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Enfrentando el desaliento

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Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Enfrentando el desaliento

Predica Cristiana Lectura Bíblica: Filipenses 4:4-13

INTRODUCCIÓN

Una de las emociones que toca muy hondamente el espíritu y nos golpea hasta sentirnos perdidos y confusos es el desaliento. El desaliento es la emoción que nos hace perder toda motivación para seguir adelante. Cuando este sentimiento negativo nos invade, la montaña parece demasiado cuesta arriba, el valle se torna oscuro, y la batalla se torna intensa, hasta perder el coraje para seguir adelante.

Hay acontecimientos a nivel personal, familiar y social que nos desmoralizan (como el caso de las recientes elecciones venezolanas), y cuyos resultados son similares: sentir el peso de una gran derrota. Cuando Pablo escribió el presente pasaje estaba preso en Roma, y al pensar en ese lugar donde escribió Filipenses, la llamada “epístola del gozo”, no habría ninguna razón para estar gozoso.

Sin embargo, es aquí donde él va a decirnos “regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!” (vers. 4).

¿Cómo puede alguien pedir esto si está en las peores condiciones?

Pablo escribe de esta manera porque había descubierto el secreto de su contentamiento, y el desaliento no fue su compañero en aquella celda. El desaliento pareciera ser la mejor arma del enemigo para paralizarnos.

Una historia dice que, en los EE. UU, por allá en los años 80, cuando los lobos estaban en peligro de extinción, se ofrecía una recompensa especial de $5000 por capturarlos vivos y luego ser llevados para el cautiverio. Eso hizo que dos hombres, Sam y Jed, se convirtieran en cazadores de fortuna. Se dirigieron al bosque. Día y noche buscaron a su lobo de 5.000 dólares, pero nunca los encontraron. Era inútil.

Sin embargo, una noche, mientras acampaban en un terreno claro, Sam se despertó y encontró a más de 50 lobos rodeando el campamento. Tenían los ojos llameantes y mostraban los dientes, como esperando que aquellos hombres salieran para cazar a los cazadores.

Pero Sam, en lugar de desalentarse, le dio un codazo a su amigo, y le dijo: “Jed, ¡despierta! ¡Somos ricos!”. ¿Qué significa esto? Que somos el producto de cómo enfrentamos el desaliento. Conozcamos el secreto de Pablo para vencer el desaliento.

I. EL GOZO COMO UN IMPERATIVO CONSTANTE

a. “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!” (vers.4)

La primera vez que Pablo visitó Filipos, no tardó mucho en encontrarse con problemas, y pronto fue puesto en la cárcel, junto con Silas. Previo al arresto, los desnudaron frente a una multitud y los golpearon brutalmente. Cuando recobraron el conocimiento estaban en la cárcel, heridos, cansados, con sus pies en los cepos, y seguramente bajo condiciones insoportables (Hechos 16:23-24).

¿Puede imaginarse algo peor que esto para estar gozoso? Sin embargo, fue desde allí cuando “a eso de la medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios; y los presos los escuchaban.” (16:25). Estaban presos, pero sus voces estaban libres. Sus cuerpos estaban heridos, pero podían alabar al Señor.

La historia de la persecución del cristianismo nos dice que muchos creyentes iban cantando sus alabanzas, mientras iban a la hoguera, o para ser matados por las bestias. La alegría del mundo es una emoción momentánea, pero el creyente es la única persona con un gozo en todo tiempo.

b. “El Señor está cerca” (vers. 4b)

El gozo del creyente, además de ser independiente de sus estados emotivos o circunstancias, es un gozo lleno de esperanza. Obviamente, ese gozo no es el gozo que el mundo ofrece. La mentalidad de la llamada “mercadotecnia” se basa en la suma de gozo y satisfacción que pueden ofrecer a sus consumidores. De esta manera, se ofrecen un sin fin de opciones para lograr esa “alegría” cuya duración será hasta ofrecer algo distinto.

Pero eso no es el concepto bíblico acerca de la alegría. Piense en esto. La alegría del mundo puede perderse en un instante, sobre todo cuando se recibe una mala noticia, cuyo resultado es llevarnos al desánimo. Sin embargo, esta no es la actitud de un creyente.

El gozo del creyente es sostenido por la esperanza No es casualidad que Pablo esté hablando de un gozo continuo, y luego introduzca la gentileza cristiana, y la venida de Cristo a la vez. Un escritor llamado Matthew Arnold habla de la “dulce moderación”. La traducción que hace es: “Vuestra dulce moderación sea conocida por todos los hombres”. El gozo del creyente es el rostro del fruto del Espíritu, porque está lleno de esperanza.

II. LA PAZ DE DIOS FRENTE A LOS AFANES

a. “Por nada estéis afanosos…” (vers. 6)

    Siempre me ha llamado la atención que los dos hombres más grandes del mundo, Jesucristo el Hijo de Dios, y Pablo, el más grande de los misioneros, quienes pasaron por las más inimaginables pruebas, nos hayan dejado dos textos del mismo asunto, y con significados parecidos.

