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El rostro auténtico de Dios

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Predicas Cristianas Predica de Hoy: El rostro auténtico de Dios

Predica Cristiana Lectura Bíblica: Mateo 7:7-12

INTRODUCCIÓN

A más de dos mil años que Jesús nos revelo el rostro autentico de Dios, en la iglesia seguimos teniendo grandes dificultades en conocer a Dios. La religión ha creado y nos ha trasmitido la imagen de un dios muy lejos, fuera de nosotros, más allá de las nubes, y en otras ocasiones frente a nosotros como el ojo del policía que controla nuestras vidas.

Nos hemos creado la imagen de un dios mandando y dando órdenes, un dios que esta al otro lado de nuestra confianza, un dios que ordena y controla para premiar o castigar. Este no es el rostro del auténtico Dios que Jesús nos ha revelado.

Jesús nos ha definido a Dios con mucho amor, y manifestado en servicio a favor de la humanidad, “como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20:28). Cuantas veces hemos pronunciado que Dios es amor, pero seguimos creyendo en un dios que infunde miedo.

En el amor no existe temor, el amor, hecha fuera al miedo, el temor anticipa el castigo y quien siente temor aun no está realizado en el amor, “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor” (1ª Juan 4:18)

I. ¿POR QUÉ EN LA BIBLIA OBSERVAMOS PASAJES QUE DEMUESTRAN LA IMAGEN DE UN DIOS TERRIBLE?

En numerosas ocasiones me han hecho esta pregunta, “Por qué en el Antiguo Testamento Dios actúa con tanta crueldad, ordenando asesinatos, destruye ciudades. No se puede creer en un Dios implacable y sin el más mínimo respeto a la vida humana”. Es posible que esta misma pregunta UD. la haya hecho sin obtener alguna respuesta satisfactoria.

El hombre por naturaleza tiende a la búsqueda de un ser superior para adorar.

La historia muestra esta verdad, que la religión ha sido creada con fines específicos de buscar a Dios. La Biblia está llena de este sentimiento del misterio incomprensible de Dios, con una sensación de angustia ante lo desconocido y enigmático. La Biblia sobre todo el Antiguo Testamento, deja la huella de un pueblo de cómo fue entendiendo y conociendo a Dios.

Un camino difícil donde queda plasmado la imagen de un Dios terrible que manda a saquear, destruir ciudades enteras sin excluir niños, mujeres y ancianos y todo como un mandato expreso de Dios, “Y destruyeron a filo de espada todo lo que en la ciudad había; hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, las ovejas, y los asnos” (Josué 6:21).

Esta actitud de crueldad vista desde hoy, desde nuestra sensibilidad y la revelación de Dios en Jesús, nos parece ofensiva; pero cuando las colocamos en su lugar histórico, no es más que la realidad y la experiencia vivida de aquellas generaciones en su lucha ardua de comprender y entender el misterio divino. No se puede borrar, representan la mejor prueba Bíblica del lento progreso de una conciencia religiosa.

Si todo en la Biblia estuviere claro, desde el primer momento, sin ninguna sombra del largo camino de siglos, todo el esfuerzo de la humanización de un pueblo, la Biblia no sería Palabra de Dios, nacida de la experiencia religiosa de hombres y mujeres. Sería un escrito amañado que no tiene contacto autentico con nuestros problemas reales y quedaría sin provecho alguno para nuestra vida.

Cuando reconocemos todo ese largo y difícil camino y situamos el escrito el su lugar histórico y geográfico como etapa de un camino, se convierte en el trasfondo que nos permite apreciar como hombres y mujeres fueron descubriendo el rostro autentico de Dios. Esta riqueza quedo en los libros de la Biblia y acabó siendo entregada a la humanidad y así llego también a nosotros.

Voy a tratar de adentrarnos un poco al tema, pero debido a mi escaso conocimiento, solo podré presentar balbuceos; pero aun con todo espero que sea de provecho para los que aman la Palabra de Dios.

II. ¿PORQUE DIOS NO HIZO MENOS DIFICIL SU PROPIA REVELACION?

a. Dios todo Poderoso

Hemos entendido y creído que Dios es Todo Poderoso y nada hay imposible para él. Dios pudo haberse revelado con toda claridad desde el principio, evitándonos todas estas oscuridades, deformaciones y caídas que han causado confusión en el ser humano en la búsqueda del rostro de Dios. ¿Pudo haberse manifestado sin rodeos desde el principio y entregar generosamente su revelación?

