La iglesia pobre que era rica

12. Jesús dijo, “…porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Lucas 12:15). Parece que ninguna verdad es mejor ilustrada para la visión pública todos los días que esta. Los periódicos claramente vociferan las noticias de que las riquezas no hacen feliz a las personas y no las llenan con la paz mental. Pero debemos continuar creyendo exactamente lo mismo.

13. Todos nosotros a veces caemos en el invento familiar del pensamiento de que si simplemente tuviéramos tanto dinero en la cuenta de ahorros, o si pudiéramos proveernos de un carro nuevo, o de una casa mejor, seríamos felices. Hay dos razones muy verdaderas por las que debiéramos saber que lo tal no contribuirá a la verdadera felicidad y vida abundante.

* 1) A causa de toda la evidencia que está alrededor de nosotros, sucede tan a menudo que aquellos que se imaginan que serán los más contentos, que tienen no solamente riquezas, sino fama y placer, terminan su existencia con una sobredosis o una bala.

* 2) Porque las cosas están hechas para el tiempo, pero nosotros estamos hechos para la eternidad. “…ha puesto eternidad en el corazón de ellos…” (Ecclesiastes 3:11).

14. No es posible para el hombre encontrar la satisfacción final con las cosas temporales de la existencia y el placer del pecado por una temporada. Salomón concluyó el libro de Eclesiastés por medio de afirmar que el temor a Dios y guardar Sus mandamientos es el todo del hombre (12:13-14).

15. Jesús alabó a la iglesia en Esmirna porque habían encontrado la verdadera riqueza. Estaban en la pobreza. Tenían pocas posesiones materiales. No tenían parte en la riqueza de la ciudad. Pero eran ricos. Eran ricos en bendiciones espirituales. Mateo 19:29 enseña que el cristiano es rico, tanto en esta vida y en la herencia que recibirá cuando el Señor sea revelado desde el cielo.

16. Jesús conocía la blasfemia de aquellos que dicen ser judíos y no lo son, sino que son de la sinagoga de Satanás. ¿Quiénes eran estos? Juan declara que estos judíos, aunque tienen el nombre honrado que corresponde al pueblo de Dios, en realidad son sinagoga de Satanás. El verdadero pueblo de Dios ya no es Israel según la carne, sino los que creen en Jesucristo el Hijo de Dios, sean judíos o gentiles (Gálatas 6:16; 1 Pedro 2.9-10). Así que judío en el sentido más importante de la palabra significa la iglesia de Jesucristo y no el pueblo histórico.

17. Del mismo modo hoy día, uno puede ser religioso, sincero y celoso, y no ser salvo. Si su celo no es acorde al conocimiento, y si no se ha sometido a la justicia de Dios, entonces no está salvo y es de la sinagoga de Satanás. Pertenece al Diablo y no al Señor. Pero también, donde sea que apliquemos presión o violencia a otros por sus creencias, estamos sirviendo a Satanás. La verdad de Dios se difunde por la persuasión del Espíritu Santo y del amor, no por la imposición o la fuerza.

III. LA EXHORTACIÓN. “No temas en nada lo que vas a padecer…” (vers. 10).

1. El temor es el gran ladrón de las paz mental. La ausencia de temor es una herencia que disfruta el cristiano fiel y verdadero. Algunas cosas no se mezclan. El temor y el cristianismo son dos de aquellas cosas. No obstante, muchos que afirman ser cristianos están afligidos con los temores y las preocupaciones. Pero como la sombra desaparece con la aparición del sol, del mismo modo cuando el lucero del alba aparece en nuestros corazones, los temores se disiparán ante nuestros ojos (2 Pedro 1:19).

2. ¿A qué le tiene temor hijo de Dios? ¿El pasado? No (Filipenses 3:13- 14). ¿El futuro? No. Dios tiene el futuro y la corona de vida es la esperanza permanente para el cristiano. ¿El hombre? No (Mateo 10:28). Si uno tiene un correcto temor por Dios, todos los otros temores son traducidamente innecesarios (Hebreos 13:6). ¿Las incertidumbres de la vida? No (Mateo 6:25-34).

