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Trabajemos para la obra de Dios

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Predicas Cristianas Predica de Hoy: Trabajemos para la obra de Dios

Predicas Cristianas Texto Biblico:  1 Corintios 15:58

Introducción

En el mundo creen que es en vano trabajar para la obra de Dios, y esta postura la asumen todos aquellos que estando en la iglesia no lo hacen, aunque no lo digan explícitamente.

Hay muchas personas que trabajan fuerte para la obra de Dios y aunque casi siempre son los mismos, la realidad nos dice que son éstos los que se convierten en pastores, evangelistas, diáconos, etc. Y es así porque el fuego del ministerio les lleva a tratar de ayudar a la obra del Señor en todo aquello en que pueden hacerlo.

¿Trabajo en vano para la obra de Dios?

Lo que muchos se preguntan es si estarán haciendo todo este trabajo en vano, o un día tendrán su recompensa de parte del Señor. A éstos solo puedo decirles que existen en la palabra de Dios muchos sitios en donde se nos envía a trabajar para la obra de Dios.

Entendiendo que esto también lo hacemos cuando visitamos a los enfermos y a los presos, damos de comer al hambriento y vestimos al desnudo, o ayudamos a los necesitados. Ya que el Señor nos dice: “Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría”. Eclesiastés 9:10.

A la luz de la palabra, veamos que nos dice el Señor, leamos en 1 Corintios 15:58Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”. Y en 2 Crónicas 15:7Pero esforzaos vosotros, y no desfallezcan vuestras manos, pues hay recompensa para vuestra obra”.

Significado de trabajo para la obra de Dios

Trabajo significa “todo tipo de acción realizada por el hombre independiente de sus características o circunstancias”. Es así que el trabajo es una de las características que distinguen al hombre del resto de las criaturas, ya que solamente el hombre es capaz de trabajar. Hecho a imagen y semejanza de Dios en la tierra y para que la dominase, el hombre está desde el principio llamado al trabajo.

Por lo tanto, el trabajo es un deber. “Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma 2 Tesalonicenses 3:10. El que se muestra como discípulo de Cristo llevando la Cruz en la actividad que está llamado a realizar, ése es el verdadero discípulo, de donde trabajar es en consecuencia un deber y un derecho, mediante el cual se colabora con Dios, en el cual, trabajando con esfuerzo y valentía, la persona exalta los dones y los talentos recibidos, sirviendo al Señor y a la humanidad.

Hablemos de esfuerzo en la obra de Dios

Para hablar de trabajo es necesario que hablemos de esfuerzo. El Señor dijo: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierraGénesis 3:19.

Y para esto nos exige: “Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayasJosué 1:7-9.

Recompensas de obrar en la obra de Dios

Y déjenme decirles que hay recompensa, bendiciones y muchas cosas más para los que trabajan en las cosas de Dios. Y lo más interesante es que no importa cuán grande sea tu trabajo, sino que lo hagas conforme a lo que pienses en tu corazón, así, “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre2 Corintios 9:7.

De manera que puedes servir en la iglesia, puedes ayudar para el templo y puedes dar muchas cosas, pero si las das de mala gana, porque te sientes con responsabilidad, lo haces para agradar a los hombres, o simplemente en tu corazón no está darlo, no tendrás recompensa pues Dios ama al dador alegre, entonces….., “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís” Colosenses 3:23-24.

Ahora……, la Biblia nos dice: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad” 2 Timoteo 2:15-16.

Muchas veces nos esforzamos en ser buenos estudiantes, buenos profesionales, buenos padres, hijos, o en ser una buena pareja, y todo esto se debe a que queremos la aprobación de las personas y sentirnos bien con nosotros mismos. Pero ¿Cuál es el esfuerzo que verdaderamente puede hacer una diferencia en tu vida?, ¿Cuál es el esfuerzo del que habla la Biblia y que agrada a Dios?

Un obrero aprobado en la obra de Dios

Pablo nos exhorta a esforzarnos para ser un obrero aprobado, resultando un obrero que no tiene de qué avergonzarse. Nuestra forma de vivir habla de cuanto anhelo tenemos, o no, de agradar a Dios, para lo cual a veces es necesario decidir agradar a Dios aunque no tengamos la aprobación de nuestros “amigos”.

Es así que en Proverbios 6:16-19 vemos que “Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente, El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal, El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra discordia entre hermanos”.

Muchos piensan que estas cosas están lejos de ellos, pero si analizan sus vidas se darán cuenta de que no es así, pues las hacen a  diario y esto debe avergonzarlos en vez de enojarles porque se lo hacen ver.

Pablo también dice que hay cosas que se deben evitar, como son las pasiones juveniles y que incluyen el deseo a las cosas prohibidas, la codicia por las cosas que son de otro. Por lo tanto “No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimoÉxodo 20:17

Es decir, que para presentarnos al Señor como obrero aprobado, debemos evitar querer cosas o personas que son contrarias a la voluntad de Dios, y por las cuales también debemos evitar tener discusiones necias.

