Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Volando Como Águilas
Predica Cristiana Lectura Bíblica: Isaías 60:8-9
Tema: Cumpliendo Nuestro Propósito en Cristo
Introducción
Queridos hermanos y hermanas, hoy quiero hablarles sobre un tema crucial en nuestra vida cristiana: la necesidad de dejar las comodidades de una fe superficial y volar como águilas, cumpliendo el propósito que Dios tiene para cada uno de nosotros.
A menudo, nos encontramos atrapados en una rutina espiritual que nos impide desarrollar todo nuestro potencial en Cristo. Es hora de dejar de vivir como polluelos que no se atreven a volar y empezar a vivir en la libertad que el Señor nos ha dado.
Leamos la Palabra de Dios: “¿Quiénes son éstos que vuelan como nubes, y como palomas a sus ventanas? Ciertamente a mí esperarán los de la costa, y las naves de Tarsis desde el principio, para traer a sus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, al nombre de Jehová tu Dios, y al Santo de Israel, que te ha glorificado.” (RVR 1960)
Este pasaje nos invita a reflexionar sobre nuestra condición como hijos de Dios. Hemos sido llamados a volar alto, a vivir en libertad y a cumplir el propósito que el Señor ha establecido para cada uno de nosotros.
Sin embargo, muchos de nosotros preferimos permanecer en la comodidad del corral, como esos gansos que mencionaremos más adelante, sin darnos cuenta de que estamos renunciando a la grandeza que Dios nos ha otorgado.
I. La Libertad en Cristo: Un Llamado a Volar Alto
Cuando nos convertimos en cristianos y aceptamos a Jesús como nuestro Señor y Salvador, comenzamos una nueva vida (2 Corintios 5:17). Sin embargo, esta nueva vida no es solo una experiencia momentánea; es un llamado a vivir plenamente en Cristo. Dios tiene tareas específicas para cada uno de nosotros, y estas tareas solo pueden cumplirse cuando crecemos espiritualmente y alcanzamos la madurez en nuestra fe.
El teólogo y pastor John Stott escribió: “La libertad en Cristo no es una excusa para la pasividad, sino un llamado a la acción, a vivir para Dios y cumplir Su voluntad.” (El Discipulado Cristiano, 1978).
Este pensamiento nos recuerda que la libertad que hemos recibido no es para ser malgastada, sino para ser usada en la obra de Dios.
En Gálatas 5:13 leemos: “Ustedes, mis hermanos, han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Más bien, sírvanse unos a otros con amor.” (NVI) La verdadera libertad en Cristo nos impulsa a salir de nuestra zona de confort y a vivir de acuerdo con el propósito divino.
II. Ejemplo de Conformismo Espiritual
Permítanme compartir con ustedes una historia que ilustra lo que sucede cuando elegimos la comodidad sobre el propósito. Un filósofo contó una vez sobre una bandada de gansos de corral que, a pesar de escuchar sermones sobre su capacidad de volar y alcanzar grandes alturas, preferían quedarse en el fango y la suciedad del corral. Aunque tenían todo el potencial para volar alto y ser libres, nunca se atrevían a salir de su zona de confort.
Es lamentable, pero en el Reino de Dios vemos muchas veces a personas que, como estos gansos, prefieren quedarse en la comodidad de su vida espiritual inmadura en lugar de extender sus alas y volar hacia el propósito que Dios ha preparado para ellos.
Predican sobre la grandeza de Dios, pero no viven según esas palabras. Como lo señala el apóstol Santiago en Santiago 1:22: “No se contenten solo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica.” (NVI)
III. La Necesidad de Crecer y Cumplir Nuestro Propósito
Volver a nacer en Cristo es solo el comienzo de nuestra vida espiritual. Como el apóstol Pablo lo expresa en Filipenses 3:13-14: “Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya alcanzado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está adelante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús.” (NVI)
El teólogo A.W. Tozer escribió: “Dios nunca usará a un cristiano inmaduro para tareas que requieren madurez espiritual. Debemos crecer y desarrollarnos para ser instrumentos útiles en Sus manos.” (El Conocimiento del Dios Santo, 1961).
Dios tiene un propósito específico para cada uno de nosotros, pero debemos estar dispuestos a crecer y a desarrollarnos para cumplirlo.
La salvación es un evento único y maravilloso, pero la conversión es un proceso continuo de transformación. Es un proceso que nos convierte en la persona que Dios diseñó en Su mente desde antes de la fundación del mundo. Debemos esforzarnos por crecer en nuestra fe, para que podamos volar como águilas y cumplir con la obra que Dios nos ha encomendado.
Conclusión
Hermanos y hermanas, Dios nos ha creado con un propósito, y nos ha dado todas las herramientas necesarias para cumplirlo. No podemos conformarnos con una vida espiritual mediocre, como los gansos de corral que prefieren la comodidad sobre la libertad. Debemos esforzarnos por crecer espiritualmente, por volar alto como águilas, y por cumplir el propósito que Dios tiene para nosotros.
El Señor nos llama a salir de nuestra zona de confort, a dejar de lado nuestras excusas y a seguirle con todo nuestro corazón. Recordemos las palabras del apóstol Pablo en 2 Timoteo 4:7: “He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe.” (NVI) Que al final de nuestras vidas, podamos decir lo mismo, sabiendo que hemos cumplido con el propósito que Dios nos dio.
Es hora de dejar de caminar como polluelos y de extender nuestras alas para volar como águilas. Pongamos nuestras manos en el arado, con la vista fija en Jesús, y vivamos en la plenitud de la libertad que Él nos ha dado. ¡Amén!
© Marco Hernández. Todos los derechos reservados.