La mejor comida

En un sentido, ese trabajo de anfitriona era como su mejor oferta de devoción de acuerdo con los patrones sociales de la época. En verdad Marta no estaba haciendo nada malo, ella seguía lo que aquella sociedad había determinado para ella como mujer.

Y esto nos lleva a considerar la esencia de este tema, no siendo entre lo bueno y lo malo, sino entre lo bueno y lo mejor; que no es en ofrecer una buena comida, sino en escoger entre lo mejor. Que más que hacer algo para agradar al Señor, él desea nuestra comunión. Por otro lado, no se trata de decirle a Jesús lo que él debe hacer, sino oír lo que él quiere decir.

II. ESTAR A LOS PIES DE CRISTO ES LA MEJOR COMIDA

1. Cuando Jesús quiere más que una comida (vers. 41)

Otra versión traduce este texto así: “Mi apreciada Marta, ¡estás preocupada y tan inquieta con todos los detalles! Y así es como debemos ver las palabras de Cristo a su discípula Marta. De ninguna manera Jesús la estaba minimizando por el empeño en prepararle la comida que a él le gustaba. Este momento debemos interpretarlo muy bien. Jesús va a la cruz.

Él sabe las horribles horas que vienen en muy poco tiempo. Su interés en ese momento no es tanto en la comida que perece, sino en aquella mencionada a sus discípulos anteriormente: “Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis… mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra” (Juan 4:32-34).

En aquel momento lo que Jesús más deseaba era la comunión de esos amados hermanos. Cuando perdemos el apetito por estar en comunión con el Señor, entendemos por qué Jesús se dirigió a Marta de esta manera. Las muchas distracciones en las que ocupamos tanto tiempo, todos los días, nos hacen perder la visión del anhelo más grande del Señor: nuestra comunión con él.

Mattew Henry dijo: “La actividad mundanal es una trampa para nosotros cuando nos impide servir a Dios y obtener lo bueno para nuestras alamas”. Nada satisface mejor que la comida de Cristo.

2. María sentada a los pies del Maestro (vers. 39)

María aparece tres veces en las Escrituras y las tres está a los pies de Jesús (Lucas 10:39; Juan 11:32; Juan 12:3). Con la actitud de María llegamos a la conclusión que hay una diferencia en hacer algo PARA Jesús y estar CON Jesús. ¡María no desperdició su tiempo!

Desde el primer momento cuando Jesús entró a su casa se postró a sus pies en un profundo acto de sumisión. Pasar tiempo con Jesús es escuchar su única y dulce voz. María nos muestra el orden de nuestras prioridades. Sin bien trabajar para el Señor es importante, estar a sus pies es lo más importante. ¿Por qué eso?

Porque oírlo en sus consejos y amonestaciones nos hace crecer más. Estar a sus pies es vivir la vida de un auténtico discípulo suyo. Ahora, ¿significa esto que no debo trabajar? ¿La vida cristiana es trabajo o adoración? Es ambas cosas, pero la adoración debe estar en el corazón de todo lo que hacemos.

Cualquier actividad que hagas debes hacerla para la gloria de Dios. Nuestro trabajo debe ser el resultado de nuestra adoración. Jesús no le pide a Marta que deje de hacer el trabajo, pero primero se le dice que adora al Señor. Hacer las cosas solo para lograr satisfacer mis necesidades es perder de vista a aquel por quien vino el trabajo. Jesucristo debe ser mi más grande pasión y mi más grande amor.

3. “Pero solo una cosa es necesaria…” (vers. 42)

Alguien ha dicho: “Muchas cosas ocupan nuestra vida, pero solo una cosa es la más necesaria”. Este principio se cumplió en María. Esta declaración tiene mucho peso. Quien Calificó esta actitud fue Cristo mismo. La palabra traducida aquí como “mejor”, al decir Jesús “María ha elegido la mejor parte”, también puede significar simplemente “bueno”.

No es que Marta haya elegido mal y María acertadamente, sino que Jesús está allí y él demanda la atención de todos. Ya hemos dicho que Jesús frecuentaba ese hogar, y seguramente no había hecho este llamado de atención anteriormente. El hecho de hacerlo ahora es porque él deseaba solo eso, “la cosa necesaria”, la que María había entendido como lo mejor.

La actitud de María nos ayuda a ver la diferencia entre lo urgente y lo importante, entre lo temporal y lo eterno, entre la preocupación material y la comunión con el Señor. Jesús también nos dice hoy que “sola una cosa es necesaria”. Fíjese que él no dice que “sola una cosa es importante”. ¿Era importante la comida que Marta preparaba?

¡Si era importante! ¿Era necesario en ese momento? No era necesario, porque “solo una cosa es necesario” y María la había escogido. Si no escogemos adorar al Señor nuestra vida estará siempre llena de otras distracciones.

4. “María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada” (vers. 41c)

Definitivamente María era una mujer devota del Señor Jesucristo. La vemos en esta escena enseñándonos la importancia de dedicar tiempo con el Maestro. La vemos después ungiendo a Jesucristo con un perfume extremadamente costoso, el cual fue calificado por Jesús como hecho para prepararlo para su sepultura.

En aquella ocasión Jesús dijo que “donde se predicara este evangelio”, lo hecho por María, sería contado como testimonio para todos; y esa parte nadie se la podía quitar. Marta quiso robarle esta parte cuando le pidió al mismo Cristo que María le ayudara.

Mis amados, ni los hombres ni Satanás las pueden quitar. Debemos entender que cuando escogemos “la buena parte”, aquella donde nos postramos a los pies del Maestro para adorarle y para oír su dulce voz, esa no nos será quitada. Recordemos esto, no les era permitido a una mujer sentarse a los pies de un rabino para ser enseñada.

¿Se acuerdan del fariseo Simón como se escandalizó porque otra mujer, de mala reputación, se sentó a los pies de pies y enjugó con sus lágrimas y con un perfume fino? Jesús no rechaza a esos corazones que se postran en su presencia en completa adoración.

CONCLUSIÓN:

En esta historia hemos visto dos actitudes y dos actividades de dos discípulas muy amadas por Jesús. ¿Despreció Jesús la comida que Marta estaba preparando? ¡En ninguna manera! Sólo que Jesús miró el corazón afanado de Marta, y frente al “reclamo” de ella contra su hermana María, porque no le ayudaba, Jesús le dice que su hermana escogió lo mejor.

La palabra traducida aquí como “mejor”, puede significar simplemente “bueno”. No es que Marta haya elegido mal y María acertadamente, sino que Jesús necesitaba su atención en ese momento, más que la exquisita comida de Marta. Jesús nos confronta acá para elegir entre el activismo y la contemplación.

Es un llamado a elegir un equilibrio para estar libres de distracciones y preocupaciones, enfocados en la fe en lo que es importante. Hay momentos cuando Jesús desea más que estemos a sus pies, adorándolo y comiendo de su palabra, en lugar de estar en la mesa degustando una comida temporal.

Al final de esto (creo yo), Marta dejó de hacer la comida, se sentó con su Maestro, y después María se levantó, la ayudó y Jesús y discípulos comieron y siguieron su camino, rumbo a Jerusalén; aquella era la última cena en eso hogar.

© Julio Ruiz. Todos los derechos reservados.
Iglesia Bautista Ambiente de Gracia, Fairfax, VA.

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