Así que no pensemos ya en nuestras flaquezas, y concentrémonos en nuestras virtudes. La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba solidez, la lija limaba asperezas y el metro era preciso y exacto. Se sintieron como un equipo capaz de producir hermosos y útiles muebles y sus diferencias pasaron a un segundo plano”.
Vamos a ver tres temperamentos distintos que se asemejan a esta historia, y el Señor te va a revelar en donde te encuentras. Hoy vas a entender que no podemos estar todo el tiempo juzgándonos los unos a los otros, por más defectos que tengamos, puesto que con ellos, siempre y cuando estemos dispuestos a cambiar; el Señor nos usará, sabiendo que el trato de Dios con los hombres es individual y la rendición de cuentas también.
Hoy tienes que tomar una decisión de, si te vas a seguir colocando mascaras de aparente personalidad o vas a cambiar tu carácter definitivamente viendo las virtudes y lo bueno en los demás para entrar y trabajar para el reino de los cielos.
Quizás Ud. Pueda pensar que estas palabras son un poco fuertes, pero déjeme llevarlo a la palabra en Jeremías 15:19 donde Dios mismo le habló al profeta y aún mucho más fuerte. “Por tanto así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mi estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, será como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tu no te conviertas a ellos.”
En la Biblia podemos encontrar ejemplos de grandes hombres que les fue necesario cambiar de carácter para poder ser útiles en las manos de Dios. Moisés el tartamudo e inseguro, paso a ser el presidente de un nuevo estado.
Abraham, el inseguro y dudoso, fue el punto donde Dios genero nuestra bendición. David, el debilucho, el pequeñito, el incapaz, llego a ser el Rey de todo el Pueblo. Paro Ud. podrá decir: Eran los escogidos, no se vale. Entonces veamos casos críticos de seres por los que nadie daba un peso o de quienes alguien pensó, ¡ese no cambia!.
1. EL MARTILLO Y LA LIJA – PEDRO
Muy áspero en su trato y siempre tenia fricciones con los demás Hacia demasiado ruido y se la pasaba golpeando. Juan 13:6-9, 36-38. Juan 18:10-11 Juan 18:25-27. Pedro tuvo un carácter muy duro.
Era el criticón, quizás era el murmurador, ningún carácter era tan fuerte como este, fue el que contamino cada vez que se quejaba y criticaba aun a su misma autoridad, se atrevió a hablar en contra de la autoridad, por esto el diablo le robo la bendición de ser fiel siempre.
Me atrevería a pensar que era el que tenia influenciados a los demás discípulos a decir cosas como: “ pero Señor, como lo vas a sanar si es fariseo”, “si es prostituta”, “si es leproso”. ¡Cuidado Pedros!, no se puede estar golpeando y martillando en lo mismo por que se contamina.
Como logro Pedro unirse al equipo de trabajo, como logro ser útil en manos del Carpintero?, CAMBIANDO SU CARÁCTER. Si tu te sientes como pedro, que murmuras, que criticas, que te quejas; si nada te gusta, si crees sabértelas todas, si no estas de acuerdo con la visión de la cabeza, toma estas tres armas para cambiar: Juan 21:4-14
a. VERS. 7. TEN UN ESPÍRITU DISPUESTO A RECIBIR, por que los Pedros, por lo general no reciben fácilmente, sino lo que desean recibir. Por esto el discípulo amando le dice: “es el Señor”, y el no le creyó, se cubrió y se tiro al agua pero aun no creía. Tuvo que convencerse por si mismo.