Una invitación con promesa

David N. Zamora

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Devocionales Cristianos - La invitacion del Rey

Una invitación con promesa

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Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Una invitación con promesa

Introducción

En su libro “Aligere su Equipaje”, Max Lucado, uno de los escritores cristianos más prolíferos de este tiempo, cuenta que, para enfrentar la ansiedad, un individuo que vivía preocupado y cargado decidió contratar a alguien para que se preocupara por él.

Esta persona buscó y buscó, hasta que encontró un hombre que aceptó asumir sus preocupaciones por un salario de 200 mil dólares al año. Después que el hombre aceptó el trabajo, la primera pregunta que le hizo a su patrón fue: «¿Dónde va usted a conseguir los 200 mil dólares anuales para pagarme?» El hombre respondió: «Bueno hijo, ahora ese problema es tuyo».

Lamentablemente, las preocupaciones y las cargas no se pueden delegar a otra persona. Porque hay obligaciones y tareas que nadie puede cumplir por otro, sino que cada uno debe ser responsable personalmente de ellas.

Aunque Pablo en su carta a los gálatas aconseja a los creyentes a que “llevemos los unos las cargas de los otros”; él mismo reconoce que “cada uno llevará su propia carga.” (Gálatas 6:2, 5). Somos responsables de nuestra propia conducta, por eso “cada uno tendrá que rendirle cuentas a Dios” (Romanos 14:12).

Sin embargo, la Biblia nos habla de cómo Dios desea darnos descanso de esas cargas que son imposibles de llevar, y también está dispuesto a capacitarnos para que las llevemos con su ayuda.

Jesús le lanzó una invitación a “todos aquellos que están cansados y que llevan cargas pesadas”. Él les dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” (Mateo 11:28).

Apenas te comento unas cuatro verdades que revela esta invitación de Jesús.

Primero: El verbo VENID, hace responsable a la persona de responder al llamado de Jesús.

El Señor nunca exoneró o liberó al hombre de su responsabilidad. Por eso decimos que esta forma imperativa VENID, hace responsable a la persona de responder al llamado de Jesús. La Biblia nos enseña que el pecador tiene la responsabilidad de responder al llamado de Dios cuando escucha la predicación del evangelio (Hechos 17:30).

Cuando Jesús invita a la gente con “VENID”, los está llamando para que crean en él; porque “a todos los que creen en él y lo reciben, les da el derecho de llegar a ser hijos de Dios.” (Juan 1:12 NTV).

Cuando Jesús invita a la gente con “VENID”, les está invitando a comer y beber del alimento espiritual que solamente Él ofrece. Porque todo “El que viene a ÉL nunca volverá a tener hambre; y el que cree en ÉL no tendrá sed jamás.” (Juan 6:35 NTV), en el sentido espiritual.

El propio Jesús aseguró que “la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes” (Lucas 12:15). Y también dijo que “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.” (Lucas 4:4).

Cuando Jesús dice a la gente con “VENID”, les está invitando a que acepten el don de la vida eterna que sólo se alcanza por medio de Él. La Biblia dice “…que la paga del pecado es muerte, más el regalo que nos da Dios es vida eterna a través de Jesucristo nuestro Señor.” (Romanos 6:23 NTBAD).

Esta invitación de Jesús es una invitación evangelística a todos los que están trabajados y cargados en todo lugar al gran banquete del evangelio.

Segundo: Jesús invita a la gente a que vengan a Él. “VENID A MÍ”.

El Señor es preciso en su llamado. No da cabida a que las personas pongan su fe en una iglesia o concilio, en un credo o líder espiritual, sino en ÉL. No los remitió a Moisés, ni a la virgen María, ni al arcángel Gabriel. Él fue claro VENID A MÍ.

Jesús fue enfático cuando dice uno de los siete YO SOY que encontramos en el evangelio de Juan. “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” (Juan 15:5). El Señor enfatiza la necesidad imprescindible de estar unidos a Cristo.

La Biblia recalca la centralidad de Jesús en la fe cristiana y la necesidad de confiar en Él para la salvación.
En Juan 14:6, Jesús dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.

En Hechos 4:12 el apóstol Pedro afirmó: “Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

Y en 1 Timoteo 2:5, el apóstol Pablo dijo: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”.

La salvación está en una persona y esa persona es Jesucristo el Hijo de Dios.

Tercero: La invitación se le extiende “A TODOS LOS QUE ESTÁN TRABAJADOS Y CARGADOS”.

Lo primero que debo dejar claro es que Dios ofrece el don de la salvación a TODOS, por cuanto TODOS pecaron y están destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23).

Por lo tanto, este es un llamado universal, sin acepción de personas ni restricciones. No importa la condición o situación en que la gente se encuentre, Jesús les ofrece consuelo, paz y renovación espiritual. “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, …” (Tito 2:11).

En segundo lugar, quiero significar que en esta invitación encontramos tres referencias importantes que no podemos pasar por alto.

