Consagrados

En estos días podía leer algo que me motivaba a escribir y es que nuestros hijos pueden apartarse de Dios, de todo lo sagrado, inclusive de nosotros sus padres, pero de lo que por más que traten de huir no lo conseguirán es de la oración de sus Padres.

Hermano y hermana tienes una responsabilidad: consagra tu hijo para Dios, instrúyele en su camino, en su palabra y veras grandes cambios en tus hijos.

Como te expresaba como fruto de esta decisión nació Samuel y como era de esperar fue llevado al templo y colocado al servicio de Dios.

“Después que lo hubo destetado, lo llevó consigo, con tres becerros, un efa de harina, y una vasija de vino, y lo trajo a la casa de Jehová en Silo; y el niño era pequeño.  Y matando el becerro, trajeron el niño a Elí. Y ella dijo: ¡Oh, señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová.  Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí.  Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová. Y adoró allí a Jehová. 1 Samuel 1:24-28.

 Samuel creció en el templo al servicio de Dios, las condiciones que le rodeaban no eran las mejores, pues aun los hijos del sacerdote Eli no hacían lo correcto ante los ojos de Jehová, tomando en vano el sacrificio a Dios y por si fuera poco teniendo relaciones con las mujeres que velaban a las puertas del Templo. Samuel podía haber seguido esta misma conducta, pero no fue así.

Hoy en día estamos en la misma condición que nos rodea y que le rodea a nuestros hijos, el ambiente esta sumamente cargado de pésimos ejemplos, por eso depende en gran manera de nuestra guianza, de nuestras oraciones, de nuestra búsqueda y comunión con el Padre.

Fue en estas condiciones que Samuel recibió el llamado de Dios como era de esperar por su conducta, no siendo así por los hijos de Eli

Samuel escucho la Voz de Dios, pero esto solo fue posible por su comunión, su búsqueda, su entrega es decir su relación con Dios, nuestros hijos nos imitan constantemente su conducta y relación con Dios depende de lo que ellos sean capaces de ver en nosotros.

Como te decía Samuel recibió el llamado de Dios audible, pero para ello mostro una conducta intachable.

Hoy en día es posible escuchar el llamado de Dios, pero para poder lograrlo nos es necesario bajar el volumen al mundo, y que es esto simplemente es dedicar mas tiempo a las cosas celestiales que a las terrenales, más comunión con Dios y menos con el Hombre, fijar más la mirada en aquel que tiene la solución a nuestros problemas, confiar mas y dudar menos, parece difícil pero no es imposible.

Samuel lo logro pues estaba consagrado a Dios porque no podemos lograrlo nosotros y nuestros hijos.

Quizás podamos decir que los tiempos son otros, que la situación es difícil, es cierto, pero es que igual situación enfrento Samuel.

En ocasiones quizás tendrás deseos de tirar la toalla, de dar por terminada la carrera, veras que ya no te quedan fuerzas, pensaras que tus oraciones no son escuchadas quizás Samuel experimento todo esto, pero el estaba seguro de quien lo había llamado y para que lo había escogido.

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