3. El diablo echará a alguno de vosotros en la cárcel para que seáis probados… La voluntad permisiva de Dios juega un papel importante en las pruebas de los creyentes. En aquel entonces los cristianos eran acusados de ser desleales al emperador porque adoraban al Rey Jesús. Se les acusaba de ser ateos, porque adoraban a un solo Dios, en contraste con los romanos que eran politeístas. Además, se les acusaba de inmoralidad, porque celebraban ágapes o fiestas de amor cristiano a las que no se permitía la entrada de los inconversos.

4. Los diez días no serán literales sino que representan un período de sufrimiento comparativamente corto. Debían tener coraje porque su tribulación sería por una duración limitada.

5. La fidelidad es la clave. Las promesas de este libro no son simplemente para cualquiera. Son para los fieles. He escuchado a personas del mundo hablar de cuan pacíficos y maravillosos los hace sentir el leer la Biblia. Necesitan leer con más discernimiento. Las promesas no son para ellos. No hay consolación, aliento, en el Salmo 23 para aquel que no está en el rebaño del Señor. No hay aliento en la oración modelo, “Padre nuestro, que estás en los cielos…” para aquel que no está en la familia de Dios.

6. Dios permite esta persecución para que seáis probados. Todas las dificultades de la vida de fe son oportunidades para confiar en Dios y aprender a perseverar en su poder. Por lo tanto, el cristiano no debe tener temor de lo que ha de padecer. El temor debe impulsarnos a acudir a Dios y pedir su ayuda.

7. Esta exhortación termina con una asombrosa contradicción: Se fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. Para vivir, ¡Hay que morir! Tenemos la responsabilidad de permanecer fieles hasta la muerte. No simplemente hasta la muerte, sino aun, si esto significa morir. La corona de vida es para nosotros.

8. La corona se refiere a la guirnalda que fue puesta en la cabeza del ganador de la competencia en los juegos griegos. El creyente que complete su carrera mostrando fidelidad y confianza hasta el momento de la muerte recibirá como galardón la vida eterna al lado del Señor. Quien coronará será el Rey de reyes y Señor de señores.

IV. LA PROMESA. “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu…” (vers. 11).

1. Se le recuerda a la iglesia y al lector que el mensaje tiene aplicación a todo aquel que tenga el oído para escuchar y obedecer al Espíritu Santo. La Biblia habla de una muerte física o terrenal (Mateo 10:28) y una muerte eterna (Apocalipsis 20:6).

2. La muerte eterna es “la segunda muerte” que significa la separación eterna entre la persona y Dios. La segunda muerte tiene lugar en el lago de fuego (Apocalipsis 20:14-15). La segunda muerte es identificada en Apocalipsis 20:14 como la separación eterna y final de Dios cuando uno sea arrojado al lago de fuego (Daniel 12:2; Juan 5:29).

3. No hay condenación cualquiera que sea para esta iglesia. Nosotros de la misma manera ordenemos nuestras vidas para que el Señor diga, a pesar de la tribulación y pobreza que pudiera sobrevenirnos, “tú eres rico”. Seamos obedientes al Señor de señores y continuemos fieles porque en Cristo hemos vencido la segunda muerte y recibiremos la corona de la vida.

Conclusión

1. La iglesia de Esmirna era pequeña en número y pobre en recursos materiales. Los creyentes de Esmirna eran perseguidos y acusados ante las autoridades romanas por un grupo de judíos.

2. A pesar de las limitaciones y las dificultades, los cristianos de Esmirna tenían recursos espirituales con los que hacían frente a los enemigos del cristianismo. La iglesia de Esmirna no se dejó vencer en medio de las pruebas y persecuciones que fueron severas. Pues, uno de sus líderes Policarpo murió en la hoguera. Esta iglesia nos da un ejemplo digno de imitar. Y que sí es posible ser cristiano en medio de un mundo hostil.

© Martín A. Pacheco. Todos los derechos reservados. 

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