La unción de Jesús

Jesús era el sustituto adecuado con la preciosísima sangre no para cubrir (expiar) los pecados, sino para liberar y borrar totalmente (redimir) nuestras faltas delante de Dios. Eso significa redención: Haber sido liberado totalmente de un adeudo mediante el pago de un rescate. Ya no más sangre de animales; pues esta solo cubre por un tiempo, más la sangre vertida de Jesús limpia por siempre (Hebreos 10:1-12)

¿Cuánto costaba el perfume de nardo derramado en los pies de Cristo? Mucho dinero, era muy apreciado, y codiciado. ¿Cuánto valió la sangre de Jesús? Es invaluable; pero su derramamiento compro, limpio, libero a todas las personas, en todo el mundo, el todas las épocas, el todo rincón por siempre; ahora solo hace falta que reciban con gratitud ese hermoso regalo. ¿Qué nos dice la unción de Jesús? Nos habla del poder de su sangre.

III. La unción de Jesús nos habla de su alcance

(vers. 3) “…y la casa se lleno del olor del perfume…

La unción de parte de María de Betania nos habla del corazón de Jesús, nos habla de su sangre preciosa y valiosa; pero además nos habla de su alcance. María quiebra el frasco de perfume costoso y lo derrama en Jesús, unge sus pies según Juan el evangelista y los enjuaga con sus cabellos; pero es Juan el único que nos dice que: “…la casa se llenó del olor del perfume” (vers. 3).

Ya hablamos de sacrificio sangre, dos elementos importantes; ahora los sacrificios y la sangre debía ser grata a Dios; por esa razón en el libro de Levítico vemos tantas precisiones acerca de esto. El sacrificio debía llevarse acabo de acuerdo a ciertas reglas, y los sustitutos debían reunir ciertas características.

Con el tiempo aunque esto se hizo así, llego un momento en que el sentido se perdió; pues las personas necesitaba más que ceremonias y rituales para acercarse a Dios. Jesús reunía todas las características que la ley divina demandaba de una ofrenda, de un sacrificio.

Jesús fue santo, puro e y sin mancha (1ª Pedro 1: 19); adopto la condición de cordero rumbo al matadero “Como oveja a la muerte fue llevado; y como cordero mudo delante del que lo trasquila, así no abrió su boca” (Hechos 8: 32) por su actitud, por su aptitud Jesús fue la mejor, la única ofrenda capaz de agradar a Dios, como perfume grato delante del Señor.

Se nos dice que el perfume de nardo, su aroma inundo toda la casa; ni un solo rincón quedo sin ese agradable olor; podía la gente llegar y al entrar percatarse de ese maravilloso aroma. El sacrifico de Jesús tiene un alcance inmenso, maravilloso y poderoso.

Pues alcanza a todas las personas que deciden creer en Él (Juan 3: 16), nos limpia de absolutamente todos nuestros pecados delante de Dios, no hay acción tan desagradable que Dios no pueda perdonar a través de Jesús (1ª Juan 1: 7); desde luego que debe haber confesión, arrepentimiento y reconocimiento de Cristo para ser perdonados; Nos libera del poder del mismo pecado, Satanás y la muerte misma (Romanos 8: 2); ya en Cristo estos no tienen autoridad ni poder en nuestras vidas.

Lo hecho por Jesús tiene un alcance mundial. No hay nadie que no pueda acceder a esta bendición tan especial; lo único que necesita es depositar su confianza en Jesús y su sacrificio. Lo único que puede impedirlo es la incredulidad, la dureza del corazón y la soberbia.

Se ha fijado usted en la forma de la cruz; para algunos resulta de rechazo por haber sido el instrumento de muerte de nuestro Señor; sin embargo su forma cumplió un propósito importante.

El poste vertical llamado estípite representa el acercamiento de Dios al mundo, a las personas; mientras que el travesaño horizontal denominado Patíbulo simboliza los brazos abiertos de Jesús abarcando a la humanidad que decida creer en Él. ¿Que nos dice la unción de Jesús? Que su sacrificio y su sangre derramada, tiene un alcance total; para todo aquel que cree.

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