Real sacerdocio

Ahora; hemos de notar que en el capítulo 28 [versículo 14] se encuentra remarcada la amonestación. Y es cuando ésta amonestación se ignora que posteriormente encontramos cómo se desencadena el juicio (Capítulo 29).

Quisiera dirigir principalmente mi atención a los Líderes religiosos, en ellos encontramos una decadencia y una ruina espiritual en grande magnitud. Faltos en Discernimiento, hipócritas y burladores OCUPANDO EL JUICIO. (Capítulo 29) Sus sacerdotes estaban envueltos en el mismo círculo de pecado, toda intención de ofrecer sacrificios y ofrendas le era abominación a Dios. [Isaías 1.11 en adelante.]

La condición en la que se presentaban a Dios era inaceptable

Dios les enseñaría que ahora ellos serían puestos como sacrificio. El pueblo sería el altar donde se quema la ofrenda por medio del fuego, fuego divino, fuego de juicio. Los ayes que aparecen, son el sinónimo de que pronto se experimentará dolor, sufrimiento, angustia, un “JUICIO INEVITABLE” ¿PERO A DÓNDE ME DIRIJO CON TODO ESTO?

Cuando nos adentrémonos al escenario del capítulo 29 resaltan las actividades propias del sacerdocio del antiguo pacto. Un altar, Una ofrenda, Fuego, Un sacerdocio Isaías 29. Declara- ¡Ay de Ariel, de Ariel, ciudad donde habito David! ARIEL. Es un Nombre poético de Jerusalén.

El nombre de Ariel se relaciona con el altar de Dios, Ezequiel 43.15-16 nos describe que es la parte superior del altar, Ariel el brasero. [Ariel] Que significa el Monte de Dios en forma simbólica hace referencia a Jerusalén. Así desde esta perspectiva, podemos entender a Jerusalén como el lugar donde se quema sacrificios.

Entonces Jerusalén sería como Ariel pues es Jehová quien la visitaría con fuego consumidor.

¡Ay de Ariel, de Ariel, ciudad donde habito David! (“Pondré a Ariel en apretura [opresión del enemigo] y será desconsolada y triste y será a mí como Ariel.) Conocemos que el sacerdocio levítico del antiguo pacto fue anulado por el sacrificio único y perfecto de Cristo, donde el se estableció como nuestro Sumo Sacerdote.

Ciertamente las condiciones en las que se levantó Isaías son únicas de aquella época, cultura, pueblo; pero seguro estamos que su palabra sigue siendo relévate a nuestra época, cultura y nación porque ella es viva, ella sigue siendo eficaz, fresca para nuestros corazones y es ésta misma palabra la que nos constituye a ti y a mí como su real sacerdocio, su pueblo escogido, su nación santa, su Jerusalén espiritual.

La dispensación de la gracia

Hoy que nos encontramos en la dispensación de la gracia, y que nos encontramos no envueltos de símbolos y figuras, sino en el tiempo de su manifestación, es menester atender urgentemente el llamado que Dios a través de su Espíritu da a su Iglesia.

Hoy deseo que identifiquemos la condición en la que nos encontramos delante de Dios, aquel sacerdocio levítico quedó en el tiempo de la Ley, el pacto antiguo se anuló y en Cristo se ha establecido un pacto superior al antiguo.

Aquel tenía ciertamente sus deficiencias, aquel que no fue guardado con fidelidad y tampoco fue cumplido por los hombres, ha sido anulado y reemplazado por uno nuevo.

Deja un comentario