Es necesario comprender que la revelación de Dios es progresiva y alcanza su máxima expresión en Jesús, “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” (Juan 1:18). Las Sagradas Escrituras contienen la revelación de Dios para hombres y mujeres; pero esta revelación se va desarrollando históricamente desde la propia experiencia del ser humano.

En toda la recopilación del escrito Bíblico, se deja ver la huella antropológica de aquellas generaciones, como fueron interpretando y conociendo a Dios. Para entender el mensaje que contiene la Biblia, es inevitable ubicarnos en el escenario histórico y hacer conciencia y mirar el problema directamente a los ojos.

Dios se revela desde siempre a todos y todo cuanto puede “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo” (Hebreros 1:1-2)

B. Historia de la salvación y salvación en la historia.

La salvación es histórica, debido que ha sido revelada para el ser humano, y el ser humano es histórico. Dios salva al hombre en su historia, “quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos”, (2ª Timoteo 1:9).

El proceso de esta revelación se ve afectada por las limitantes de nuestra inteligencia, que nos impide captar de manera eficiente la revelación de una salvación que no procede de nuestra esfera humana. A esto sumémosle los esquemas doctrinales prefijados que condicionan la interpretación de las Sagradas Escrituras.

Cualquier tipo de comunicación representa siempre un arduo trabajo y difícil, aun con personas situadas a un mismo nivel. Resulta imposible evitar la incomprensión o mal entendido. Cuando mayor es la distancia, más difícil se hace la claridad. Pensemos la dificultad que puede producirse en una misma familia, la simple diferencia generacional, los tiempos cambian, la sociedad evoluciona y junto con ellos todas sus costumbres. Pensemos ahora la comunicación con una especie distinta, como por ejemplo con un pajarito.

Por el momento existe literalmente una distancia infinita entre Dios y el hombre, ” Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es”. (1ª Juan 3:2), se hace obvia la enorme dificultad, que es inevitable que forzosamente tiene que atravesar la comunicación, entre lo infinito y lo finito, entre lo absoluto y lo relativo, entre lo trascendente y lo mundano.

Dios está en otra dimensión, no está sujeto a tiempo y espacio, escapa a nuestros modos normales de percepción de nuestra inteligencia, es un misterio insuperable, hasta que Dios concluya todo el proceso de redención “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13)

C. Dios salva en la historia.

Aquí puede haber muchas complicaciones de comprensión, pensemos en un ejemplo. Las sociedades de asentamientos indígenas en América Latina, como los aztecas, incas, mayas, pipiles etc. ¿Cómo pudieron ser salvos si no conocieron el evangelio? Ellos entendieron y comprendieron a Dios de una forma distinta a nosotros los cristianos. Dios se manifestó y se les revelo en su propia identidad cultural, la salvación fue realizada en su propia historia.

Cuando Moisés pregunto a Dios por su nombre, Dios no le dio un nombre, “Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros (éxodos 3:1-14). Lo que Dios le asegura a Moisés, es que él siempre estaría con él en el camino, y es allí donde conocería y comprendería a Dios.

III. LA GRACIA Y LA VOLUNTAD DECIDIDA DE DIOS EN REVELARSELE AL HOMBRE

A. Dios hace todo lo posible por revelarse.

Tomemos en cuenta que nosotros no somos los que estamos al servicio de Dios, es Dios quien está al servicio de mujeres y hombre ” y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos (Mateo 20:27-28) todo lo creado por Dios es para el hombre.

Gracias al servicio de Dios en favor de mujeres y hombres, Dios hace sus intentos de comunicación y revelación de sus propósitos divinos; pero nosotros apenas somos capaces de captar nada. Para poner un ejemplo pensemos en una madre o padre que está interesado en comunicar toda su sabiduría a un hijo de apenas tres años.

Tiene mucho que enseñarle y no le faltan amor para hacerlo, pero su hijo está limitado a las capacidades de niño, pero a medida que vaya creciendo la comunicación ira aumentando; pero en el camino surgirán crisis y malentendidos en la comunicación.

La aplicación de la revelación divina a nuestro lenguaje contiene muchas dificultades, no es que Dios no pudo revelarse mejor desde el principio, es que no se puede, porque nosotros no podemos y a esto sumémosle el egoísmo humano que no quiere. Ahora podemos ver mejor como el empeño de Dios por dársenos a conocer a pesar de todas las dificultades y todas las infidelidades.