La primera referencia es a los judíos del tiempo de Jesús, que estaban “fatigados y cargados” por las exigencias y tradiciones de un legalismo seco, insoportable y esclavizante. [1] Y Jesús los invita a venir para que sean libres de esa servidumbre religiosa que no los capacitaba para vencer el pecado. Él abrió un camino nuevo y vivo de salvación, basado no en buenas obras, sino en la fe y la gracia de Dios. (Hebreos 10:20).

Una de las más grandes bendiciones de la salvación es que ahora Cristo, en calidad de sumo sacerdote, nos abrió un camino a su presencia mediante el cual siempre podremos buscar la ayuda que necesitemos.[2]

La segunda referencia es a toda la humanidad, aplastada por el peso del pecado y la culpa. Jesús los invita a TODOS a disfrutar del descanso que Él ofrece al perdonar sus culpas y pecados.

La Biblia dice que antes de conocer a Cristo “éramos esclavos del pecado” (Romanos 6:17). El pecado era nuestro dueño absoluto (Romanos 3:23). Pero en Cristo esas cadenas son rotas al confesar y arrepentirnos de nuestros pecados. Y en la nueva vida que alcanzamos en Cristo, el Señor toma posesión absoluta de nuestra persona. (2 Corintios 5:17).

La tercera referencia incluye a todos los cristianos que muchísimas veces podemos estar TRABAJADOS Y CARGADOS, es decir, sobrecargados y fatigados por batallas de la vida.

Esas batallas pueden incluir las situaciones familiares, la salud, el trabajo, las finanzas, las relaciones humanas, y no menos importante, esas luchas espirituales que libramos contra el diablo (Efesios 6:12), el mundo (1 Juan 2:16) y la carne (naturaleza caída). (Gálatas 5:17). [3] Pero, “a pesar de todas estas cosas, nuestra victoria es absoluta por medio de Cristo, quien nos amó.” (Romanos 8:37).

Cuarto: Esta invitación incluye una promesa: “Y YO OS HARÉ DESCANSAR”.

El Señor se compromete personalmente a darle descanso a todos los que vienen a Él, cargados y fatigados por el pecado, que batallan contra el diablo, el mundo y la carne.

Esta promesa de DESCANSO significa que el Señor libra, a judíos y gentiles, del peso de tratar de cumplir una ley incumplible para alcanzar las bendiciones de Dios. La gracia de Dios revelada en Cristo, reemplazó la carga de la ley.

El apóstol Pablo les dice a los cristianos gálatas, que él llegó a comprender que el favor de Dios se obtiene creyendo en Cristo, y no intentando inútilmente obedecer la ley de Moisés. “Porque si hubiéramos podido salvarnos guardando la ley judía, no habría sido necesario que Cristo muriera.” (Gálatas 2:21 NTBAD). (Cf. Romanos 3:28).

La promesa de DESCANSO que ofrece Jesús incluye el perdón de nuestros pecados, porque al estar en Cristo, las cadenas del pecado son rotas y somos reconciliados con Dios. (Romanos 6:17-18). También incluye una vida abundante (Juan 10:10) que se restaura, que se expansiona y que se hace sobrenaturalmente gozosa.

La Biblia dice que al ser “justificados por la fe tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5:1), y entramos a disfrutar de “todas las bendiciones espirituales que Cristo aseguró para nosotros con su sacrificio en la cruz.” (Efesios 1:3). En Cristo alcanzamos una relación plena con Dios, recibimos gracia, perdón y vida eterna, regalos que son una evidencia de cuánto nos amó al morir por nosotros en la cruz del Calvario.

CONCLUSIONES

Es reconfortante saber que, en un mundo tan agitado y convulso, ahogado en la incertidumbre, amenazado por guerras y acciones terroristas y violentas, encontrar paz y descanso en Dios, es un alivio inmenso e invaluable.

El Señor nos invita para que aprendamos a dejar nuestras preocupaciones en manos de alguien más grande que nosotros: Jesucristo.

Cuando soltemos ese peso que llevamos por mucho tiempo, nos sentiremos más ligeros y libres, para poder correr con paciencia la carrera que tenemos por delante.

El consejo bíblico es claro:

despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” (Hebreos 12:1-2).

Entrégale tus cargas al SEÑOR, y él cuidará de ti; no permitirá que los justos tropiecen y caigan.” (Salmos 55:22 NTV).

Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes.” (1 Pedro 5:7 NTV).

LLAMADO A SALVACIÓN…

[1] Wiersbe, W. W. (2003). Leales en Cristo: Estudio expositivo del Evangelio Según Mateo (p. 93). Editorial Bautista Independiente.
[2] Stamps, Donald C., Biblia de Estudio Pentecostal o de la Vida Plena. © 1993 por Editorial Vida. Deerfield, Florida. EUA
[3] Earle, R. (2010). El Evangelio Según San Mateo. En Comentario Bíblico Beacon: Mateo hasta Lucas (Tomo 6) (p. 122). Casa Nazarena de Publicaciones.

© David N. Zamora. Todos los derechos reservados.
Iglesia Misionera, Tampa, Florida

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David N. Zamora
Autor

David N. Zamora

Ministro Ordenado de las Asambleas de Dios y Pastor Principal de la Iglesia Misionera de Tampa. Con títulos en Teología y Biblia de EDISUB e ISUM. Casado con Raquel Gonzalez