Real sacerdocio

Era menester subir en consagración y subir limpio y sin mentira, al cuestionarle Isaac sobre el cordero solo se guardó en decirle: hijo “Dios proveerá” . Subir al monte no es nada sencillo, quizá al igual que Abraham subamos confundidos y con el corazón quebrado de dolor y angustia.

¡Adelante! no desmayes en subir, existe un propósito detrás de la densa oscuridad, sube al monte, lucha por subir el monte. Cuando llegues a la cima y no puedas mas solo ríndete ante él. Será necesario que llegues sin fuerzas para que entonces no seas tu  quien edifique el altar.

Será su Espíritu quien te tomará, él sabrá cómo edificar, él pondrá las piedras necesarias, porque en nuestra debilidad es que Él y solo Él se hace fuerte. Te aseguro que después de ello, bajaras investido de su poder, su unción, respaldo, gracia.

Abraham bajó del monte con regocijo, fortalecido y sobre todo en la voluntad de Dios.

Moisés bajó irradiando su gloria. ¿Quieres un ministerio de poder? ¿Buscas dones? Subirás ciertamente luchando, pero descenderás en victoria ¡! (Éxodo 24:12).

Es solo cuando nos encontramos en la peña del monte que encontramos revelaciones, es allí donde se manifiestan las visiones. Es arriba donde escuchamos su palabra, las más altas revelaciones, las más gloriosas visiones se tienen sobre un monte.

El Señor se transfiguró en un monte. Desde un monte ascendió a los cielos. El Espíritu llevó a Ezequiel y a Juan en Patmos sobre un monte alto para mostrarles la Santa Ciudad. Súbete al monte, lucha un momento, sube primero.

Cuando camines a solas y busques madera, empezarás a entrar al canal de bendición, a solas con el Señor. Él te confrontara, tratará contigo personalmente, para descender con autoridad, para descender con unción, con respaldo, con revelación, sube primero para que desciendas en victoria. [Éxodo 32:15]

REAL SACERDOCIO – CONCLUSIÓN

Así que inválido sería considerarnos sacerdotes espirituales sin antes edificarnos en Cristo. Inválido es argumentar ser sacerdocio, sin antes ofrecernos como sacrificio vivo. Arriba, en el monte de la oración es que podremos presentarnos como ofrenda viva, agradable a Dios.

© Emmanuel Eduardo. Todos los derechos reservados.

Ministerio: Templo el Salvador

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