Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: El que tiene oído, oiga
Predica Cristiana Lectura Bíblica: Apocalipsis 2:17
Introducción
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a su iglesia; si te sientes parte de su iglesia, pon atención con tu oído espiritual pues te esta llamando para que le seas por testigo de su poder en este lugar, pero también en el mundo, Hechos 1:8; tienes el privilegio de haber sido elegido por el Señor pues quiere derramar sobre ti sus mas ricas bendiciones.
Leamos la Palabra de Dios en Apocalipsis 2:17 “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquél que lo recibe”.
El Poder de la Unción: Una Promesa Divina para el Creyente
¿Qué significa ser formado como siervo de Dios?
El Señor quiere hablarnos en este día para decirnos: “Acuérdate de estas cosas, oh Jacob, e Israel, porque mi siervo eres. Yo te formé, siervo mío eres tú; Israel, no me olvides” (Isaías 44:21); nos esta recordando el Señor por un lado que Él ha sido quien nos formó a su imagen y semejanza, Génesis 1:27, pero lo más importante es que nos ha hecho sus siervos.
Eres especial para el Señor y nunca debes olvidar esto, quiere bendecir tu vida pero para recibir la bendición debes luchar y vencer a ese enemigo del alma, 1 Pedro 2:11, que se levanta en tu contra cada vez que tomas la decisión de seguir a Jesús y trabajar en su obra.
La promesa del maná escondido y el nombre nuevo
Pero la promesa del Señor está y nos dice que si vencemos nos dará de comer del maná escondido, podremos comer del alimento divino que nos brinda y un nombre nuevo, un nombre que solamente tu y el Señor lo conoce; eres nueva criatura en Cristo, con nombre nuevo y con una nueva misión para tu vida, con un nuevo propósito, por esto es que te ha ungido con la unción del Santo, 1 Juan 2:20.
“Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán; Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos; y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre” (Isaías 45:1-3).
Sin mirar en donde estabas, sin mirar cuán profundo y cenagoso era el pozo en que habías caído, el Señor extendió su mano un día para rescatarte de la esclavitud del pecado.
Cuando el Señor toma tu mano, y te dejas conducir por Él, todo cambia en tu vida pues te conviertes en un hijo de Dios y Él se encarga de sujetar bajo sus pies todo aquello que te aflige y atormenta, aquellas huestes de maldad contra quienes debemos batallar cada día, Efesios 6:12, ya nada tienen que hacer ya contigo pues con Cristo somos más que vencedores, Romanos 8:37; nuestro enemigo podrá hacerte guerra, vendrá la lucha pero el triunfo lo tienes asegurado en Cristo.
Cómo Vencer al Enemigo y Abrir las Puertas de Bendición
Rompiendo las cadenas de la opresión espiritual
El enemigo te había aprisionado en cárcel de escasez y necesidad, en cárcel de enfermedad o infelicidad, y es allí que Jesús vino a tu vida para tomarte de la mano y “para abrir puertas”, las puertas de tu cárcel ya las ha roto Jesucristo y está en ti que camines hacia esa salida y puedas disfrutar de la libertad.
El Señor nos toma para abrir puertas de bendición, puertas que nos costarán luchas, horas de súplicas y oración al Padre pues no es fácil el camino del Señor, Mateo 7:14; son puertas que no son abiertas por hombre alguno, ni por nuestras capacidades o conocimientos personales sino que es el mismo Jesús quien la ha abierto.
Las puertas abiertas por Jesús que nadie puede cerrar
“Y las puertas no se cerrarán”, no se cerrarán pues las bendiciones de Dios no cesarán si tu no dejas su mano, si no te apartas de Él para ser obediente, “Nunca se apartará de tu bocas este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien” (Josué 1:8).
Te sentías privado de todo, parecía que la prosperidad, que la sanidad o la felicidad para tu vida se hallaba detrás de una enorme puerta que no podías abrir, lo intentaste muchas veces y de muchas formas pero nada servía, parecía imposible.