    Fue Jesús quien dijo: “No os afanéis, pues, diciendo…” (Mateo 6:31), y luego Pablo lo expresa así: “Por nada estéis afanosos…”. En el caso de Jesús, para aquel que hace del afán su estilo de vida, le recomienda mirar el cuidado que el Padre celestial tiene de las aves y de los lirios del campo; y después de recomendarle entregar el día de mañana en sus manos, porque Dios conoce su necesidad, le dice: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia”.

    Y Pablo, consciente de lo mismo expresado por Jesús, nos dice “por nada estéis afanosos”. Yo debo entender esas palabras exactamente como fueron escritas. Por nada, es por nada. La ansiedad y el afán nos invaden frente a la impotencia, la injusticia y la falta de una salida victoriosa.

    Pero en el caso de Pablo, quien estaba preso y sufriendo, dijo “… sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. He aquí el secreto.

    b. “Y la paz de Dios…guardará vuestros corazones…” (vers. 7)

    Pablo siguiendo su secreto contra el desánimo ahora nos deja esta joya bíblica, una de las más anheladas por cada creyente. Hay una verdad que a veces nos cuesta creer, y es la de ver a creyentes sin esta clase de paz. Muchos hicieron en algún momento de sus vidas “la paz con Dios”, pero la otra cara del asunto es ver a creyentes viviendo sin “la paz de Dios”. ¿Cuál es la diferencia?

    Que la primera fue el momento cuando me reconcilié con Dios a través de la sangre de su Hijo, porque mis pecados me habían enemistado con Él, y la otra debiera ser la experiencia de mi cotidianidad en mi comunión con Dios, es decir, “la paz de Dios” que funja como un “guardián militar” para proteger al ansioso y perturbado corazón.

    Pablo sabía que, así como los filipenses estaban acostumbrados a la vigilancia de la guardia romana, los anima a dejar que la paz de Dios se mantenga en guardia en la puerta del corazón del creyente. Esto es necesario hacer como prevención contra los afanes del corazón e impide que pensamientos indignos perturben. La paz del corazón es la mejor medicina contra el desánimo. Un corazón ansioso es vulnerable, por eso la paz lo hace estable y seguro.

    III. LOS PENSAMIENTOS PUROS EN LUGAR DEL TEMOR

    a. “Por lo demás, hermanos míos, todo lo que es verdadero…” (vers. 8)

    Indefectiblemente somos el producto de lo que pensamos. Si seguimos el contexto inmediato respecto a “la paz de Dios”, el presente texto tiene su conexión. Si mis pensamientos están perturbados, mi corazón no podrá sentir tranquilidad.

    Cuando Pablo nos presentó estas virtudes fue para hacernos un llamado a enfocar nuestra mente y corazón en las cosas buenas, nobles y verdaderas. No será raro que frente a un mundo de tantas malas noticias, y de una apertura desenfrenada de sensualidad, con todo tipo de manifestaciones, sea fácil mantener estos pensamientos puros.

    Pero el creyente no es llamado para ser portavoz de lo malo, sino de lo bueno, de allí este extraordinario texto. Si seguimos a Pablo en el pensamiento de tener paz en el corazón, y con esto enfrentar el desaliento, la aplicación de sería como sigue: llenemos nuestros pensamientos de la verdad en medio de un mundo de mentiras, de lo justo frente a la injusticia, de la pureza frente a la corrupción, de la amabilidad frente a la indiferencia y de alabanza frente la mediocridad. Debemos llenar nuestro corazón de todo lo bueno porque de esa abundancia habla la boca.

    b. “… si algo digno de alabanza, en esto pensad” (vers. 8b)

    Cuando Pablo y Silas estaban presos, heridos y ultrajados, sus pensamientos no eran de quejas, ni de reproches a Dios, porque no los había salvado de ese momento, sino más bien pensamientos de alabanza, y por eso cantaban, y los presos los oían. Los creyentes debiéramos ser personas siempre con temas dignos de alabar.

    Una alabanza continua de nuestros labios será siempre el resultado de aquello en lo que andamos pensando. La alabanza de un corazón agradecido es el fruto de la paz, y llega a ser el mejor antídoto contra el desánimo. Por otro lado, la frase “en esto pensad”, es un recordatorio para saber cómo elegir lo que pensamos y cómo respondemos a las circunstancias de la vida.

    Podemos elegir pensar en todo lo negativo, y oscuro de la vida, o elegir pensar en la luz y la esperanza que se encuentra a través de Cristo. Todo eso, por supuesto, nos lleva a evaluar cómo son mis pensamientos. Yo debo entender que la lucha más grande de un hijo de Dios es la de mantener pensamientos puros.

    Esta es la batalla que libra cuando mira la TV, su celular, alguna revista, o cuando anda por la calle. Pablo puso delante de nosotros uno pensamos y luego vemos, al decir “para los puros, todo es puro…” (Tito 1:15). Entonces ¿cómo son mis pensamientos?

