En Tiempos de Sequía

José Rodriguez

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En Tiempos de Sequía

En Tiempos de Sequía

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Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Prédica de Hoy: En Tiempos de Sequía

Predica Cristiana Lectura Biblica: Isaías 43:19

Tema: Confiá en Dios en Tiempos de Sequía: Esperanza en Medio de la Crisis

Introducción

Hermanos y hermanas, sé que muchos de nosotros estamos preocupados por la sequía que nos afecta. La tierra está seca, las cosechas no rinden como antes, y en nuestras familias se siente la presión económica. Pero hoy quiero recordarte una verdad que no cambia, aunque las circunstancias cambien: Dios sigue siendo fiel.

En nuestro país, donde nos conocemos entre todos y compartimos el mate con amigos y vecinos, es fácil ver cuando algo anda mal. Sabemos que los campos no están produciendo lo que deberían, y muchos de nuestros hermanos agricultores la están pasando mal. Pero, ¿sabés qué? Aunque la sequía parezca agotar nuestras fuerzas, la esperanza que tenemos en Cristo nunca se seca. Dice en Isaías 43:19: “He aquí, yo hago cosa nueva;… abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.” Si Dios puede hacer brotar agua en medio del desierto, también puede traer bendiciones en medio de esta sequía.

I. Dios es nuestra verdadera fuente de provisión

Hoy nos toca vivir momentos difíciles, no hay dudas. ¿Cuántos de nosotros miramos al cielo esperando lluvia que no llega? Pero quiero recordarte algo importante: nuestra provisión no viene solo de lo que la tierra da, sino de Dios. En Filipenses 4:19, leemos: “Mi Dios suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Así que aunque nuestras cosechas se vean afectadas, aunque el ganado no tenga suficiente pasto, sabé que Dios nunca nos abandona.

Quizás hoy te estés preguntando: ¿Cómo vamos a salir de esta? No hay duda de que estamos en una prueba, pero estas pruebas también son oportunidades para que nuestra fe crezca. En estos momentos, es cuando más debemos confiar en que Dios proveerá. Así como el agricultor espera con paciencia la lluvia, también nosotros esperamos en el tiempo perfecto de Dios.

II. El poder de la comunidad y la solidaridad

Una de las cosas más lindas de nuestro país es cómo nos unimos en los tiempos difíciles. Siempre está el vecino dispuesto a ayudarte, a ofrecerte un mate, o a compartir lo que tiene. En nuestra fe, esta solidaridad es clave. En Gálatas 6:2, se nos dice: “Sobrellevad los unos las cargas de los otros.” ¿Cómo podemos poner esto en práctica en estos tiempos? Quizás no tengamos mucho, pero siempre podemos orar juntos, compartir un plato de comida, o simplemente estar ahí para escucharnos y darnos ánimo.

En nuestra cultura, compartir es algo que hacemos de forma natural. Entonces, en estos momentos de sequía, que sea nuestra fe y nuestra comunidad la que nos sostenga. No estamos solos en esta lucha, ¡somos una gran familia!

III. Mantengamos la fe en medio de la sequía

En momentos como este, es fácil sentirnos desanimados. Pero quiero que recordemos lo que dice Santiago 1:2-4: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.” La sequía puede ser física, pero también nos afecta espiritualmente. Nos hace preguntarnos, ¿hasta cuándo? Pero la fe es lo que nos sostiene. Así como esperamos la lluvia, también esperamos que Dios traiga fruto de este tiempo de dificultad.

Jesús nos enseñó que, aunque enfrentemos dificultades, Dios tiene el control. Y no solo eso, Él está con nosotros en medio de la tormenta. Si bien hoy estamos en una sequía, sabemos que eventualmente la lluvia llegará. Nuestra fe no depende de lo que vemos, sino de lo que creemos.

Aplicación

Entonces, ¿qué hacemos mientras esperamos? Primero, sigamos confiando en Dios. No permitamos que las circunstancias nos hagan perder la esperanza. Orá cada día, pedí por lluvia, pero también pedí que Dios llene tu corazón con paz y fortaleza.

Segundo, busquemos ayudarnos entre todos. Compartamos lo poco que tengamos y busquemos el bienestar de los demás. Este es el momento para que nuestra fe sea luz para otros, para que vean en nosotros la paz que solo Dios puede dar.

Conclusión

Queridos hermanos, estamos viviendo tiempos complicados, pero no perdamos la fe. Dios sigue siendo fiel. Él es nuestra fuente de vida, y aunque hoy veamos sequía, sabemos que la lluvia vendrá. Sigamos confiando, apoyándonos unos a otros, y buscando en Dios nuestra fortaleza. Porque Él no nos deja solos.

© José Rodriguez. Todos los derechos reservados.

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José Rodriguez
Autor

José Rodriguez

Mi nombre es José, soy un seguidor apasionado de Cristo. Desde que entregué mi vida al Señor, he sentido un profundo deseo de compartir Su Palabra con otros. Para mí, predicar el evangelio es más que una tarea, es una misión que llena mi corazón. Amo enseñar sobre el amor y la gracia de Dios, y me esfuerzo cada día en vivir conforme a los principios de Su Palabra. Mi mayor anhelo es que más personas lleguen a conocer a Cristo y experimenten el poder transformador de Su salvación, tal como lo he hecho yo.

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