No la reserva, sino desencadena toda su generosidad sin límites hasta la sangre de su Hijo “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” (Juan 3:16)

Esta entrega la hace Dios para todos los hombres, cada cultura y en cada época, Dios se revela para que sean capaces de captarle en su propia época y circunstancias, según las propias capacidades. Jesús de Nazaret es la máxima revelación de Dios ” puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Hebreros 12:2)

B. Dios hace todo y Dios es todo

La religión nos ha transmitido la imagen de un dios, que no es el dios de la Biblia, hemos creído, que Dios esta muy lejos fuera de nosotros, un dios abstracto; pero su Palabra nos dice que vive con nosotros”enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí YO ESTOY CON VOSOTROS TODOS LOS, hasta el fin del mundo. Amén”.

Esto nos da entender que Dios camina con nosotros en nuestra historia; pero la historia la hacemos nosotros. Dios no esta lejos de ninguno de nosotros, ” para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. (Hechos 17-27-28).

DIOS ES AMOR, amor desbordante comprometido con la realidad humanidad, hasta la entrega total de su revelación, resulta indudable que ha medida que esa realidad avanza, también el amor de Dios se realiza, “y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Romanos 5:5).

C. La ira de Dios, la Cólera de Dios, castigo de Dios.

Cuando vemos todas estas expresiones en la Biblia, distorsionan y nos causa cortocircuito en el cerebro, son antropomorfismos, Dios no cambia en sus emociones y sentimientos, son expresiones que no se pueden quitar o tachar, pertenecen a una etapa de un duro y largo camino en comprender y entender el rostro autentico de Dios, etapa que ha quedado superada en Jesús.

En muchas ocasiones son expresiones usadas con acento teológico que causan miedo y distorsionan la imagen del rostro autentico de Dio. Dios, como es él en sí y quiere ser para nosotros, no puede darnos miedo. Cuando llegamos a conocer el rostro de Dios, lo que reina es la confianza, el deseo de hablar con él, de contarle todas nuestras preocupaciones y temores que nos están agobiando, que nos roban la tranquilidad.

VI. ¿POR QUÉ EXISTE EL MAL?

Teológicamente se ha dicho infinidad de veces que el mal es producto del pecado; pero aun así quedan muchas preguntas sin respuesta. Voy a tratar de aportar un pensamiento sobre este tema, se que no resolverá, pero puede aportar alguna ayuda.

El mal no es algo que este allí porque Dios así lo quiere, ni siquiera porque Dios lo permita.

El mal esta porque siendo la realidad finita, no puede no estar, resulta inevitable. De existir el mundo, el mal resulta inevitable, “Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue.

Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña” (Mateo 13:24-26). Dios tenía la alternativa de crear el mundo o no crearlo, de crearlo tenía que ser un mundo real, donde hay que nacer, crecer, morir, si esta en un sitio no puede estar en otro, si es hombre no puede ser mujer, lo cual a nivel físico comporta incompatibilidades, y posibles catástrofes, a nivel biológico, sufrimientos y enfermedades, a nivel moral, injusticia, egoísmo y opresión. Eliminar todo esto, sería eliminar el mundo

Dios camina con nosotros para ayudarnos a llevar la carga de la realidad del mundo, Dios es DIOS CON NOSOTROS, que esta con nosotros y en nosotros, sufre con nosotros, llora con nosotros, ríe con nosotros, duerme con nosotros, “cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él”. (Hechos 10:38), este es el rostro autentico de Dios que Jesús nos ha revelado.

Conclusión

Tengo la esperanza, que esta reflexión haya sido comprensible, pero no se puede decir todo en cada ocasión. Lo que me propuse con este pequeño tema, fue explicar como debemos ver a Dios y su revelación en las Sagradas Escrituras, y su relación con nosotros. Si en el escrito bíblico nos encontramos con la imagen de un Dios implacable, asesino, temible, cruel, es la Palabra inspirada para memoria de un largo y arduo camino en el proceso de la revelación.

Con Jesús tenemos la máxima revelación de Dios, DIOS ES AMOR, no ha cambiado, ni puede cambiar, su naturaleza es amor y no puede ser lo contrario. Es posible que diferenciemos en muchos aspectos, pero les dejo el camino abierto para los interesados en seguir investigando sobre el tema. Que mi Señor les bendiga.

© Francisco Antonio Martinez. Todos los derechos reservados.

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