    IV. EL CONTENTAMIENTO COMO UN ESTILO DE VIDA

    a. “Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia…” (vers. 12)

    Cuando Pablo habla con esta seguridad, es porque sabía de gente quienes no vivían así, y por eso los invaden la desesperación. Si alguien dominó el secreto del contentamiento fue Pablo. Llegar a decir “por todo y en todo estoy enseñado” no son palabras de un estoico, sino de alguien quien descubrió el sumo bien de la vida.

    Hay gente que vive “bien” en la abundancia, pero se derrumban en la escasez. Muchas veces, el problema del desaliento es la falta de contentamiento con lo que se tiene. El afán por tener todas las cosas genera estrés. Hay gente que no es feliz con lo que tiene, y aquí entran muchas cosas, tales como: la casa, el trabajo, el carro, la esposa, el esposo, y a veces hasta están inconformes con los hijos dados.

    Cuando Pablo habló de esta manera, él va a decir “el tiempo de mi partida está cercano” (2 Timoteo 4:6). ¿Qué quiso decir con esto? Que Pablo ya sabía del tiempo cuando iba a ser ejecutado; Nerón ya le había puesto en el calendario el día de cortarle su cabeza. Y ¿cómo enfrentó Pablo esos momentos? Mire lo que dice 2 Timoteo 4:7.

    Para muchos la muerte es el asunto más incierto e inseguro, pero para Pablo era el tiempo de su coronación. Fue él mismo quien dijo: “Estar con Cristo es muchísimo mejor”. Ese era su secreto para enfrentar el desánimo.

    b. “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (vers. 13)

    Si lo anterior no es suficiente para enfrentar el desánimo, por favor lea con detenimiento, y aprópiate de este texto, el más leído, memorizado y dicho por el pueblo evangélico. El contentamiento de Pablo no era porque los filipenses habían revivido el cuidado para él (verss.10, 14), y haber enviado por medio de Epafrodito con lo del “olor fragante, sacrificio acepto” (vers. 18), sino porque para Pablo, Jesucristo era suficiente.

    Es necesario reconocer que muchas veces el desánimo nos invade porque Jesucristo no es suficiente. Entonces, frente a esos momentos, cuando ya las fuerzas se acaban, recuerda: “Todo lo puedo en Cristo que fe fortalece”. Si has perdido la esperanza de una salida a tu crisis en tu matrimonio, recuerda: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

    Si tus lágrimas son tu pan de día y de noche, como lo dijo el salmista, recuerda: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Cuando has probado todo para darle sentido, y seguridad a tu vida, recuerda: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

    Hay cosas que humanamente hablando no las puedo realizar, pero “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Y todo, es todo, porque no hay nada imposible para Dios.

    CONCLUSIÓN

    Existe una leyenda que dice que Satanás decidió deshacerse de varias de sus herramientas, por lo que organizó una subasta. Había envidia, engaño, malicia, sensualidad, enemistad, irreflexión y muchas otras herramientas que Satanás había usado con éxito (a un precio muy bajo).

    Una pieza, marcada muy alto, estaba etiquetada como Desánimo. “¿Por qué quieres tanto esta herramienta?”, preguntó un postor. “Esta herramienta”, respondió el viejo tentador, “siempre ha sido mi herramienta más útil. Puedes ver que ha tenido más uso que el resto.

    Se usa como una cuña para entrar en la mente de un hombre cuando todos los demás medios fallan. Prácticamente todos los seres humanos han sentido esa herramienta utilizada en ellos, aunque muy pocos saben que soy yo el que la uso”.

    Al final resultó que nadie podía pagar el precio que Satanás exigía por el desánimo … y por eso todavía la está usando. (Enciclopedia de Ilustraciones #2658). El desaliento llega a ser la batalla que más rápido perdemos, pero Pablo nos ha dejado esta palabra como su secreto para vencer: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece’.

    © Julio Ruiz. Todos los derechos reservados.
    Iglesia Bautista Ambiente de Gracia, Fairfax, VA.

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    Julio Ruiz
    Pastor en Virginia en los Estados Unidos, con 42 años de experiencia de los cuales 22 los dedicó en Venezuela, su país de origen. Otros 9 años los dedicó a pastorear en Vancouver, Canadá y los últimos 9 años en Columbia Baptist Church en su ministerio hispano, donde estuvo hasta agosto del (2015). A partir de octubre del mismo año (2015) comenzó una nueva obra que llegó a constituirse en iglesia el 22 de mayo de 2016 bajo el nombre de Iglesia Bautista Ambiente de Gracia en la ciudad de Burke, Virginia. El pastor Julio es Licenciado en Teología y ha estudiado algunas cursos para su maestría en Canadá. Además de haber sido presidente de la convención bautista venezolana en tres ocasiones, también fue profesor del seminario teológico bautista. El pastor Julio por espacio de unos 18 años publica sus sermones y artículos por estos medios. Es casado con Carmen Almera Ruiz y tiene tres hijas y una nieta: Laura, Oly, Sara e Isabella. Si usted quiere comunicarse con el pastor Julio, llámelo al (571) 251-6590.

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