Alejados de Dios

Bueno dicho lo anterior, el pueblo ante la falta de un compromiso y fidelidad ante un Dios con estas características se va en pos de otros dioses, los dioses de los madianitas, amorreos, heteos y demás naciones que les rodeaban.

Pues resultaba más fácil al poder verlos y practicar una vida basada en la satisfacción de los sentidos (oler, ver, sentir, etc.) y la satisfacción de saber que los logros personales (trabajo, familia, etc.) son más bien el resultado de brazo fuerte de nuestro esfuerzo, más que las dádivas de un Dios que no se ve y que en muchas ocasiones nos mete en hornos de prueba para moldearnos para ser útiles en sus manos.

Los israelitas practicaban la idolatría

Este es uno de los pecados más abominables a los ojos de Dios, pues en primer lugar por infidelidad por colocar en el trono del corazón a algo o alguien que no es Dios (personas, posesión, aptitud, etc.) y a la vez querer favores de Dios.

En segundo lugar por colocar al grandioso y único Dios al nivel de cualquier escultura, obra de manos de hombre.

En nuestros días Su pueblo cristiano también practica lo malo ante los ojos de Dios. Pues si bien no practica la idolatría como los antiguos al darle honor y gloria a una imagen o persona, si pone en el trono de su corazón y prioridades a personas, trabajo, gustos, placeres, amargura, etc. Creando así como en otro tiempo un alejamiento del Señor de nuestras vidas, dejándonos a que nuestros enemigos nos consuman y humillen al pueblo escogido de Dios.

II. Las consecuencias de estar alejados de Dios (verss. 2-6)

“… Madián los oprimía cada vez más…”

Las consecuencias de que el pueblo buscará a otros dioses y otros propósitos en su vida fue que se crea un abismo entre el ser humano y el Señor. El pueblo es entregado a sus enemigos por 7 años, los madianitas.

Madián era un pueblo inculto e ignorante que en otro tiempo Israel lo había sometido; pero a causa de su alejamiento de creador, los madianitas se hicieron fuertes, numerosos y poderosos, más que Israel.

Por consecuencia al ser más fuertes y sin el poder de lo alto, los israelitas eran oprimidos, es decir eran robados, maltratados, y sus sembradíos y ganadería eran destruidos y consumidos por madianitas, amalecitas e hijos del oriente y hasta sus camellos eran beneficiados del botín.

Todo esto acarreaba sentimientos de impotencia, pero además de temor por la incertidumbre que causaban los enemigos, pues no sabían que ocurriría con ellos como nación, además de que no podían hacer nada ya que la pobreza asomaba diariamente.

1 comentario en «Alejados de Dios»

Deja un comentario