Además, nos dice la Biblia que debemos ser un obrero que use bien la palabra de Dios, para lo que debemos interpretarla, enseñarla y vivirla de una forma correcta. Y esto nos va a ayudar a que sepamos cómo vivir para que no tengamos de qué avergonzarnos, ya que Dios espera que nos esforcemos por ser diferentes y tener una vida conforme a su corazón

Para esto, no debemos “parecer” cristianos, sino que debemos “serlo”. Serlos sin tener nada de qué avergonzarnos. Enseñando a otras personas no solo con lo que decimos, sino con nuestra forma de vivir. No solo en la iglesia, sino también en la intimidad del hogar y donde quiera que estemos.

El esfuerzo en el trabajo para la obra de Dios

El esfuerzo en el trabajo para el Señor siempre tiene su recompensa. Pero es cosa de valientes, de aquellos que no tienen miedo al fracaso, sino que todo lo ven como una oportunidad para levantarse y aprender de la experiencia cómo continuar adelante hasta lograr lo soñado. Ya que el esfuerzo no nos deja ver puertas cerradas, sino que nos permite ver las puertas por abrir, sabiendo que por cada puerta que se cierra, muchas más se abrirán para encontrar lo que buscamos.

El esfuerzo nos enseña a ver los problemas como asuntos por resolver y que al ser solucionados nos permitirán alcanzar nuestro objetivo. Entendiendo que siempre se puede dar un paso más porque no somos de los que se quedan en el camino, de los que los vence el cansancio porque tienen la seguridad de que al final siempre hay un tesoro que nos está esperando.

El esfuerzo en la obra del Señor nos hace sordos a las voces del fracaso, y ciegos a las nubes que hablan de una tempestad. Permitiéndonos solo escuchar que sí lo lograremos, que solo falta un poco más. No vemos la montaña por escalar sino la satisfacción y alegría de estar en la cima, sabiendo que al cumplir con sus mandamiento y apropiarnos de la promesa de Dios que dice: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” Josué 1:9. Nos autoriza a vivir en carne propia el significado de las palabras de Jesucristo: “Si puedes creer, al que cree todo le es posibleMarcos 9:23. Esto nos aprueba para ser más que vencedores en Cristo Jesús.

El trabajo para la obra de Dios no es una simple opción

El trabajo para el Señor no es una simple opción, es una decisión que deben tomar todos aquellos que deseamos lograr el triunfo en Cristo. Triunfo que por muy pequeño que sea para otros, siempre será un gran triunfo ante los ojos de Dios.

Eres parte de una generación que Dios ha venido levantando para Su Gloria. No te desanimes y pon tu mirada en quién te llamó de las tinieblas a la luz para que puedas alumbrar a otros, para que puedas encender la luz de Dios en la vida de muchos que lo necesitan.

Entonces, no temas ni desmayes pues Él estará contigo donde quieras que vayas. Tienes identidad en Él y al cabo de los años vas a poder decir: “He trabajado conforme mi llamado y todo lo que Dios me ha permitido hacer hasta hoy, no ha sido en vano”; entonces….., vamos adelante con tu tarea, esfuérzate y se valiente.

Un arco en las manos del Señor

Somos el arco en manos del Señor y solo Él ve el blanco, pone en nosotros la flecha, que es la obra que debemos hacer cada uno, y nos envía hacia donde nosotros no somos capaces de ver ni entender, aunque algunas veces si lo podemos sospechar.

Tienes una misión por cumplir y puede que no te guste cuando te lleve hasta la máxima tensión, cuando las situaciones te aprietan. Cuando crees que las cosas no debieran ser como son sino como nosotros creemos que deben ser.

Pero para ser fiel al Señor y poder cumplir con Él, deja que la mano del arquero te doblegue y serás instrumento imprescindible en Sus manos para realizar la gran obra, que aunque no la comprendas, está preparada para ti.

Conclusión

Si usted sabe que está haciendo algunas cosas de las que se han hablado, y que no le agradan al Señor, si está deseando algo que no le corresponde, si está trabajando para el Señor a desgano o por compromiso, puede con esto que su trabajo sea en vano, y no ser recompensado porque no lo está haciendo con amor, con alegría, sino que lo hace de mala gana, criticando, con quejas, o con molestia porque no quiere dejar eso que tiene en su interior y que tanto desagrada al Señor.

Pero este es el momento de humillarse en Su presencia, pedirle perdón, y volver a hacer las cosas con amor y alegría como para el Señor, abandonando nuestras pasiones, y esto lo harás de corazón si es que en realidad deseas trabajar para la obra del Señor.

© Ricardo Hernández. Todos los derechos reservados.

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6 comentarios en «Trabajemos para la obra de Dios»

  1. Con cuanta capacidad fue bendecido para poder escribir estos temas pastor de verdad que usted es un elegido por Dios para su obra predicando su Palabra que buen tema

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