundo en el que no haya absolutamente nada de sufrimiento. No lo podemos imaginar. Por esa razón, el texto comienza “enjugará Dios toda lágrima” porque todos esos sufrimientos que tenemos arraigados Dios nos los quitará.

Y sigue diciendo “no habrá llanto, ni clamor, ni dolor.” En Isaías 25: 8 ya Dios había mostrado el mismo cuadro. Un mundo futuro en el que no habrá ningún tipo de sufrimiento. Un lugar en el que nadie matará, nadie hará daño a otro, nadie sentirá odio o envidia. Un sitio en el que todos y todo vivirán en armonía.

La parte final de Apocalipsis 21: 4 nos da la razón de por qué ese mundo nos parece tan irreal. Dice expresamente: “porque las primeras cosas pasaron”. Si, la realidad de sufrimiento ya no será más, las noticias desastrosas no las recordaremos, cada uno de nuestra vida pasada será algo olvidado, porque estaremos en un reino de gloria eterna.

Parte 3: Apocalipsis 21: 4 hoy en mi vida

Pese a que lo que nos muestra Apocalipsis 21. 4 sea una realidad futura, nosotros debemos comenzar a vivirla hoy. A pesar de que lo que tenemos en este pasaje es una promesa para otra realidad totalmente distinta, nosotros debemos comenzar a hacerla realidad hoy.

Dios nos dice: “Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré” (2 Corintios 6: 17). El Señor nos pide que nos alejemos del mal y de quienes están a favor de la oscuridad. Los seres humanos somos los actores materiales del mal, aunque sea el enemigo el actor intelectual, somos nosotros quienes lo cometemos.

Es nuestro deber como cristianos consolar, ayudar, remediar y evitar el sufrimiento de los demás por nuestra cuenta. El Señor está con nosotros y promete ayudarnos en esta noble tarea. Cada vez que nosotros aliviamos el dolor estamos comenzando a vivir ese mundo y esa realidad que se nos ha prometido.

Conclusión

La profecía de Apocalipsis 21: 4 nos debe llenar de gozo y alegría hoy. Además nos debe inspirar para que comencemos a vivir ese tiempo glorioso desde este momento. Cada día debe ser nuestro propósito y nuestra oración “Señor, ayúdame a hacer el bien, a aliviar el sufrimiento y a vivir ese mundo futuro que me prometes hoy.”

En Isaías 25: 9, pasaje paralelo al de Apocalipsis, después de recibir el pueblo esa realidad tan maravillosa solo puede exclamar: “He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación.”

Hagamos realidad esas palabras hoy en nuestras vidas. No dejemos que sea el mal y el sufrimiento el que gobierne nuestras vidas. Por más de que tengamos dolores y angustias en esta tierra, el Señor es nuestro consuelo y esperanza. Esta realidad no es para siempre con Dios tendremos un mundo distinto, una vida sin dolor.

Hoy no nos podemos imaginar completamente esa realidad, pero podemos comenzar a vivirla aunque sea un poco. Lo único que sabemos con certeza es que lo que Dios nos tiene preparado es algo que no podemos concebir y que cada sufrimiento que hemos tenido en esta tierra será algo desconocido y olvidado para nosotros.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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