2. Evaluando mis pensamientos (Filipenses 4:8).
Pablo nos ha dejado una lista de asuntos para ser considerados a la hora de evaluar nuestros pensamientos. Para los estudiosos del comportamiento humano, esto sería como el tener una mente positiva. Para Pablo es el tener una mente santa.
Se trata de seis virtudes con las cuales debemos adornar nuestros pensamientos. La primera en referencia es “todo lo que es verdadero”. Esto es contrario a la mentira. Pensar en la verdad y con la verdad es no tener una mente dividida.
Pensar en todo “todo lo honesto” es excluir lo deshonroso, ofensivo y frívolo. La meta de esta virtud es buscar siempre respeto, lo que es digno y noble. “Todo lo justo”. Esto tiene que ver con todo lo correcto, honesto y responsable. La injusticia no puede ser parte de la vida del creyente. Pensar en “todo lo puro” es vivir con una mente sana y santa.
“Todo lo amable” se refiere a lo encantador, gratificante, agradable, admirable, simpático y atractivo. “Todo lo que es de buen nombre” es aquello que excluye a todo lo que ofende. Y por último “si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza”; en esto debemos pensar siempre, no menos.
III. DIOS CONOCE MIS CAMINOS
1. “Has escudriñado mi andar y mi reposo…” (vers. 3a)
La palabra “escrutado” en este texto tiene la idea de excavar buscando algo, como un material precioso. David sabía que su vida estaba expuesta delante de Dios. Si bien la palabra de los reyes no admitía investigación de acuerdo con Proverbios 25:3, esto no aplicaba para David como rey, porque su andar estaba descubierto.
Los súbditos no conocían muchas cosas de su rey, pero Dios lo escudriñaba siempre. Estas palabras son alentadoras cuando no hay nada por lo que Dios se sienta avergonzado de nosotros, pero son terribles al saber si mi andar no es correcto delante de sus ojos. “Andar y mi reposo” es una figura para ilustrar una actividad consumada.
Es una referencia a lo hecho durante el día, pero también durante toda mi vida. La omnisciencia de Dios le permite tener un absoluto conocimiento de todos mis movimientos.
Aún mi reposo no le es extraño. Él cuida de mi descanso de manera de reponer el agotamiento de mi andar durante el día. ¿Sabe Dios de nuestros sueños? ¿Oramos antes de acostarnos?
2. “Y todos mis caminos te son conocidos” (vers. 3d)
Para otras personas algunos caminos les son conocidos, pero para Dios todos mis caminos los conoce bien. Esto es así porque el hombre ve la apariencia, pero Dios ve el corazón. La contabilidad divina es simplemente sorprendente.
Él cuenta todas mis actividades, todos mis pensamientos, las veces cuando me levanto o me acuesto, cuando ando o cuando reposo; y ahora el texto nos dice que todos los caminos del corazón son plenamente conocidos delante de Él.