¿Dónde estas Jesús?

La Biblia no nos ofrece detalles acerca de su enfermedad, sin embargo por el contexto podemos asegurar que era una enfermedad que comprometía su salud de manera importante, incluso poner en riesgo la vida, pues se ven en la necesidad de dar aviso al Señor Jesús, una de las posibilidades es por hacerle conocer el estado de su amigo; pero también con el propósito de ver un milagro de sanidad en Lázaro.

Esta era una familia que gozaba de la estimación del Señor Jesús de manera significativa (vers. 5). Ante este gran problema, las hermanas de Lázaro alzan sus ojos a los montes como lo declararía el salmista (Salmo 121:1) en la búsqueda de ayuda en el momento oportuno.

La familia se encuentra sumergida en una situación bastante difícil, la salud de uno de sus miembros se ve afectada y para añadir más pesar, en el miembro más joven. Esto repercute desde luego en el ánimo de todos.

Invariablemente todos nosotros cuando graves problemas asoman a nuestras vidas, debemos buscar la mejor manera de enfrentarlos y solucionarlos. Y es precisamente en esas crisis de la vida cuando nuestra fe es sacudida y nuestros sentimientos nos hacen perder objetividad de las cosas y podemos olvidar las poderosas promesas de Cristo.

Al principio hablábamos de Wilma Rudolph, esta mujer que nace de manera prematura y que a los 4 años enferma de doble neumonía y escarlatina, lo cual trae como consecuencia la parálisis de una de sus piernas, además de muchos malos ratos, sus padres cuestionaron de manera natural la existencia del creador.

Cualquiera de nosotros en momentos difíciles puede tomar esta actitud ante sus problemas y preguntar ¿Dónde estas Dios? ¿Dónde estas Jesús? ¿Dónde esta tu gran poder? ¿Dónde esta tu bondad? El centrar nuestra atención única y exclusivamente en esas emociones son las

II. Dios esta obrando a nuestro favor (vers. 4)

“…Esta enfermedad no es de muerte sino para…”

¿Pero que hace Jesús mientras usted y yo nos revolcamos de dolor y la tristeza? ¿Estará indiferente ante el dolor, la desesperanza o la enfermedad? No, veamos que hace Jesús mientras pasamos por dificultades.

Podemos ver que Cristo recibe el mensaje de Martha y María (vers. 4) “…Cuando Jesús oyó esto…” Uno de los atributos de Dios es la omnisciencia que no es más que el pleno conocimiento de todas las cosas y todos los asuntos de este mundo esto incluye toda la necesidad de las personas.

La Biblia nos enseña que Dios conoce todo aquello que ocurre en nosotros tanto bueno como malo. Pero veamos además la reacción del Señor ante esta terrible noticia: “…Esta enfermedad no es para muerte…” (vers. 4) ¿podemos pensar que Jesús se equivocaba al calificar así de la mortal enfermedad de Lázaro?

No, sino que Cristo más adelante nos dice que esta enfermedad tienen un propósito divino que cumplir en Lázaro y sus hermanas “…sino que es para la Gloria de Dios, para que por ella el Hijo de Dios sea glorificado…” (vers. 4) el primer de ellos es dar gloria a Dios en medio de nuestros problemas.

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