2. Cristo vive – Jesús ungido por El Espíritu Santo, Sanó y liberó (vers. 23b–V24).
Cuando Jesús fue bautizado por Juan el Bautista, refiere Las Sagradas Escrituras, que el Espíritu de Dios, en forma de paloma se posó sobre su cabeza y se escuchó una voz, la de Dios, que dijo: ”Tú eres mi Hijo amado, en ti tengo complacencia”(Marcos 1:11).
Una vez lleno, ungido por El Espíritu Santo, Jesucristo inicia la misión para la cual fue enviado, dar vida a los que estaban muertos en el pecado y consecuentemente, sanarlos y liberarlos, allí en Galilea, un área aproximada de 4.000 kilómetros cuadrados, rica en llanuras y fértiles montañas, escenario principal de su vida pública, y el lugar donde se llevó a cabo su predicación y muchos de sus milagros.
Hoy la ventana de los cielos puede abrirse sobre tu vida para que el Espíritu de Dios te unja y puedas cumplir la obra evangelizadora que nos dejó Jesús en forma de comisión (Mateo 28:19) y cuyos efectos los profetizó Isaías, referidos en el Capítulo 61 del Libro, por él escrito:
• Predicar las buenas nuevas a los pobres.
• Vendar los quebrantados de corazón
• Publicar libertad a los cautivos.
• Devolver la vista a los ciegos.
• Proclamar el año de la buena voluntad del Señor
• Quitar las cenizas de tristeza, dolor y luto, reemplazándolas por gozo y alegría.
• Declararte como restaurador de ruinas asoladas.
Deja que El Espíritu de Dios repose sobre ti, llénate de su presencia, solo tienes que permitir que Jesús entre en tu corazón, pero apresúrate, hazlo ahora y cumple este propósito por el que Cristo te escogió hoy y que ha sido revelado para ti.
3. El ser reconocido como Hijo de Dios, hizo posible el milagro de la multiplicación (vers. 25).
Refiere la base escritural analizada, que las multitudes, provenientes no solo de la nación Palestina para la época, esto es: Galilea, Samaria y Judea, lo seguían, sino que también los que venían del pueblo gentil, Decápolis (Griegos) y del otro lado del Jordán, reconocían a Jesús, como el hijo de Dios.
Y es que cuando ven en ti la presencia del Dios Altísimo, las multitudes te seguirán, vendrán a oír la manera en que hablas, admirarán tu testimonio, querrán escuchar tu consejo sabio.
Pero para eso, debes adoptar el mismo carácter de Jesucristo, Señala La Biblia, en Génesis 26, como Isaac, aún a costa del hambre en la nación hebrea, con la tentación de descender a Egipto, en busca de alimento para su pueblo, obedeció la voz de Dios y se fue al valle de Gerar.
Mas sin embargo, allí, el pueblo filisteo le acosaba constantemente, cerrándoles los pozos de agua que el pueblo de Isaac abría para sobrevivir, refiere la cita Bíblica, que Isaac, perseveró en esta labor, y esto le permitió dos logros vitales en el cumplimiento de las promesas que perseguía, por un lado.
Dios se le apareció en visión confirmándole la promesa de la multiplicación, y por el otro, el mismo rey de los filisteos, Abimelec, le reconoció como bendito de Dios, haciendo con el pacto de paz. ¡Aleluya!. Pero, cuáles son los aspectos que me hacen ser reconocido como bendito de Dios, hijo de Dios?:
• Alejarme del pecado (No descender a Egipto)
• Obediencia (Oír y obrar la voz de Dios)
• Perseverancia (Mantenerse firme en el propósito de Dios)
• Ofrendar olor grato al Señor( Mantenerse en el camino de la Santidad
Conclusión
Hoy haz conocido mas respecto al Cristo que predicamos, este Cristo está vivo y tiene un milagro para ti, solo tienes que desear la salvación de tu alma, dejar que su Palabra active tu fe, para que despierte tu espíritu emprendedor.
Creer que la predicación de esta Palabra es Poder de Dios para salvación, sanidad, prosperidad, liberación y multiplicación, dejar que Dios te unja con su Espíritu y ofrecer tu testimonio como un hijo de Dios.
Para ello debes alejar de ti, el pecado, obedecer, perseverar, ofrendar olor fragante al Señor y seguro estoy, que los milagros de dios para ti y los tuyos comenzarán a manar como ríos de agua viva. ¡Aleluya!
© Pedro Araujo Lemus. Todos los derechos reservados.
