Predicas Cristianas
Prédica de Hoy: Perfectamente conocido
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Salmo 139:1-6
INTRODUCCIÓN:
Si bien este salmo lo iniciamos por la mitad, sin haberlo presentado, su contenido está considerado como uno de los himnos más sagrados en esta literatura poética.
David escribió con este salmo una de las obras más distinguidas de las que se tenga conocimiento, cuando queremos saber acerca de la omnisciencia y omnipotencia de Dios. Pero, sobre todo, cuando queremos saber acerca de cómo fuimos creados y cómo hemos sido conocidos por Dios.
Spurgeon, en su libro “Los Tesoros de David”, introduciendo este salmo, ha dicho: “El fulgor de este Salmo es como el del zafiro, o «cristal terrible» de Ezequiel; sus destellos son ráfagas de luz que cambian la noche en día. Como faros, su cántico santo proyecta una luz clara hasta los confines más alejados del mar y nos advierte contra el ateísmo práctico que no hace caso de la presencia de Dios y, con ello, hace naufragar al alma”.
Cuando analizamos las partes de este segundo mensaje, David nos da una introducción donde habla de un conocimiento perfecto que Dios tiene de nosotros.
La oración “tú me has examinado y conocido” nos pone al descubierto frente a la omnisciencia de Dios, uno de los atributos más insondables de su naturaleza divina.
Esta declaración del salmista es reveladora. Para un pecador no arrepentido debe ser incómodo, porque todas sus acciones, sus palabras, y sus pensamientos son del conocimiento de Dios.
Para un creyente consagrado, esta declaración es un descanso, porque sabe que sus pecados han sido perdonados, y ahora Dios ve su corazón arrepentido. Esto nos produce paz, porque si Dios conoce nuestras debilidades, no para aprovecharse de ellas, nos ayudará a conseguir el camino de la victoria. Nos hace bien saber esto.
Cuando somos examinados y conocidos por el Señor de esta manera, no importa si los demás no nos conocen, su conocimiento es suficiente. ¿De qué manera Dios nos conoce?
I. DIOS CONOCE MIS MOVIMIENTOS
1. Has conocido mi sentarme (vers. 2a)
Lo primero que vemos en esta confesión de David es una referencia totalmente personal. David no habla de un conocimiento colectivo de Dios, sino de uno donde él es conocido íntimamente. Él habla del Dios que conoce y el David conocido.