Pero llegó Jesús a tu vida y todo cambió, es Él quien te dice: “Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos”, el Señor ya quitó la barrera de pecado que te impedía la comunión con Dios y ahora destruirá esa puerta que impedía tu ingreso a la felicidad, a la sanidad o a la prosperidad, lo que antes no pudiste hacer con tu esfuerzo, ahora lo hace el Señor.
Entrarás a ese terreno que te parecía vedado o inalcanzable
“Y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová”, ya no es tu fuerza lo que importa sino el Espíritu que mora en ti, Romanos 8:9, el Santo Espíritu de Dios que batalla por ti y que te lleva al triunfo, permitiéndote alcanzar esos tesoros que hasta ahora te eran escondidos como son la salud, la prosperidad, la felicidad familiar o todo aquello que siempre anhelaste y nunca pudiste tener.
“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de la venganza del Dios nuestro; a consolar a los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sión se les de gloria en lugar de cenizas, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya. Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones” (Isaías 61:1-4)
Restaurando Generaciones con la Unción del Espíritu Santo
Llevando buenas nuevas a los quebrantados
Como has leído, no solo te ha ungido el Señor para que tengas todo lo que tu quieres o necesitas sino que además deberás hacer también tuyas estas palabras y predicar las buenas nuevas de salvación a los que te rodean y cuyas almas están abatidas por el pecado.
Si miras a tu alrededor verás cuánta necesidad hay junto a ti, vidas sumidas en el alcohol, la droga, los vicios y las falsas diversiones que el mundo presenta; si extiendes tu mirada a tu vecindario veras cuánta necesidad hay a tu alrededor de afectos, cuántos corazones hay heridos por los abusos, por la deshonestidad y los malos tratos a que son sometidos por la corriente del mundo.
Piensa con cuantos enlutados dialogas cada día, enlutados por sus familias sin vida espiritual pero también sin vida por la falta de proyectos, por la falta de aspiraciones; vidas, familias y generaciones enteras que han caído bajo la espada del conformismo, conformismo que les hizo morir el deseo de progresar en todos sus aspectos, que les hizo morir el deseo que sus generaciones venideras tuvieran un mejor futuro, que esas generaciones venideras puedan lograr lo ellos no pudieron.
Allí es donde debes mostrar la unción que el Señor ha derramado sobre ti, consolando al quebrantado, vendando al herido, llevando gozo a donde hay tristeza y alegría a donde hay angustia, predicando las buenas nuevas de Jesús que sacarán a esos presos de las cárceles en que los tiene sometido el enemigo.
Reedificando las ruinas y restaurando familias
Es el tiempo en que debes llegar a todos ellos para anunciarles, que como te ha sucedido a ti, ellos también “Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones”; es el tiempo de mostrar la unción haciéndole comprender que todo aquello que por generaciones el demonio ha destruido, será restaurado y lo perdido les será restituido solamente por la gracia, el amor y la misericordia del Señor.
Conclusión:
El Señor ha derramado unción sobre tu vida para que puedas alcanzar todo aquello que hasta ahora te fue imposible de lograr; en este día son rotas las puertas y cerrojos que impedían tu acceso a los tesoros del Señor, a sus mas ricas bendiciones; y si tus caminos eran torcidos, hoy son enderezados para que puedas llevar adelante todos tus proyectos de la mano de Jesús.
Pero recuerda también que tienes una misión por cumplir y que es predicar la buenas nuevas, consolar a los enlutados, socorrer a los necesitados y vendar a los heridos; todo aquello que recibes en éste día debes de compartirlo con quienes te rodean y que también están en necesidad como lo has estado tu hasta ahora; el Señor te ha tomado de la mano y no te dejará, procura no dejarlo tú para que todos tus caminos sean prosperados.
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias , si te siente parte de la iglesia del Señor solo debes prestar atención a su mensaje para cumplir con sus ordenanzas, “Y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré entre vosotros bendición hasta que sobreabunde” (Malaquías 3:10).
© Luís A. Coria. Todos los derechos reservados.
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